Se dice, se comenta, se especula...

Que la Real Academia de La Lengua va a conceder al ministro de de justicia el sillón "ñoooooooooo" por intentar "purificar" la dureza de nuestro idioma en relación con la justicia.

Parece que, los claros cerebros que nos dirigen, han cambiado el término "imputado" por el de "investigado", porque el primero tiene cierto matiz de culpabilidad y ello, parece que permite que los "imputados" no abandonen sus cargos ni dejen de participar en los procesos electorales.

El invento no deja de ser curioso para un objetivo tan burdo. Se intenta lavar o blanquear el criterio que la sociedad tiene sobre ciertos señores sobre los que existen "dudas razonables" sobre su honra o idoneidad para participar en política.

Para esa historia no hace falta recurrir al lenguaje. No hace falta violentar la situación con este nuevo grito desesperado a una sociedad a la que desprecian y ningunean. Siguen sin entender que algo cambia y que se necesitan otras formas. Siguen sin comprender que los engaños ya no cuelan y además siguen sin saber que nuestro idioma es muy rico y que si no basta una palabra se utilizan dos o tres.

Con lo sencillo que sería decir:
Los: imputados, investigados, sospechosos, inculpados, encausados, encartados, destacados, marcados, perceptibles, dibujados, pronunciados, querellados, denunciados, procesados, los reos, demandados, acentuados, señalados. (Por corrupción) no pueden, o no deben, ir en las listas de los partidos.

O más sencillo aún, que se presenten los que quieran y dejar que los ciudadanos elijan verdaderamente, mediante listas abiertas. Pero no, lo que se intenta es dar otra vuelta de tuerca a este pueblo que cada vez aguanta menos.

Continuamos.