Hoy miro tu rostro

Hoy miro tu rostro Canarias,
hoy siento el dulzor de tus mieles,
el sabor de las algas marinas
que cubren tu frente,
tu mirada de cielo, tu latir de volcanes,
tus labios de ciruela
tu talle marinero
tu piel de sal y arena.

Y mirándote así cara a cara
quiero que me cuentes Canarias
de todas esas cosas
que guardas en tus alas:
de la lluvia y el viento
del sol en los veranos
del canto de los pájaros
de todas esas aves que te hacen primavera.
Del timple que te adorna, del baile de tambores,
del fruto maduro llenando lagares
del lirio solitario en medio del barranco
de las hebras que adornan los telares.

Cuéntame Canarias
del eco que retumba en Taburiente,
de esas raras nubes que juegan sobre el Teide,
del Garajonay, su mágico encanto,
de las sombras que el Nublo dibuja,
de la aurora tiñendo a Timanfaya,
del brillo que matiza las playas majoreras,
de las lágrimas dulces que vertió el Garoé.

Cuéntame Canarias
por qué el mundo calla este gozo de amor
que te baña y nos baña.
Con la patria en los brazos venimos,
con el grito de tu vientre en los labios
el fuego en las palabras
desentrañando al sol como bravos soldados
sobre los mares y los horizontes
sobre las multitudes de los tiempos
desafiando a la palidez indiferente,
al arrogante viento del olvido.

Venimos con la patria en los brazos,
con un canto de tierra en la sangre
sagrado pétalo, raíz ensangrentada.
Nuestra voz de arraigo y de bandera
vuela hasta tu alma
en un clamor de queja solitaria
divino halo, perfume deleitable
hasta poblar el mundo con sus hojas
más allá de los rostros gastados
más allá de la vida
más allá de la muerte.

Marynieves Hernández
Caracas, mayo 2014