cerrar
cerrar
Registrarse
Publicidad
Municipios
Publicidad

La capital ya "huele" a Navidad

  • Cristina Alcaine leyó el pregón de las fiestas y se encendió el alumbrado

La Navidad llegó anoche simbólicamente a la capital palmera con la lectura del pregón de las fiestas a cargo de la periodista Cristiana Alcaine, que se mostró muy agradecida por la invitación, y con el encendido de las luces navideñas que llenan de ambiente las calles en una fechas tan especiales.

El acto contó también con la actuación del coro infantil de la Escuela Insular de Música, bajo la dirección de Milegrados, que interpretó varios villancicos, y de las escuelas municipales de Danza "Maika Lerín" y de Teatro "Pilar Rey", con la dirección de José Gordillo y Carlos De León, respectivamente. Ambas actuaciones dieron un toque especial a una noche que fue la antesala de la Noche de las Estrellas de este sábado.

Cristina Alcaine se dejó llevar en su intervención, en el atrio del ayuntamiento, por los sentimientos y por los momentos vividos en Santa Cruz de La Palma, su ciudad natal. "Cuando uno está lejos, la nostalgia te lleva a realizar, sobre todo por estas fechas, un recorrido sentimental. Un recorrido que para mí comienza con los olores de la cocina de mi madre y de mis abuelas. De la sopa de picadillo, el cabrito en salmorejo y el pan de manteca". La periodista habló del reencuentro, de los sentimientos que tiene por su isla, pero también de la realidad del día a día que no da lugar para muchas alegrías, teniendo palabras de recuerdo para los parados, para las personas que tienen que migrar, no se olvidó de la violencia que sacude el mundo, de la campaña electoral y terminó deseando paz y concordia desde "una ciudad de la que salen buenas cosas".

Texto íntegro leído pr Cristina Alcaine

"Para empezar GRACIAS. Gracias a todas, a todos, por estar aquí. Y en especial al ayuntamiento de Santa Cruz de la Palma por haber pensado en mí como pregonera de la Navidad. Nada menos que de la Navidad palmera. Es todo un honor para mí convertirme en anunciadora de unas fiestas que, a pesar de los años que llevo fuera de la isla, están muy dentro de mi corazón.

Un honor que espero corresponder con estas palabras que también, cómo no, están escritas desde el sentimiento.

Hace muchos años que salí de esta isla donde nací hace otro montón de años.

La primera salida fue, siendo una niña, con mis padres… ¡a Tenerife!

Más tarde, por mi trabajo, un poquito más lejos: ¡a Gran Canaria! y después, cruzando el charco hasta Madrid, y hasta otros lugares del mundo donde he podido desarrollar mi labor profesional y desde donde ahora he regresado para estar más cerca de mi familia.

Y quizás por eso, por la lejanía, los vínculos con esta isla, con esta ciudad donde nací, no han hecho más que acrecentarse, hacerse más fuertes.

Cuando uno está lejos, la nostalgia te lleva a realizar, sobre todo por estas fechas, un recorrido sentimental. Un recorrido que para mí comienza con los olores de la cocina de mi madre y de mis abuelas. De la sopa de picadillo, el cabrito en salmorejo y el pan de manteca.

Con las excursiones, de la mano de mi abuelo, al monasterio del Císter para comprar a las monjas polvorones y magdalenas.

Y, cómo no, los sentimientos que regresan, además de con las magdalenas, con la música. Con la música de Los Divinos. Con los villancicos inimitables de mi tierra. Canciones que han sonado, se lo puedo asegurar, en la redacción central de los Telediarios de Televisión Española cada vez que a mi se me caía la lágrima por Navidad.

Atesoro tantos recuerdos de la ciudad en fiestas que podríamos estar aquí horas y horas intercambiando momentos con tantas caras conocidas como veo delante de mí y con los que espero compartir un ratito después.
Mis responsabilidades en la dirección de los informativos de TVE en Canarias siempre me tienen un poco de aquí para allá. Pero este de hoy es otro de esos momentos que se describen con la palabra "reencuentro".

