Cuando el 'caso Filesa' viajó hasta la isla de La Palma

El nombre de la ciudad de Santa Cruz de La Palma quedó ligado, de manera involuntaria, a uno de los casos de corrupción más sonados que salpicó de lleno al PSOE en la etapa de Felipe González, Filesa, que, en resumen, consistió en una trama de financiación ilegal de esta formación política a través de un entramado de empresas para hacer frente a los gastos de la campaña electoral de 1989.

El escándalo de Filesa vio la luz pública en 1991 y supuso un importante deterioro para el PSOE, que en 1993 perdió la mayoría absoluta. Además, este proceso llevó a Felipe González a declarar ante el Tribunal Supremo como testigo en dicho caso en el año 1997, cuando ya no era presidente del Gobierno.

Esta declaración se produjo en septiembre. Dos meses después, el 28 de noviembre de 1997, ingresaban en la prisión de Santa Cruz de La Palma dos de los condenados por el Supremo por este caso que tenían que cumplir penas de prisión: la excoordinadora de finanzas del PSOE, Aida Álvarez, y su pareja, Miguel Molledo, a quienes le habían impuesto una pena de dos años, cuatro meses y un día de cárcel. En unos meses, por tanto, se cumplirán 20 años de aquel encierro en la prisión de la capital palmera, que saltó a la primera página de la prensa nacional.

La decisión de entrar en esta cárcel fue de Álvarez y Molledo, y cogió por sorpresa a la prensa de la época, porque se especulaba que ingresarían en la prisión Tenerife II, isla donde habían fijado su residencia.

El entonces director de la prisión de la capital palmera, Carlos del Brío, que estuvo al frente del recinto penitenciario hasta el año 2006, cuando fue sustituido por Leovigildo Guerra San Gil, manifestó al periódico El País, que los dos condenados por el caso Filesa “es posible” que eligieran la cárcel de la capital palmera porque “no está masificada y tiene muy buenas condiciones”.

En esa época, la prisión de Santa Cruz de La Palma tenía 42 reclusos, vigilados y atendidos por 45 funcionarios. A finales de febrero del siguiente año, tres meses después, el Tribunal Constitucional decidió la puesta en libertad de ambos mientras se resolvía el recurso de amparo presentado contra su condena en el caso Filesa.

Tal y como informa el periódico El País, el matrimonio, nada más abandonar la prisión, acudió al Santuario de la Virgen de Las Nieves en señal de agradecimiento por su puesta en libertad a la Patrona de la isla.