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Opinión
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Villa de Mazo. Réquiem por Las Calzadas

Queridos amigos y amigas.

Sigo pensando que no hay razones objetivas para lo que se hace en Las Calzadas de nuestro pueblo.
Descartada la accesibilidad por razones de excesiva pendiente, también queda descartada su normativa, pero es más, si los 180 cm de ancho de la acera tienen como razón el cruce de dos sillas de ruedas, no se puede considerar ilegal, dos aceras de 90 cm. con ordenación de subida y bajada. Seamos sensatos y utilicemos la razón. Dejemos los regateos, y por última vez: no cometan la torpeza de seguir con las obras porque, con toda seguridad, alguna corporación del futuro tendrá que reparar el daño.

Señora alcaldesa, señores concejales olviden los entresijos políticos del dime y el direte, recapaciten, hagan un alto y miren lo que se ha hecho. Cierren los ojos y vean sobre esa calle un arco con una pata en la acera y la otra en el otro lado de la calle restante, vean un pasillo y/o alfombra descentrado. Se perderá toda la simetría y con ella la perspectiva y belleza del conjunto y, aunque no sea por Corpus, las dimensiones, las formas y los materiales, afean, desentonan, chocan y dan una puñalada de muerte nuestro pueblo.

No hay nada que nos obligue a ello, por lo que considero que es puro voluntarismo. Si como parece las obras siguen adelante, me convertiré en observador pacífico de la destrucción de la herencia de nuestros padres, yo especialmente, porque, aunque le pagaron un salario, esas piedras recogieron el sudor del mío y de los muchos que las hicieron y las han mantenido.

Asistiré a una muerte anunciada, quedaré triste con su muerte y como si de un ser vivo se tratara iré a darle mi despedida, una triste despedida porque lo que quede de su mutilación ya no representará nada para mí.

Cuando las palas entren en mi calle y cuando asienten sobre ella otras piedras de otros lugares y colores, le llevaré un ramo de flores e igual que hice con mis padres le daré un último adiós. Es posible que alguien quiera acompañarme, pero no importa, las despedidas también  pueden hacerse desde la soledad.

En el resto de mi vida seguiré pidiendo a GRITOS, a los responsables de los futuros ayuntamientos, que devuelvan este hurto, que vuelvan  las palas, que se arranque de nuestras canteras piedra similar, y que unas manos hábiles y cuidadosas como las de mi padre y muchos hombres de Mazo, le digan a nuestra calle  como si de Lázaro se tratara: Levántate y deja andar sobre ti la verdad, la belleza y la cordura.

Tenerife 5:30 de la mañana del día 02/08/21
Máximo .. o Simo.

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