Reencuentros que yo busco en fechas como la pasada Bajada de la Virgen o Los Indianos y que hoy me traen de nuevo aquí. Reencuentros que se convierten siempre en un respiro en días intensos, como los que solemos vivir los profesionales de la comunicación, en estos días en los que los acontecimientos se producen a velocidad de vértigo.

Estas van a ser unas fiestas acompañadas, casi hasta el final, por una campaña electoral. Y no solo eso. Son momentos en los que el mundo está viendo como se suceden los grandes movimientos migratorios, con miles de refugiados luchando por encontrar un lugar cálido de acogida. Y asistimos también, con el corazón encogido, a manifestaciones de violencia radical, difíciles de imaginar no hace mucho tiempo y muy difíciles de soportar.
Fenómenos que nos abren un cambio de ciclo indudable que tendremos que contar porque ese el compromiso que hemos asumido con todos ustedes.

Son realidades globales en un mundo cada vez más global.

Y también como ciudadanos vemos que es imposible vivir ajenos a estas nuevas realidades. Por eso, en estas fechas tan especiales es preciso ir un poco más allá de desearnos "paz y amor", aunque eso, tal y como están las cosas, ya sería mucho.

Es un momento de desearnos felicidad pero compartida con TODOS. Con los que están aquí y con los que no están, algunos, muchos, agobiados por un día a día muy difícil.

Quiero recordar aquí a los desempleados, a los que han perdido ya todas sus prestaciones, a las familias con enfermos que necesitan cuidados especiales. A las madres y padres y abuelos que van a tener que hacer un esfuerzo especial, enorme, para que en estas fiestas no falte la alegría en la mesa y en la casa. Y también a los que están solos.

Me gustaría que nos dejemos envolver por el espíritu de estas fiestas y que tengamos la generosidad de compartir, mesa, alimentos y también abrazos y cariño.

Que tengamos la generosidad especial de compartirlo con los que vienen de lejos, huyendo de la barbarie de sus países.

Hay una palabra que ahora se usa mucho que es "buenismo". Dirigida a quienes tienen los brazos abiertos a la concordia y a la diversidad cultural. Yo la rechazo para continuar hablando de "solidaridad", de "empatía", de "concordia".

Como trabajadora de la televisión pública estoy convencida de que estos valores continuarán presentes en nuestros informativos. Y también en nuestras vidas.

Y ahora de nuevo, para acabar, el deseo de PAZ. En toda la extensión de la palabra.

Paz para todos nosotros. Paz, en voz alta y clara, para que llegue a los oídos de quienes tienen responsabilidades de gobierno, para que no caigan en la espiral de las armas como vía de solución a los desafíos y las provocaciones de los fundamentalistas del odio.
Que haya paz y mucho amor.

Que nuestra ciudad viva consciente de la violencia del mundo pero que continuemos trabajando para mantener la concordia y la armonía de la misma forma que Santa Cruz de La Palma ha sabido salir a la calle para rechazar de forma tajante las manifestaciones de una violencia cercana y muy presente aún, por desgracia, en el seno de la familia y de la pareja.

Estas son realidades que no queremos olvidar ni siquiera cuando la ciudad se ha engalanado ya de luces de fiestas.

Ahí estaremos para recordar estas cosas y también para contar desde Televisión Española al mundo la infinidad de cosas buenas que salen de esta ciudad.

Este es nuestro compromiso. En fiestas y fuera de ellas. Servir de altavoz a todas las cosas que surgen de estas calles cargadas de historia y de cultura. Y dar voz a los que les cuesta hacerse oír.

Desde nuestra responsabilidad profesional y también en nuestro compromiso personal.

FELICES FIESTAS Y QUE SE CUMPLAN TODOS LOS BUENOS DESEOS".

Archivado en:

Publicidad
Comentarios (4)

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Publicidad

Últimas noticias

Publicidad

Lo último en blogs

Publicidad