Una antigua tradición de la isla canaria de La Palma estima reparos populares a la “entrada del mes de mayo”. Se “temía”, por las antiguas creencias, de no estar bien despiertos y espabilados en el amanecer del 1 de mayo.
El “remedio” consistía, para los despistados, en recibir un buen susto y así evitar los males de somnolencia, dormidera, apatía o pocas ganas para trabajar que caracteriza, según la tradición, al mes de mayo.
Ese buen susto se recibía con la utilización de los llamados “mayos”, un pelele o machango a tamaño natural con las más estrafalarias o elegantes indumentarias y caracterizaciones. En cualquier lugar, y siempre a la vista del viandante,se colocaban los peleles y el transeúnte ante lo imprevisto se daba el susto y se espabilaba para afrontar el temido mes. Así se evitaba el dicho y creencia popular de que “entrara mayo por el culo”.
La tradición de los “mayos” (maios) la compartimos con el archipiélago portugués de Azores. Es al menos curioso el recordar los lazos históricos de las relaciones comerciales y culturales, desde el siglo XVI, entre Portugal y la isla canaria de La Palma.Hay quien ha dicho que La Palma es la isla más portuguesa de las canarias. Así parece. También los encontramos en municipio de Alhama de Murcia, festejos declarados de Interés Turístico Nacional. Municipio murciano de unos 21.000 habitantes.
Hoy, el 1 de mayo son muy pocos “mayos” los que encontramos por La Palma. Por esas cosas que pasan, y el pueblo manda, los “mayos” se han centrado mayoritariamente entorno a los festejos de la Santa Cruz, el 3 de mayo. El mayor y espectacular ejemplo lo desarrolla los vecinos del municipio de Santa Cruz de La Palma. Visita obligada para admirar cada año las parodias desarrolladas entre los peleles, cada año cargados de ironía y en muchos casos denuncias sociales y políticas.
MARÍA VICTORIA HERNÁNDEZ, autora del libro “La isla de La Palma, las fiestas y tradiciones”. Centro de la Cultura Popular Canaria, 2001.
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