A veces se llega demasiado pronto a una cita, a un cine, a un teatro o a ese lugar donde habitan los muertos, a ese lugar tenebroso que nadie quiere ir. A esa cita con una enfermedad llamada cáncer que disfrazada de parca nos persigue, nos atemoriza, nos anuncia una posible muerte.
Y lo peor es que no respeta ni a niños ni a mayores. En el caso del cáncer infantil, la Sociedad de Hemato-Oncología Pediátrica informa que es la primera causa de muerte en España entre menores de 18 años, que cada año se diagnostican alrededor de 1.400 nuevos casos. Una enfermedad que lleva a muchos padres a cruzar la tristeza, a compartir el sueño y la vigilia, las risas y los llantos de sus hijos con devoción y ternura. A perseguir el sueño de alargarles la vida. Y aunque es cierto que unos consiguen arrinconar la enfermedad, otros se sumergen en el recuerdo, en lo felices que fueron juntos.
El cáncer nos enseña a morir cada día, a luchar en soledad, a buscar el camino de regreso, a pensar en los poderes de Dios. Nos enseña el dolor y las despedidas como las de Pedro Santiago García, Clara Isabel Hernández o Pepe Rivero Gómez.
Pepe Rivero fue un hombre de corazón grande y generoso que comprendió que debía cultivar la memoria humana y literaria de su abuelo, Domingo Rivero por el que sentía verdadera devoción. Estaba convencido que la obra del poeta debía ser publicada, leída y conocida. conocida. Durante algunos años, nos tropezábamos en la calle Triana. Nos confió el proyecto del Museo que , tanto él como su esposa, María Luisa Estévez, trabajaban con firmeza día a día. Hablábamos de lo que hacíamos o pensábamos hacer cada uno de nosotros. Mientras él se negaba a los problemas que aparecían, a la tristeza de su frágil salud. La procesión iba por dentro. Hoy el Museo Domingo Rivero ha cumplido cinco años, y aunque Pepe se ha marchado sus pensamientos seguirán vagando libres, cordiales, entrañables en ese espacio común que él creó.
Pedro Santiago fue también un hombre discreto y como gerente en “Quesos de Valsequillo” colaboró en proyectos artísticos-culturales que organiza el curador Diego Casimiro. A los tres el cáncer acabó minando las fuerzas, a pesar de que lucharon y lucharon a brazo partido con la enfermedad, no lograron escapar de ella. Solo les quedó dulcificar la vida, dulcificar la muerte.
Clara Isabel vital, estaba convencida que la palabra y el sueño podía engañar a su terrible enfermedad. Y se puso a escribir. La literatura le alargó la vida, le brindó la oportunidad de sondear en sus emociones. Nos dejó tres libros publicados y una obra poética inédita.
Algunos investigadores creen que estamos más cerca de lograr terapias más eficaces y con menos efectos secundarios, de descubrir nuevos tratamientos que, aplicados a medida para cada caso, podrían acabar con las células malignas en constante mutación, lograr que no sea la tercera causa de muerte en los humanos.
¿Pero cuando lo veremos? Si España se resiste a hacer reformas claves contra la escasa inversión en innovación y cultura científica, si no es capaz de apostar por la investigación, si permite que los científicos españoles tengan que exiliarse, si leemos que es el país de OCD que más recortes ha hecho al presupuesto excepto Grecia.
¿Qué nos queda a los enfermos, luchar y luchar en vano? No sería más útil como dice el escritor, Eduardo Sanguinetti que lucháramos nosotros por ellos y por nosotros, por todos, y que dejáramos de votar opciones políticas que recortan de manera homicida en investigación científica y en el sistema público de salud. Porque nadie sale a flote de ninguna cuestión importante de la vida luchando en soledad ni aplicando un libro de citas célebres de Paulo Coelho.
Blog-rosariovalcarcel.blogspot.com
rvalcarcel
Si, estimada amiga: Doloroso.
Gracias. Reciba mi abrazo apretado.
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palmeraviajera
Si…Ese enemigo que nos persigue sin dar tregua, sin anunciarse, ése, en el que siempre hemos pensado que es lo peor que puede pasar…pero siempre desde la perspectiva de que le pasó a otro y siempre referiéndonos a él en tercera persona. Hasta que un día cualquiera, con un simple catarro, con una simple infección o enmascarado con una simple dolencia se presenta ante ti, y es el médico su instrumento para comunicarte “aquí estoy..te he pillado, te ha tocado..”. Terrible enfermedad en la que al principio el impacto es tan grande que ni siquiera te planteas que pasa..sólo sabes que tienes un cáncer y tienes miedo al dolor. Y empiezan las pruebas y operaciones y tratamientos…y si es que éste terrible enemigo te da una tregua..es cuando empiezas a darte cuenta de lo que puede pasar, empiezas a mirar la vida desde otra perspectiva, ya lo material no te importa, sólo tus seres queridos y piensas que quizás no vivas para verlos vivir a ellos. Y ese miedo constante ante cualquier molestia..tanto que tu familia llega a hartarse un poquito de tus quejas y te dicen “pero si estas bien!” Solo quien lo ha pasado sabe que moriremos con ese miedo de que la vida se nos puede acabar en cualquier momento y que lo mas frustran te es dejar a tus seres queridos por detras y el miedo al dolor. En fin ..maldito cáncer
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pevalqui
Así es el sino de la vida. Tan alegre unas veces y tan triste otras. Hace apenas dos o tres años se nos fue una alumna aquejada de cáncer linfático. Tras una larga ausencia por razones obvias, volvió con un pañuelito en su cabeza, una delgadez escuálida y la desolación en su mirada. Pretendía terminar la ESO para luego emprender un módulo de grado medio. La enfermedad se la llevó pocos meses después una vez que la metástasis le había corroído la médula e invadido otros órganos. Las pruebas para el pretendido trasplante, fracasaron. Desconocía que se nos hubiera marchado Clara Isabel por tal motivo.
Afortunadamente cada vez son más las personas que han conseguido superar la enfermedad, anónimos y famosos, entre los que se encuentran Serrat y Luz Casal, que sigue luchando con denuedo. Las posibilidades de curación si se ataja a tiempo son grandes. Tienen mejor pronóstico. Sobre todo en los cánceres ginecológicos como en los de próstata, en varones de cierta edad.
Pepín Rivero fue un pionero en el periodismo deportivo internacional en Canarias. Las crónicas que puntualmente emitía desde Inglaterra, no tenían desperdicio. Estaba tan orgulloso de aquella etapa, que decidió comprarse “un Mini”. Se le encendían los ojos salpicando anécdotas de aquella época. La vida, la vida. Para bien. Y para mal.
Hasta luego.
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