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Opinión
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Guillermo Cáceres Rodríguez

Aproximación a la Historia de España Contemporánea

  • Hay que llamar la atención sobre la falta de burguesía con espíritu crítico

Fue el profesor Jaime Vicens Vives quien publicó hace ya bastante tiempo una célebre aproximación a la Historia de España. Se trata de una obra en la que se rompían casi todos los mitos que la historiografía del franquismo había mantenido.

Para aproximarnos a la Historia de España de nuestros días tenemos que llamar la atención sobre un hecho muy particular de la Historia Moderna de nuestro país que ha sido la falta de burguesía con espíritu crítico, hecho que subraya D. Claudio Sánchez Albornoz cuando escribe: "¡ Gran derrota para España! Mucho mayor de la que cabe deducir a primera vista, de la frase que sirve para consignar esa realidad histórica del pasado español. Porque el espíritu burgués implicaba algo más que una devota pasión por los tratos y los cambios, el medro y el enriquecimiento, la industria, la banca y el comercio. Significaba desde hacía siglos, una negativa a seguir proyectando el anhelo vital únicamente hacia los problemas del más allá, una disidencia cada vez más clara frente a la concepción teocéntrica de la vida humana, una atracción vivaz por el complejo engranaje de vivir de tejas abajo, una renovación del gusto por la
observación de la naturaleza, una devoción creciente por la experimentación y la técnica, una necesidad de libre juego en el pensar y en el querer" (pág. 556 de España un Enigma Histórico, vol. II). Nuestra muy compleja Edad Media dificultó la aparición de un espíritu burgués en línea con lo que acabamos de enunciar. La torpe política iniciada por Carlos V, luego desorbitada por su hijo actuando sobre la herencia temperamental de nuestro Medioevo, lanzó a los peninsulares a enfrentar la gran marejada en la que naufragó la modernidad española. España llegó a hallarse agotada y al borde del colapso ante el esfuerzo a que se la había sometido. Y los españoles no pudieron seguir a nuestros hermanos europeos en la segunda y decisiva navegación de los nuevos tiempos.

Ahora bien, los españoles no estamos incapacitados para la ciencia y el conocimiento. Pero no olvidemos que el cuajar de una ciencia y de una técnica exige una lenta y peligrosa gestación, un sereno clima psíquico y social de iluminadas esperanzas colectivas, celosa atención por parte de las instancias centrales del Estado y el trabajo duro y sin desmayos de los estudiosos. (Elaborado a partir de la misma obra del profesor Sánchez Albornoz).

Es cierto que en líneas generales, hubimos de pasar un siglo XVII de enorme esterilidad creativa en lo científico. El siglo XVII es el siglo del despegue científico moderno y durante él nuestro país se enquistó y no se proyectó prácticamente nada que ayudara a sacar al país del atraso. En el siglo XVI, Carlos V y Felipe II, gastaron todo cuanto vino de América en metal precioso en combatir el rabo del diablo por toda Europa, dándose la circunstancia de que nuestros maravedíes llegaron hasta China. Si analizamos detenidamente lo que nos dice Ramón Carande-máxima autoridad en este tema- y el propio
Sánchez Albornoz sobre la actividad financiera de Felipe II, la conclusión es que no alcanzaba la sal para el agua con tanto gasto, razón por la cual Felipe II hubo de decretar cuatro veces la situación de bancarrota del Estado al no poder hacer frente a los enormes gastos de la política exterior. Dado que lo fundamental era mantener a toda costa la hegemonía en Europa, no quedaba dinero para cuestiones interiores como las sociales, sobre todo cuanto hace referencia a la educación del pueblo. Los austrias del siglo XVI, dejaron un país agotado para que en el siglo XVII pudiera hacer frente a los graves problemas que se plantearon durante toda la centuria. Siglo éste calamitoso en todos los aspectos. Solo las grandes personalidades de las artes salvaron la situación. Pero en general, la decadencia -también en la creatividad- se hizo notable sobre todo en la segunda mitad del siglo. Y parece mentira que con el pobre Carlos II mejorase un poco la situación política y social con la puesta en práctica del neoforalismo.

El siglo XVIII lo iniciamos con un conflicto largo. La Guerra de Sucesión a la corona española, que nos tuvo en vilo los primeros catorce años del siglo. El pretendiente francés se alzó con la victoria y acabó con los fueros y privilegios existentes en algunas regiones del país. A eso se le llamó Nueva Planta de la monarquía o Decretos de Nueva Planta. Este proyecto lo había intentado sin éxito el Conde-Duque de Olivares en el S.XVII. Los Borbones se plantearon transformar el país. Había que trabajar mucho y duro, porque el atraso era muy grande. Todavía al llegar Carlos III, Madrid era una ciudad de ¡"agua va"! lo que hacía imposible la salida a la ciudad por la noche. Puso orden en este estado de cosas iniciando las obras de alcantarillado y otras bastante interesantes vinculadas al pensamiento ilustrado. Pero al más capaz de los reyes de la casa de Borbón del XVIII, en su batalla por las mejoras en el país, le faltó el haber
logrado alumbrar un texto constitucional, que realmente pudo haberlo conseguido con el equipo de ilustrados que tenía a su servicio. Hubo que esperar a 1812-si no contamos con el estatuto de Bayona de 1808 que nunca estuvo en vigor- para poder hablar del primer texto constitucional de nuestra historia. La constitución gaditana se elaboró en medio de circunstancias muy difíciles. Me perdonarán los lectores la nota erudita, pero es interesante tenerlo en cuenta. Entre los diputados reunidos en el teatro San Fernando de Cádiz había 90 eclesiásticos , 56 abogados, 30 militares, 9 marinos, 15 catedráticos de universidad,14 miembros de la nobleza, 8 comerciantes, un médico, un arquitecto, un bachiller, dos escritores, 49 funcionarios y 20 sin profesión determinada. La mayoría eran partidarios de la monarquía absoluta y a pesar de ello salió elaborado un texto liberal. Es verdad que es un texto extenso, a veces prolijo, con aspectos mejorables como es todo lo que se refiere a la emisión del sufragio. ¿Contaba con apoyos sociales el texto gaditano? Contaba con el apoyo de la minoría ilustrada: afrancesados, ilustrados carloterceristas, liberales y poco más. La mayoría de la población quería el regreso a España de su rey secuestrado y que lo fuera de acuerdo con los cánones del antiguo régimen. Es aquí donde echamos en falta esa burguesía culta de la que hablaba al principio del texto. Y en este forcejeo de proclamar el texto o suprimirlo estuvimos hasta el año 1833 en que murió Fernando
VII.

