Yohana Hernández González, de 30 años y natural de Villa de Mazo, con su relato ‘Despacio’ ha sido la ganadora de la tercera y última semana del concurso literario de fiscohistorias organizado por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma con el objetivo de despertar la capacidad creativa durante el confinamiento por el coronavirus Covid 19.
La concejal del área, Virginia Espinosa, ha informado de que el jurado creado al efecto ha valorado de esta obra “el sólido ritmo de la narración y la destreza con la que la autora ha sabido contar cómo una situación cotidiana se convierte en un acto extraordinario”. El relato se presentó firmado bajo el seudónimo Luz Lorenzo.
Yohana Hernández González obtiene como premio, al igual que los vencedores de las dos primeras semanas de esta primera edición, un curso de escritura online de tres meses de duración en Escuela de Escritores, la mayor escuela de escritura creativa en español del mundo, donde podrá seguir aprendiendo y disfrutando del arte de escribir de la mano de grandes profesionales.
Virginia Espinosa ha reconocido que el desarrollo de este concurso “ha superado todas nuestras expectativas y nos ha sorprendido gratamente”. Y es que “nuestra intención era que los jóvenes mantuvieran activa su capacidad creatividad durante la obligación de quedarse en casa, pero la realidad es que además hemos descubierto el talento para la literatura de un gran número de jóvenes de La Palma”, a los que ha pedido “mantener su amor por la escritura y no dejar nunca de plasmar en un papel sus diferentes formas de entender e imaginar la vida”.
La concejala de Juventud ha agradecido a los jóvenes de Santa Cruz, Puntallana, Breña Alta, Breña Baja, Villa de Mazo, San Andrés y Sauces, El Paso y Los Llanos de Aridane que han participado en este concurso.
Obra ganadora
Despacio.
Despacio, bajo las escaleras. Me he vestido para la ocasión, después de días de reclusión. Cuando llego al portal, miro a través de su cristal. El cielo está azul. Abro la puerta con fuerza y salgo fuera, casi dando traspiés. Disfrutando de cada paso llego a destino, donde me demoro un poco más de lo normal. Cuando ya empieza a pesar, alzo la tapa y, con un balanceo, tiro la bolsa dentro. Dejo caer la tapa y vuelvo al portal. Miro por última vez la calle vacía y el cielo azul. Todo saldrá bien. Sonrío y entro.
Luz Lorenzo
