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Imputan a un hombre por usar veneno ilegal para matar aves

  • El Furadán contiene una sustancia, el Carbofurán, prohibida en la UE
  • La Guarcia Civil considera grave la colocación del verano en el medio natural

Ave muerta por cebos envendados en Breña Alta. Foto facilitada por la Guardia Civil.

El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) en la Isla de La Palma procedió, el día primero de junio, a la imputación de un hombre de 59 años de edad como presunto autor de un delito relativo a la Protección de la Flora y Fauna por la colocación de cebos envenenados en un huerto en cultivo, situado en Botazo, Breña Alta, para evitar que las aves se lo comiesen.

Según relató el hombre a la patrulla del Seprona, quienes encontraron una paloma muerta en el sembrado, impregnó con lejía y Furadán unos granos de maíz dejándolos secar y colocándolos a continuación sobre la tierra, junto a las plantas, para matar a las aves que le entrasen a su huerto.

Tanto el ave muerta como los granos de maíz fueron recogidos para su posterior análisis químico-toxicológico y confirmar la presencia de los productos tóxicos, así como la causa de la muerte del ave. Si bien, realizada una primera necropsia a la paloma, ya se encontraron varios granos de maíz en el buche.

El Furadán es un plaguicida utilizado en la agricultura cuya sustancia activa, el Carbofurán, clasificada como tóxica, se encuentra actualmente prohibida en la Unión Europea. Los efectos de esta sustancia afectan al sistema nervioso, dando lugar a convulsiones y fallo respiratorio, siendo un inhibidor de la colinesterasa, y cuya exposición puede causar la muerte.

La gravedad de los hechos no radica en que haya muerto una paloma, sino en el riesgo que implica la mera acción de la colocación del veneno en el medio natural, siendo éste una de las principales amenazas para la conservación de numerosas especies de fauna amenazada, pues causan amplias mortandades de las que no están excluidos los animales de compañía ni el propio ser humano. Sus efectos pueden persistir durante años y el movimiento de animales afectados puede extender su acción a largas distancias del lugar donde se emplea el tóxico.

En este sentido, a escasos 90 metros del lugar de colocación del veneno se encuentra una Zona de Especial Protección para las aves (ZEPA).

El uso de venenos está prohibido y considerado como un método no selectivo y masivo de captura de animales silvestres por la legislación estatal y autonómica, y está considerado como infracción por la legislación de caza y de conservación de la naturaleza y como delito en el Código Penal, donde se castiga con la pena de hasta dos años de prisión.

En lo que va de año, el Seprona en La Palma ha llevado a cabo, además de la interposición ante diferentes órganos administrativos de más de 100 denuncias por infracciones relacionadas con el medio ambiente, urbanismo y protección de los animales, la imputación a un ganadero por un delito de maltrato animal hacia los animales de su explotación; a un arquitecto, por un delito de falsificación de certificado en un asunto urbanístico; un empresario, por un delito contra los Recursos Naturales y el Medio Ambiente, por el vertido no autorizado de hidrocarburos al mar, y a otro empresario por un delito de desobediencia grave a la autoridad judicial por el incumplimiento de la medida cautelar adoptada por orden judicial de suspensión de actividades que pudieran afectar gravemente al medio natural.

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