En Santa Cruz de La Palma, hay que contar con la personalidad del sacerdote liberal Manuel Díaz, que en el curso de la misa mayor del 11 de junio de 1820 dijo:" La experiencia de todos los siglos ha demostrado que sea cual fuere la necesidad de reforma que haya en un gobierno, la empresa de reformarlo con una revolución siempre es muy costosa y arriesgada. Esta verdad, aplicable sin duda a cualquier gobierno, lo parecía mucho más al de nuestra España. Entre otras razones fue muy grande el agravio que se hizo a una nación tan heroica, mandándola a retroceder al año 1808, que fue como decir al siglo XIV. Este agravio encerraba en si tantos otros que parecía preparar, desde entonces, una venganza tal que el corazón vacilaba entre sufrir el mal o repararlo". Esta fue la apuesta del padre Díaz-sin duda un hombre de fe- a la causa del progreso.

El siglo XIX nos lo pasamos en la inacabada e irresoluta lucha entre moderados y progresistas, haciendo y derogando constituciones. No se hizo reforma agraria, tampoco se hizo gran cosa en materia de instrucción pública, salvo la Ley Moyano, que estuvo en vigor hasta bien entrado el siglo XX, que venía a escolarizar un poco la población, pero con una dotación presupuestaria exigua. La educación estuvo mayoritariamente en manos de la Iglesia. No podía ser de otra manera, ante el descuido del Estado. Apenas se hizo algo en materia de revolución industrial. Piénsese que ya en 1712 Newcomen tenía en marcha una máquina de vapor, que luego perfeccionó él mismo y luego James Watt.

Ya mediado el siglo XIX toman fuerza los movimientos sindicales anarquista y socialista. Pablo Iglesias funda el PSOE el 1879, con un equipo de colaboradores entre los que estaba el médico Jaime Vera. Luego, en 1888, pero esta vez en Barcelona, se funda la UGT. Y ya en el siglo XX la CNT. A partir del Sexenio cobran fuerza el republicanismo y los movimientos nacionalistas. Pero La Restauración: 1874-1923, ignoró todo esto. Este régimen consolida un sistema de estabilidad política, pero oligárquico y caciquil. No era propiamente representativo de la voluntad del pueblo. Ni Alfonso XII, ni Alfonso XIII, ni los políticos del llamado turno pacífico tuvieron nunca en cuenta las demandas sociales que ya canalizaban los sindicatos, los grupos republicanos y el propio PSOE. Por esta razón, ha dicho Felipe González, el Partido Socialista tuvo que hacerse republicano. La Restauración recibió tres avisos sociales fuertes en sus casi 50 años de vigencia. En 1898, con motivo de la pérdida de las últimas colonias tras una guerra en la que el Estado gastó más de mil millones de pesetas de la época y envió unos 200 mil hombres. Todos de familias pobres. Los hijos de los ricos no iban a la guerra. En 1909, segundo aviso, con la Semana Trágica de Barcelona. En 1917-año importante en la historia de la humanidad- recibió el tercer y fuerte aviso: Asamblea de Parlamentarios excluidos del turno político, Huelga general conjunta CNT-UGT y creación de las llamadas Juntas de Defensa. Esta crisis se resolvió mal para no variar el curso de nuestra historia. Siguen los problemas en Marruecos. Aquel nido de víboras proporcionó grandes y graves disgustos a la Nación. Dictadura de Primo de Rivera y agotamiento de la monarquía. A Alfonso XIII, le hubiera gustado ser un buen rey, pero no supo. Le gustaban demasiado las intrigas palaciegas, los desfiles militares vistosos, las excursiones de cacería y la política de mangoneo. En sus casi 30 años de reinado, jamás se le vio hablar seriamente con un intelectual, o con un artista, o con un líder obrero, o con una persona que no perteneciera a su corte de aduladores y paniaguados.

Juan Pablo Fusi, nos ha recordado que a la altura de 1930, la monarquía era el problema. La república era la solución, pero para otra España. Ni al ejército, ni a los terratenientes, ni a los capitalistas, ni a la iglesia le interesaba. Terminó en una enorme tragedia. Querían que se mantuviera en España el estado de injusticia profunda vigente desde hacía mucho tiempo y lo consiguieron. Y lo mantuvieron durante toda la dictadura. En 1975, la monarquía no podía ser sino democrática, pero ¿cómo lograrlo? Hubo que hacerlo con mucho tiento y apelando al concurso de todo el país. Se logró. Nadie quedó conforme del todo, pero el texto constitucional de 1978 ha sido una herramienta útil para modernizar a España. ¿Se lograrán los nuevos retos? Creo y espero que sí. No podemos volver a nuestro pasado truculento, de resolver nuestras diferencias a tiros. Hay que hacer un nuevo esfuerzo de raciocinio. Tengo la esperanza fundada de que lo lograremos.

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