El "no" a todo por sistema no ha sido nada bueno para La Palma

Ha hecho bien el Ayuntamiento de Garafía en definir su postura sobre el proyecto de Ibarrola en este municipio norteño. El alcalde ha reconocido que inicialmente no lo veían claro pero que después de conocer lo que se quiere hacer y con todos los informes en la mano, el grupo de gobierno no puede oponerse porque es una actuación que no impacta en el medio y que supone una inversión para el municipio. Está claro que esta intervención no resolverá los problemas que arrastra Garafía desde hace muchos años pero puede suponer un reclamo para que los propios palmeros y los turistas lo visiten y consuman allí. El no por sistema a esta isla no le ha hecho ningún bien y por eso estamos en la situación de estancamiento actual. Queremos que haya actividad económica, que lo jóvenes que van a estudiar fuera vuelvan a trabajar aquí, que vengan cada vez más turistas pero a todo lo que se propone decimos que no por un motivo u otro y así nos va. Gobernar no es fácil y a veces hay que tomar decisiones que son impopulares pero es la única manera de que en esta isla se haga algo. Hace más de 30 años que se está debatiendo sobre los campos de golf, sobre el Centro de Visitantes del Roque, sobre la mala situación de nuestras carreteras, sobre lo mal comunicado que estamos con el exterior, sobre las carencias que tiene La Palma de infraestructuras de ocio para ofrecer al visitante, con la Fuente Santa en otros sitios hubieran hecho maravillas y aquí está muerta de la risa viendo pasar el tiempo, tenemos a Manolo Blahnik, el diseñador de zapatos más internacional y quizás uno de los personajes más relevantes que ha dado esta tierra y no hemos sido capaces de hacer algo relacionado con su vida y con su obra dirigido a los palmeros y a los miles de cruceristas que anualmente nos visitan y que comprarían de todo sobre este señor si hubiera un espacio donde poder hacerlo. En otro sitio habrían museos, tiendas y una potente actividad con su reclamo pero aquí no se hace nada porque somos diferentes y lo que tenemos no lo aprovechamos, perdemos el tiempo en debates estériles y en ponerle peros a todos. La Plaza de España de Santa Cruz de La Palma, por ejemplo, es maravillosa pero poner allí una terraza acorde con el entorno que le dé vida es impensable porque sería un sacrilegio, cuando en cualquier cuidad europea lo hacen con cascos históricos más potentes incluso y no pasa nada; sin embago, aquí es el no a todo. Sí pero no, ahora para quejarnos y para criticar somos los primeros. Es tiempo de que cambien las cosas, de que se tomen decisiones ajustadas por supuesto a la legalidad, que es límite que nunca se puede cruzar, pero basta ya de la queja permanente que impide que esta isla avance y salga adelante. La Palma es bonita pero en el mundo hay miles de sitios fascinantes. El norte se está quedando despoblado, el estancamiento poblacional es una realidad desde hace muchos años en la isla, y el paro es un problema estructural serio que no se resuelve con pequeños parches. Es hora de que despertemos de una vez del letargo en el que estamos sumidos porque el tiempo pasa y tristemente estamos en el mismo sitio. No se puede aplaudir que se inviertan 100.000 euros para hundir unos Enanos en el mar pero que pongamos el grito en el cielo porque un artista de la talla de Ibarrola quiera dejar algo de su arte en un municipio que muchos han marginado intencionadamente y eso hay que decirlo. Es bueno y sano que haya crítica y debate, claro que sí, pero la inacción siempre como principio es un error por el que desgraciadamente estamos pagando un precio demasiado alto. La Palma es una paraíso pero el problema es que siempre hay un pero, y ese pero nos tiene anclados en el tiempo. Aquí no se puede hacer nada. De nosotros depende que las cosas cambien. Por Digna Martín.