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La sanidad necesita solidaridad ciudadana masiva urgente

Una sugerencia para el sector docente

Una Sanidad y una Educación Pública, sólida y gratuita ha sido y será, para aquellos que defendemos un Estado Asistencial fuerte, la base de nuestra ideología sobre el Bien Común. En estos tiempos convulsos que vivimos con la pandemia del Covid-19, la primera de ellas, la Sanidad, está demostrando su valía sobradamente. También ha quedado de manifiesto la temeridad que han supuesto los recortes brutales en medios humanos y materiales que ha sufrido en la última década por parte de gobiernos ultra liberales irresponsables que han fiado toda su política en las privatizaciones masivas, la bondad de la externalización de servicios y conciertos con el sector privado, y la pleitesía a la Ley Todopoderosa del Mercado…como si la salud y la vida fueran mercancías que se venden y se compran.

El sector sanitario y el sector docente de trabajadores y trabajadoras han sido históricamente dos gremios laborales que han tenido estrechos contactos solidarios en sus luchas comunes por unos servicios públicos de calidad. El primero de ellos, los sanitarios, están combatiendo hasta la extenuación en estos momentos, como bien se sabe, por la salud y la vida de todos y todas, poniendo en riesgo la suya. Muchas muestras de simpatía se han expresado en estos días desde amplios sectores ciudadanos. Pero creo que no es suficiente. Hacen falta más cosas, aparte del apoyo moral. Años de debilitamiento y recortes en el sector sanitario no se pueden subsanar en unos pocos días…Y hace falta urgentemente que eso, que parece imposible, suceda, por el bien de todos. Tienen que tener los medios humanos y materiales que necesitan, pero ya. Aparte de lo que se está haciendo a nivel institucional para revertir esa situación, creo que muchos gremios laborales pueden echarles una mano para lograr ese fin necesario y vital. Que no les falte de nada a nuestros sanitarios.

Creo, como docente que soy (aunque jubilado hace dos meses), uno más de los 750.000 que hay en todo el Estado, que nuestro sector podría dar un ejemplo decisivo que se extendiera a otros sectores. Con un pequeño esfuerzo, un escaso sacrificio de cada uno, les daríamos un apoyo fundamental. Sugiero, propongo, imploro a nuestros representantes, los sindicatos que nos representan, que hagan a las autoridades competentes la siguiente oferta: que en nuestro próximo sueldo a cobrar, nos resten a todos una cierta cantidad, un 5% digamos, para que sea, bajo control asimismo sindical, redirigido única y exclusivamente a la dotación de material y medios para nuestro sector sanitario público. Esta reducción momentánea de salario, sugeriría que fuera para todos y todas las trabajadores docentes de este estado que tengan jornada y sueldo completo, así como para aquellos docentes ya jubilados con el 100% de sus haberes.

Algunos preguntarán, y con cierta razón: ¿por qué esta sugerencia para los docentes? ¿Qué pasa con los otros sectores? Mi respuesta sería que debemos ser los primeros por lo que comenté más arriba: docentes y sanitarios han estado muy cercanos en sus luchas. Merecen que seamos los primeros en dar ejemplo. Ya otros se unirán solidariamente. Y a “ciertos sectores” habrá, si hace falta, que presionarlos un poco para que se unan al carro solidario. Por ejemplo, las decenas de miles de alcaldes, concejales, diputados provinciales y forales, consejeros de Cabildos, parlamentarios autonómicos, senadores y congresistas. Ellos también deberían decidir dar ya una parte de sus sueldos al sector sanitario. Si unos empezamos, otros difícilmente podrán negarse. También la presión social llegará a las grandes fortunas, empresas muy prósperas, como las grandes cadenas de la alimentación que ahora, encima venden más por el pánico social.

Por otro lado, ya hace unos años, junto con el resto de trabajadores públicos, nos sustrajeron contra nuestra voluntad también un 5% de sueldo, más una paga extra, para un fin menos noble: rescatar a los cuatreros de la banca para un préstamo que, por cierto, no han devuelto. Se les debería exigir, pero ya. Si entonces contribuimos obligados a salvar a esos golfos …¿no es conveniente el mismo esfuerzo, pero voluntario, para ayudar ahora a quienes nos están salvando a tod@s?

Seguro que también más de uno pensaría, ¿y la Jefatura del Estado, la más alta institución de España, qué? Pues sería todavía más presión para ambos, pues tenemos dos reyes. El actual en ejercicio, Felipe VI, debería dar una parte de sus emolumentos a la sanidad, por supuesto. Si no lo hace, seguirá cavando su propia tumba política, que ya es bien honda. Las caceroladas durante su discurso del otro día demostraron que no es muy apreciado en bastantes sectores ciudadanos. El anterior, el Rey Sin Mérito, pues a ver qué pasa por su cabecita coronada. Ya es muy mayor, con poca salud, es del grupo de más riesgo ante este virus que no distingue ni de clases sociales, de ni países, ni de sangre roja o azul. Muchos años de vida ya no le quedan, ni fuerzas para seguir pasándoselo de p. m. como hasta ahora con sus “amigas entrañables”. Ya ha bailado lo que ha bailado. Solo queda por ver cómo quiere pasar a la Historia: como un ser humano que al final de sus días hizo examen de conciencia y donó su supuesta fortuna, ilegalmente adquirida y depositada en Suiza, para el Bien Común. Es decir, irse como un caballero. O quedar como uno más de los Borbones típicos y tópicos, de amargo recuerdo y nefasta memoria. Él verá qué decide y las consecuencias que acarreará para su estirpe.
Fdo. Tomás Ramos (docente jubilado).

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