No podemos hablar de servicios de emergencias sin la colaboración ciudadana
Nieves Lady Barreto, consejera de Política Territorial.
La pasada semana celebramos el Día Mundial de Protección Civil, una fecha señalada que nos llama a reflexionar sobre el valor que las administraciones públicas y la sociedad en general damos al concepto de Protección Civil.
Las políticas y las acciones del Gobierno tienen una importancia crucial para actuar ante cualquier situación de emergencias, ya que es en el ámbito de la autonomía donde se sufre de manera directa los efectos de las amenazas y desde donde se configura de manera más eficaz la planificación y la gestión del riesgo en general. En el caso de Canarias, se suma además, la complejidad propia de ser un territorio fragmentado especialmente sensible ante ciertos fenómenos naturales a los que nos vemos expuestos.
Siguiendo las indicaciones del Marco de Sendai (2015-2030), el escenario estratégico actual viene caracterizado por grandes dosis de complejidad e incertidumbre. En un mundo cada vez más globalizado, a los tradicionales riesgos y amenazas naturales se van sumando otros nuevos -de naturaleza tecnológica, industrial, fallos en infraestructuras, etc.- que podrían poner en riesgo el desarrollo económico y bienestar de Canarias.
Partiendo del gran valor geopolítico, que se ve revalorizado por su alto nivel de seguridad, nuestro Archipiélago no puede permanecer impasible ante este panorama. Es cierto que participamos de un contexto europeo de seguridad que actualmente favorece la protección de la integridad física y el bienestar de los nuestros ciudadanos y visitantes, pero es necesario seguir trabajando en la consecución de una estrategia de Protección Civil integral, con perspectiva de servicio público y continuada en el tiempo.
Por ello, contar con una ley de Protección Civil de Canarias es uno de los objetivos destacados de la agenda política de este Gobierno. La futura norma establecerá los principios rectores de la acción en esta materia.
Pero nada de lo que podamos hacer desde las Administraciones públicas tiene sentido sin la preparación y desempeño del personal de los servicios de Protección Civil que trabajan diariamente para que nuestra Comunidad sea más segura. Su capacidad, motivación, esfuerzo y profesionalidad garantizan una respuesta inmediata a las demandas de auxilio, materializando su actuación como servicios públicos que diariamente salvan vidas.
En este colectivo tiene especial relevancia el voluntariado, que con su trabajo altruista encarnan el mejor ejemplo del derecho de los ciudadanos a participar en la construcción de una sociedad más plural, igualitaria, libre y justa.
Por ello, mejorar sus condiciones de funcionamiento, coordinación y desarrollo constituye uno de nuestros principales objetivos, además de avanzar en el reconocimiento social que este colectivo merece.
Todos los intervinientes, coordinados de manera eficiente por el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (CECOES 1-1-2), garantizan la protección y atención de personas, bienes y medioambiente en caso de emergencias. A todos ellos no podemos más que agradecerles infinitamente el trabajo que hacen en pro de los demás.
Pero la Protección Civil no debe convertirse en un concepto meramente paliativo que sólo funciona cuando existe una demanda de auxilio. Al margen de cumplir con este precepto, desde este Gobierno de Canarias queremos promover que todos los ciudadanos se conviertan en parte activa del Sistema a través de dos herramientas fundamentales: la información y la formación.
No podemos hablar de servicios de emergencias sin la colaboración ciudadana. En los países del entorno europeo el desarrollo de la sociedad del bienestar va íntimamente ligado a la participación ciudadana. Así, del mismo modo que pedimos su colaboración en la vida política, económica, cultural y social, debemos promover la implicación de la ciudadanía en la defensa de la integridad física de las personas, bienes y medio ambiente en general.
La Protección Civil en Canarias debe armonizar los objetivos, recursos y políticas existentes en materia de seguridad, tomando como referencia la anticipación y la prevención e involucrando a todas las Administraciones y sociedad en general.
Asumimos que el concepto de seguridad en el siglo XXI debe ser mucho más amplio y dinámico y trabajamos diariamente bajo estas premisas y con la firme convicción de que es necesario acordarnos de la Protección Civil todos los días, no sólo cada 1 de marzo.
Nieves Lady Barreto
Consejera de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad del Gobierno de Canarias
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PedroLuis
Bien está el acordarnos de Santa Bárbara cuando no truena. Improvisar bajo la tormenta dificulta, cuando no impide, elegir con tino la mejor vía de escapatoria.
No tenía ni idea, imagino que como la mayoría de los que por aquí nos asomamos con voluntad de aprender, del “Marco de Sendai para la Reducción de Riesgos y Desastres 2015-2030”.
Los dos primeros párrafos del documento que lo resume, dicen textualmente:
El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 se adoptó en la tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas celebrada en Sendai (Japón) el 18 de marzo de 2015. Este es el resultado de una serie de consultas entre las partes interesadas que se iniciaron en marzo de 2012 y de las negociaciones intergubernamentales que tuvieron lugar entre julio de 2014 y marzo de 2015, con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, a petición de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El Marco de Sendai es el instrumento sucesor del Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015: Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres. El Marco de Acción de Hyogo se concibió para dar un mayor impulso a la labor mundial en relación con el Marco Internacional de Acción del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales de 1989 y la Estrategia de Yokohama para un Mundo Más Seguro: Directrices para la prevención de los desastres naturales, la preparación para casos de desastre y la mitigación de sus efectos, adoptada en 1994, así como su Plan de Acción, y la Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres de 1999.
Para los que quieran saber más, ver:
http://www.unisdr.org/files/43291_spanishsendaiframeworkfordisasterri.pdf
P. D.- Resiliencia = capacidad de las especies y ecosistemas (por extensión, personas, pueblos, regiones, naciones) para recuperarse tras una perturbación o desastre.
La “palabrita” ya se ha incorporado al DRAE.
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