cerrar
cerrar
Registrarse
Publicidad
Sociedad
Publicidad
Garafía

El Centro de Visitantes: Desde el Icona hasta el Cabildo, pasando por Altamira

La historia del Centro de Visitantes del Roque de los Muchachos está salpicada de encuentros y desecuentros, y de intentos fallidos

Hay que hacer una auténtica labor de arqueología para rastrear las raíces del Centro de Visitantes del Roque de los Muchachos. Un proceso que se inició un mes de junio de 1987, hace ahora 29 años, que mañana se ve culminado con la colocación de la primera piedra de estas instalaciones, tras un largo recital de intentos fallidos por parte de diferentes administraciones, incluso contando con los fondos necesarios para su ejecución. El hambre agudiza el ingenio y quizá por ello, cuando por fin se ha plasmado, es durante la peor crisis económica que ha pasado el país en su historia reciente, momento en que el Cabildo decide hacer suya la iniciativa y ponerla en marcha, de entrada, únicamente con fondos propios.

Es en 1987 cuando el extinto Instituto Nacional para la Conservación de la Naturalez (Icona) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) firman un acuerdo para la construcción, puesta en servicio y mantenimiento del que entonces se denominaba Centro de Interpretación del Roque de los Muchachos.

De esta iniciativa poco se habla en el resto de la década de los ochenta y será en 1993 cuando se apruebe el proyecto del Centro de Interpretación, con un presupuesto de 200 millones de pesetas. Junto con estas instalaciones, donde se planteaba no solo exponer en dos grandes salas todos los aspectos relacionados con la investigación astronómica, sino también con la naturaleza y la arqueología del Roque de los Muchachos, preveía construir un edificio, cerca de la helisuperficie, que albergara un telescopio para la Agrupación Palmera de Astronomía.

Pero no será hasta 1999 cuando se saque a concurso la obra de este proyecto, al que se presentaron tres empresas, tal y como confirmó entonces Parques Nacionales, que era, en aquella época, el organismo encargado de su adjudicación.

Pero el IAC, ante el desarrollo que había experimentado el Observatorio desde que firmara el convenio en 1987 hasta la fecha, entendía que las condiciones del acuerdo estaban desfasadas, lo que provocó que Parques anulara a finales de 1999 el expediente de contratación.

El desencuentro entre ambas instituciones empantanó el desarrollo del proyecto y aunque desde el Ministerio no se cansaban de repetir que existía financiación para su ejecución, la realidad es que la entrada del nuevo milenio tampoco sirvió para que estas instalaciones, sobre las que ya empezaba a reclamar la patronal turística su ejecución, se materializara.

En adelante, el Cabildo decide adoptar un papel más activo, y en 2003, el pleno aprueba un acuerdo entre la Institución insular, el Ayuntamiento de Garafía y la Asociación Astronómica Palmera para la creación de un consorcio dirigido a la construcción de un observatorio amateur y un albergue de montaña en el Roque.

Ese mismo año se produce un cambio de denominación del proyecto. El entonces ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, habla por primera vez del Parque Cultural del Roque de los Muchachos, en el seno de la celebración de un consejo rector del IAC, donde se aborda la necesidad de crear estas instalaciones.

Ese mismo año se produce un giro en la orientación del proyecto y las administraciones abogan por una concesión para que sea una empresa privada la que ejecute el Parque Cultural y lo explote. Para su realización y gestión llegó a mostrar interés la empresa que gestionaba entonces las Cuevas de Altamira, en Santander.

Pero el tiempo sigue pasando, no sin hacer nada, pero con medidas que no conducen al objetivo, como la anunciada creación de la Fundación del IAC, a través de la que se contemplaba poder desarrollarlo.

En 2006 presentan un plan de viabilidad para el Centro de Visitantes, que incluía la creación de dos instalaciones hoteleras en Garafía, una en San Antonio del Monte y otra en Hoya Grande. En los útimos días de ese mismo año, el Cabildo, el Ayuntamiento -que previamente había cedido los terrenos- y el IAC firman un convenio para la creación de estas instalaciones con capital privado.

Será en 2007 cuando vuelven a sacar a licitación el Centro de Visitantes, a través de la fórmula de concesión pública, para la realización del proyecto, ejecución de la obra y explotación. Pero nadie se presenta, ni siquiera la empresa que realizó el estudio de viabilidad, y queda desierto.

En 2010 se inicia un nuevo proceso, con la firma de otro acuerdo de colaboración entre las mismas instituciones, que, esta vez sí, terminará por cuajar seis años después, no sin grandes inconvenientes y cambios de planes, con un proyecto que aprobó definitivamente el Cabildo en 2014, pero esta parte de la historia se conoce mejor. Probablemente este Centro de Vistantes sea menos ambicioso que lo que se llegó a plantear en algún momento, por el necesario ajuste económico, pero será un espacio digno para un lugar tan significativo de la isla de La Palma, donde los miles de visitantes que suben hasta la cumbre encontrarán información sobre lo que hacen a escasos metros los científicos y los valores del entorno que los rodeo. Además de poder descansar y tomar un café, por lo menos.

Archivado en:

Más información

Publicidad
Comentarios (1)

Leer más

Publicidad

Últimas noticias

Publicidad

Lo último en blogs

Publicidad