Hace unos días fuimos a ver una película de amor, una película francesa, una historia de una quinceañera. Una película titulada "La vida de Adèle" que nos mostró sin tapujos y sin medias tintas el inicio de un amor entre dos chicas. Los celos, la infidelidad. El reflejo de una opción estética y filosófica.
Todo un poema de amor o sobre el desamor o sobre el fracaso amoroso cuando entra en juego los celos, los temores, la transformación de amor en odio. El dolor de la ruptura, y el sufrimiento que provoca en el alma el alejamiento del ser que amas.
El director Abdel Kechiche, que además firma el guión junto a Ghalya Lacroix, consigue crear el lenguaje inquietante de una adolescente, los temblores de la iniciación al gozo de Adele, una joven de mirada inocente que se siente confundida en cuanto a su sexualidad pero que desde que conoce a Emma, protagonizada por Léa Seydoux quien luce un pelo de color del firmamento, del mar, un color que está considerado en muchas culturas como un símbolo de espiritualidad o nobleza, de sinceridad o fidelidad, su vida se transforma y descubre que es lo que quiere y necesita.
Y se siente tan atraída por ella que sueña y sueña a través de la exploración física de su cuerpo, tanto que la lleva a estremecerse furiosamente en espasmos de gozo.
Con un deseo que es como un latigazo de pasión que sacude su cuerpo, que rompe con la monotonía de su existencia, consiguiendo despertar en ella un torbellino de sensaciones incontrolables. Un amor, que igual que una droga, desea convertir en la razón de su vida.
La película, basada en la novela gráfica de Julie Maroh, le han concedido el premio La Palma de Oro en Cannes dentro de la temática en torno al amor y la pasión. A Spielberg, presidente del jurado le encantó y señaló que con este premio se reconocía el trabajo de tres artistas, de Kechiche y de las dos actrices protagonistas, las francesas Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux.
A su vez señaló Kechiche al recibir el premio "Me gustaría dedicar a la hermosa juventud que me encontré, gente que me enseñó mucho sobre el espíritu de libertad y también a otra juventud, por algo que pasó no hace mucho tiempo, a la revolución tunecina, por su aspiración de vivir con libertad, expresarse libremente y amar con plena libertad"
La vida de Adèle se ha estrenado en Francia en muy buen momento, en plena aprobación del matrimonio gay. Tampoco ha faltado la polémica que se ha entablado entre el director y las protagonistas sobre el rodaje de las tomas de sexo. Le acusaron de rodar infinidad de tomas con carga erótica.
Pero Kechiche afirma que lo que quería era que las actrices fuesen evolucionando al mismo tiempo dentro y fuera de la pantalla. ¿Lo más difícil de esas escenas eróticas? "Construir al personaje delante de la cámara. Transmitir espontaneidad y naturalidad".
Y lo consiguió porque nos muestra con gran maestría y espléndidas imágenes, la ceremonia del amor, los encantos íntimos del cuerpo de la mujer, el enorme placer del sexo, el aleteo y los susurros, la entrega total. Nos muestra en definitiva el corazón de las protagonistas. Un corazón que contiene desde la época del poeta Catulo: la libertad de los amantes, el amor como infracción, y los celos.
Porque es una película que va más allá del amor lésbico, de un amor que es sometido a pruebas, a dudas, celos, fiestas. Una película romántica que muestra el alma de dos mujeres, la belleza y la perfección física de Adèle y Emma que despojándose de toda gazmoñería, practican con exquisito refinamiento la plenitud del amor, la embriaguez delirante del sexo, la magia de sus emociones y sentimientos. El amor y la pasión.
Blog-rosariovalcarcel.blogspot.com
PedroLuis
Doña Rosario, ¡por Santa Adela!, no se ría de las desgracias. Créase de verdad que estas cosas me ponen nervioso, y me llevan a ese "sí, pero no", tan propio de los confundidos…
Gracias, por su sonrisa, y por contribuir a enseñarnos a ver las cosas desde "otro sitio".
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rvalcarcel
jajajajaja D. Pedro Luis,
por qué será que usted siempre me hace reír.
Gracias por seguir mis escritos, por seguir a Adèle.
Y mi abrazo apretado.
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PedroLuis
El amor no tiene sexo… ni los celos, ni los aciertos, ni los errores, ni las dudas, ni los clichés culturales y religiosos que nos forman y nos deforman. Que nos educan ¿o nos taran?… y nos conducen a preguntarnos, explícita o implícitamente, si de verdad creemos lo que expresamos y expresamos lo que creemos.
Bueno, tampoco vamos a complicarnos la vida, pues es sólo una película. Sí, pero también es la "Vida de Adela"… y Adela no es una película, es una persona.. ¿O no, y sólo es una actriz?
No he visto la película y ya estoy enredado… Válgame Dios, mis desconciertos, mis desaciertos…
Saludos.
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rvalcarcel
Totalmente de acuerdo Pedro. La convivencia debe ser con tolerancia porque como bien dices sería muy sano para todos.
Un beso grande, grande.
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pevalqui
Aunque aún no he tenido la fortuna de ver la película, es obvio que sobre todo en estos últimos diez años, se han roto muchos moldes respecto de la homosexualidad. Todo sea para favorecer la necesaria tolerancia y sana convivencia entre personas con distintas apetencias sexuales.
Buenos días. Saludos cordiales.
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lleon
Una película potente, sensible, delicada y sutil a la vez, con una interpretación soberbia de las dos chicas. Ojalá que pueda verse en La Palma.
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