El acuerdo adoptado por los 14 alcaldes de La Palma, de los tres colores políticos (PSOE, CC y PP) ha encendido la alarma sobre los recursos del Fondo de Desarrollo de Canarias que han llegado a la isla y que el Cabildo está tramitando con una lentitud que está sacando de quicio a los regidores. ¿Falta de agilidad burocrática en la Administración insular, de dirección política o carencia de técnicos para su tramitación? Una de estas tres causas o las tres a la vez están ralentizando esta inversión pública. La realidad es que ya no es solo el PP, que desde la oposición martilla con su leitmotive preferido de la “pachorra” del grupo de Gobierno. Ni los alcaldes de CC, que ofrecieron su apoyo para impulsar estos proyectos. Ahora son todas las corporaciones locales, de todos los colores políticos, las que se han quejado del retraso. Por no hablar de los empresarios de la construcción, que ven cómo pasan los meses sin que se liciten los proyectos. Aquella mesa fotografiada del Cabildo para mostrar el grueso de los proyectos que se iban a sacar adelante debe estar envuelta por el polvo y las telas de araña.
