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Sexo, corazón y vida
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Los puentes que dejamos al pasar, Juan Calero Rodríguez

Presentación del libro de Juan Calero.

….Mas, nunca seremos /solo pájaros / inundando lo que alcanza /más serenos que la lluvia…    Los puentes que dejamos al pasar

Es un título que evoca recuerdos, pero no cualquier recuerdo sino esos recuerdos que atañen al sentimiento de la nostalgia, que es también dolor de ausencia. Atañe a esos secretos de la vida que quedaron atrás, a esos recuerdos cautelosos que desde el interior de la memoria continúan vivos, en un movimiento silencioso y reflexivo.

Leer la poesía del poeta cubano-palmero,  Juan Calero Rodríguez, es descubrir el diálogo oculto e intenso entre su dos modos de entender la escritura y la vida. Es comprender los ejes donde la palabra se convierte en un acto de fe. Es descubrir su creación poética que germinó en su país de origen, Cuba, y que se consolidó en La Palma. Es presagiar la migración. Es perseguir a través de sus versos ese hilo conmovedor que le une, como en este texto titulado: Padrenuestro en el Exilio:


Patria nuestra que estás tan lejos/ martirizada/ no solo en ese rincón del mapa/ donde un soplo huracanado te borre/ manoseada por tantos sin escrúpulos, / sino lejos de la borrasca del recuerdo. /

Está claro, que nuestro poeta posee un gran deseo por mirar atrás, por mantener los vínculos con su otra raíz, con la memoria de su país, la identidad y el amor entendido como compromiso espiritual, en una poesía donde se siente vibrar la fibra humana, el diálogo, en esos puentes de vida que dejó atrás, y que él expresa en otros poemas:

Como mortal, a veces me pasa y prefiero dejarlo todo, / no seguir pensando. /
Usted conoce el equilibrio. Recuérdeme, pues, / el nombre, la fecha de los auxilios. Los accidentes…

Juan Calero Rodríguez explora con lucidez la realidad social, convierte la memoria en experiencia real, visual, sensorial y se reconcilia en la tristeza y la plenitud de lo vivido en el poema Las calles de mi pueblo:

Tienen ese raro contraste / entre una cara feliz / y una espalda muy triste. / Una tristeza amarga, profunda / con todas las cuchilladas / que le hemos dado /cada uno / cuando la abandonamos.

Y de pronto el poeta abandona el discurso, se despoja de lo que él llama el registro filosófico. Desnuda su alma y le dedica a su hijo Abián Lázaro, Corceles ajenos,  versos modulados entre la emoción y la intensidad, entre la musicalidad y el ritmo. Versos que fluyen con una cadencia acompasada y en el que el poeta, si cabe, se hace más humano:

….Si por descuido pisas mi muerte, no me abandones. / Recorre las calles que tanto deseé / y vuelve a las que transitaba sin remedio / para acariciar el mar y la brisa de un gato, / porque he sufrido y amado en tu nombre…

Pero Los puentes que dejamos al pasar expresa también otra realidad, como el valor  de la injusticia que no puede tolerar, la amistad y los afectos. El amor por su mujer, Carmen Pilar y el reconocimiento a los poetas y creadores. Y a algunos artistas de cine, como el poema dedicado a la actriz francesa que dio vida a la famosa Sissi,  Romy Schneider.

Un bolígrafo en el suelo, una carta inacabada / y una botella de vino vacía. / Así terminó, como termina a ratos la tristeza. / Si no hay júbilo tras la muerte, entonces, /para qué sirve la poesía… 

Y a diferencia de Albert Camus en el Mito de Sísifo, que afirmó que lo importante no es descubrir las razones que empujan al suicidio sino si existe alguna para seguir viviendo. Nuestro poeta, que ama el valor telúrico de la vida y piensa que la muerte pertenece a la vida, impresionado se pregunta por las razones de esos seres que no esperan su muerte, que van a su encuentro.

Juan Calero Rodríguez es un cubano-canario, un hombre tímido, afable, un ser que le gusta ser feliz, que sabe sonreír y tomarse las cosas con calma, tener tiempo para enlazar lo material con lo espiritual.

Un poeta que en los últimos años ha aprendido a detener su mirada en la creación, que va al encuentro de la experiencia lírica, y en esa dedicación, muy pronto se ha visto incluido en alrededor de veinte antologías en Argentina, Chile, Colombia, Estados Unidos y España. Y ahora está siendo traducido en Chile un conjunto de poemas al francés y amazighe para una publicación que saldrá este año.

A pesar de que Los puentes que dejamos pasar es un diálogo con el tiempo, un reencuentro con los fantasmas de su mundo íntimo. Es un poemario compuesto de instantáneas, de símbolos y de imágenes, pero sobre todo es una poesía repleta de su propia voz. De una voz más madura, plena de responsabilidad y de reflexión personal en donde nos sigue invitando a ese camino de ida y vuelta, Cuba -Canarias que ya escuchamos en títulos anteriores: Palabras del balsero, Pasajero sin oficio y en Debajo de los portales del Niágara. 

En definitiva, como dice el escritor cubano, José Lezama Lima: el sentimiento universal provocado por la nostalgia y la distancia es profundamente cubano y quizás sea por eso por lo que Juan Calero sigue estando preso de Los puentes que dejamos al pasar.   
El próximo jueves, día 23 estarán en La Casa de la Cultura Petite Lorena y  Juan Calero Rodríguez  en la Casa de la Cultura de Garafía
  Blog-rosariovalcarcel.blogspot.com

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