El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma impulsará la celebración de la festividad de San Juan en los próximos años, tras la buena recepción ciudadana de los actos programados el pasado fin de semana.
La intención de la concejalía de Cultura y Fiestas es desarrollar de cara a las futuras ediciones, en colaboración con la Asociación de Empresarios del Casco Histórico, una programación de ocio, cultural y festiva cada vez mayor, en el que el protagonismo resida especialmente en la Avenida Marítima y la nueva playa.
“La playa supone un activo extraordinario para la celebración de esta festividad tan ligada al verano, por lo que nuestro propósito de cara a futuras ediciones de la Noche de San Juan es que este espacio de esparcimiento cobre mayor relevancia, siempre garantizando las condiciones de seguridad, orden y limpieza”, señala la concejal de Cultura y Fiestas, Virginia Espinosa, quien subraya que esta cita festiva también ha supuesto “un importante estímulo económico para el sector de la restauración de la Avenida Marítima”.
La concejal agradece el “comportamiento ejemplar” demostrado por la ciudadanía tanto en la noche del viernes, la popular Noche de San Juan en la que se sucedieron la actuación de Red Beard y La LLam y se encendió la hoguera de la brujas, como durante la jornada del sábado, “en las que hubo actividades para públicos de todas las edades”.
Al mismo tiempo, Espinosa expresa su agradecimiento a los colectivos que han participado en la organización y buena marcha de esta festividad, como Protección Civil, Policía Local, Policía Nacional, AEA, Bomberos y el servicio de socorrismo de la playa SISEF Canarias.
Rita Claramunt Garcia
Nada se dice, sin embargo, de la musiquita que estuvo sonando al día siguiente, desde el mediodía hasta casi la media noche, en la esquina de la cuatro, donde en ningún momento se reunirían más de cuatro gatos, pero donde un pinchadiscos estuvo martirizando a cientos de personas alrededor de la zona con un ritmo enlatado de chinta-chinta-chinta demencial e insufrible hasta para mi pobre perrita. No sé quién autorizó tal evento torturador, pero si también fue la señora Espinosa, me pregunto con qué derecho autoriza algo así, ese ruido insufrible e indignante que es un insulto para la música, para la inteligencia humana y para quienes tuvimos que soportarlo hora tras hora y con todas las ventanas, pese al calor, cerradas. Me pregunto también por qué, si ha de autorizarlo, para ir de señora chachi y enrollada de cara a los locales de esas cuatro esquinas, no impone el condicionante del volumen bajo, por qué no obliga a que este se reduzca a la mitad de decibelios, y así todos contentos, los sufridores y los que disfrutan de algo así. De modo que si por un lado agradece esta señora el buen comportamiento de la gente que acudió a ver a Red Beard, también debería agradecer, por el otro, que no hallamos ido en masa, quienes hubimos de soportar el interminable chinta-chinta, a denunciar semejante ruido al ayuntamiento. En todo caso, ¿por qué no se llaman a músicos de verdad, que hagan música de la buena y de verdad, como el grupo ya citado, y no a los mismos pachangueros de siempre? ¿Por qué no eligeen una música como la que se oye por las tardes en el chiringuito de la playa de Bajamar? Sencillamente, porque carecen de cultura musical, y no me vengan con que todo es cuestión de gustos. En fin, para ese tipo de ruidos ya tenemos los del barquito de Armas. Así que por el amor de Dios, no autoricen más pinchadiscos así, que no estamos por la tortura. O que los pongan un día en la esquina de la casita de quien los autoriza, a ver qué tal le sienta a esa persona, a su familia y a sus animalitos, si los tiene, semejante tortura acustico-mental. Rita Claramunt(y su perrita enfadada).
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DOSDEMAYO
Pues estuvo bastante bien. Se puede y debe repetir.
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