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Santa Cruz de La Palma

Recuperan la memoria del barrio de San Sebastián

  • Se ha colocado una señalética que explica el origen y denominación de las calles

El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma quiere recuperar la memoria del barrio de San Sebastián, o también conocido como de La Canela, uno de los más solera de la capital, y por eso ha presentado un proyecto destinado a la divulgación y revalorización de su patrimonio arquitectónico y urbano, porque tiene mucho y hay gente que no lo conoce. Cada casa, cada plaza y cada rincón tiene su historia, que ahora se pretende divulgar, no solo para los turistas sino para los propios palmeros, por medio de una nueva señalética.

El proyecto, financiado por ADER La Palma y el Ayuntamiento, ha consistido en la colocación de una señalética específica en distintos edificios que explica el origen y denominación de las calles del barrio. A través de un código QR ubicado en el comienzo de la ruta, al principio de la calle San Sebastián, los visitantes pueden descargarse un mapa indicativo con las principales referencias históricas y patrimoniales. Este mapa, que próximamente estará disponible en varios idiomas, se editará también en papel en un formato desplegable y ya puede descargarse en la web del Ayuntamiento.

El barrio de San Sebastián, también conocido como de La Canela, surge en torno al antiguo camino real que comunicaba Santa Cruz de La Palma con el Valle de Aridane, hecho que favoreció la proliferación de oficios artesanos en sus calles, alguno de los cuales, los menos, aún perduran como el taller de Luis, donde se hacen los mascarones, o la carpintería artesana de Don Javier, de 70 años, donde todo se hacía a mano, de forma artesana. "Ahora todo se hace con máquinas pero antes no era así", nos confesó este veterano carpintero que ha trabajado mucho y que se resiste a cerrar un negocio que sigue dando mucha vida al barrio de San Sebastián, que llegó a contar con numerosas barberías, zapateros, tiendas, chinchales de tabaco, reposteras, costureras, joyeros, era un hervidero de oficios y de vida. El barrio reúne además alguno de los ejemplos de arquitectura doméstica más interesantes de la capital palmera y constituye una zona de indudable atractivo que recibe la visita de cientos de turistas. La intención del Ayuntamiento es que este proyecto pueda extenderse a otros barrios significativos de la capital palmera.

El presidente de ADER La Palma, Luis Vicente Martín de Paz, destacó que este proyecto permite dar a conocer la historia de San Sebastián y confió en que tenga éxito desde el punto de vista turístico y que ayude a dinamizar y a mejorar el barrio .

El concejal de Patrimonio y Turismo, Zacarías Gómez, dijo por su parte que "nos encontramos de enhorabuena porque presentamos toda la señalética del Barrio de San Sebastián y La Canela. Tanto el Ayuntamiento com ADER se han implicado de lleno en este proyecto que es muy importante tanto para los vecinos, que pueden enriquecer su barrio, como para quienes nos visitan". El concejal hizo hincapié que este sistema permite a través de un código QR descargar el plano en pdf de la web del Ayuntamiento y conocer un poco de la historia de este barrio, uno de los emblemáticos. Además señaló que el objetivo es hacer lo mismo en otros barrios para "tener un municipio cercano y atractivo para quienes nos visitan, para que reconozcan nuestros valores".

El alcalde, Sergio Matos, subrayó la importancia de esta iniciativa que pone en valor la historia de un barrio tan emblemático como San Sebastián. Agradeció la implicación de ADER La Palma y dijo que esta señalética nueva le va a dar un impulso al barrio porque permite divulgar su historia. Asimismo, confirmó que la intención del Ayuntamiento es buscar financiación para llevar esta señalética a otros barrios.

El investigador y técnico de la unidad de Patrimonio, Víctor Hernández Correa, el "alma" de este proyecto, recordó que "estamos en un barrio que es el inicio o el final del camino real al emporio azucarero de las haciendas de Argual y Tazacorte que cumplen el próximo año 500 años". Y explicó que también se llama de La Canela para reconocer la labor de la gran cantidad de artesanos que lo poblaron en los años 20 y 30. "Maestras bordadoras, maestras costureras, era el barrio que olía a canela por esos grandes maestros reposteros que siempre han existido y de hecho nos queda el testigo de la fábrica La Palmera, esa dulcería que surge a finales de los 50 y que está especializada en el dulce tradicional como el almendrado o el alfajor donde la almendra y el azúcar son el elemento más llamativo. También teníamos a los maestros tabaqueros, las calles estaban pobladas de pequeños chinchales y tabaqueros que trabajaban menudo para otras grandes empresas institucionalizadas como La Africana, que estaba en la calle Pedro Poggio".

La nueva señalética permite conocer la pequeña y gran historia de este barrio, las calles, la ermita, sus rincones como el Rincón de Pepita Sosa, una maestra sin título que fundó la primera escuela del barrio en los años 20, o El Dornajo, otro lugar emblemático en el que hace muchos años paraban las bestias para beber agua y también las lecheras. Así, decenas de calles y de pequeños rincones esconden cientos de historias que ahora se visualizan para poner en valor un barrio con mucha solera.

 

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