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Mazo

Datan la primera ocupación de Belmaco sobre el 300 y apuntan que su uso principal era religioso

  • Navarro: "Teníamos la enorme esperanza de que fuera antes, pero no fue así"

Un momento de la presentación de los últimos estudios de la Cueva de Belmaco.

Belmaco sigue arrojando información sobre el pasado aborigen de La Palma, tal y como ha puesto de manifiesto la última intervención que se realizó después de que las riadas de diciembre de 2012 y marzo de 2013 dejaran al descubierto un paquete estratigráfico situado debajo del que había excavado Mauro Hernández Pérez en 1974, cuyas conclusiones expusieron los arqueólogos Juan Francisco Navarro Mederos y Efraim Marrero, en un acto que llenó el salón principal de la Casa Roja de Mazo.

Uno de los principales descubrimientos con este trabajo ha sido datar el período inicial de ocupación de la Cueva de Belmaco, sobre la que existían dudas, y que fue en torno al año 300 de la era cristiana. Navarro Mederos señaló que "al principio teníamos la enorme esperanza de que fuera antes, pero no fue así". Unas expectativas que se crearon porque las estratigrafías que quedaron al descubierto estaban situadas debajo de las que había excavado Mauro Hernández Pérez en 1974 y, por tanto, serían de una cronología más antigua. Finalmente, la conclusión es que la ocupación se prolongó desde el 300 hasta el 1200 o 1300, siendo hasta el 600 o 700 la etapa "más fuerte" de actividad en este entorno de Mazo.

Otra de las cuestiones que se ha puesto de manifiesto en esta investigación es que la función principal de Belmaco, tal y como se consideraba hasta ahora, no era el de vivienda, sino que podría tener que ver con "algún tipo de ritualización relacionada con la ganadería". Y es que el análisis arroja que en determinadas épocas del año se metía ganado en la cueva muy probablemente realizando algún tipo de ritual.

Si bien, Navarro Mederos señaló que este aspecto todavía hay que "afinarlo más" y no da por cerrada una interpretación en esta materia. "Un lugar especial, sagrado, no donde se metan las cabras sin más, sino que tiene que ver con la algún sentido ritual".

Lo que no le cabe ninguna duda a este profesor de la Universidad de La Laguna es que "es un lugar que tenía un significado importantísimo para los habitantes de la Isla, que tenía que ver con la ganadería, que era la parte central de la economía y la cultura aborigen". En este sentido indicó que "en el momento de la conquista, hay documentos que hacen referencia a Belmaco y en los que los aborígenes de la zona le piden a los castellanos que la cueva de Belmaco quede dentro de la zona libre de las razias de esclavos".

Además, estableció un paralelismo entre Belmaco y Buracas, en Garafía. "Es exactamente la misma estratigrafía de Buracas, un caboco, con los mismos grabados y con unos mismos niveles de estabulación temporal", explicó Navarro.

Otra conclusión clara de este trabajo es que "en Belmaco hay que seguir excavando". Y pese a que en esta acción, el trabajo la excavación fue muy poco, los resultados han sido importantes. Navarro Mederos considera necesario seguir excavando donde se empezó esta tarea en los años sesenta y ver, además "qué relación juegan los grabados con la estratigrafía".

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