Hoy hace diez años, en el vestuario del equipo visitante del estadio Ernst Happel, de Viena, los jugadores de la selección española asistían, expectantes y nerviosos, a la última charla técnica que habría de darles su entrenador.
Para él, próximo a cumplir los setenta años, ésta no era una charla cualquiera. No lo había tenido nada fácil en el último año y medio. Con la saña rencorosa de unos perros de caza famélicos, lo peor y más mezquino de la, por lo general, pésima prensa deportiva de este país, o sea, una legión implacable de muertos de hambre, se había lanzado a por él con las desdichadas ansias de toda turbamulta. Pero él, fiel a sus principios (mamados en un hogar familiar donde siempre hubo un plato para el necesitado: no en balde, su abuelo había sido guardaespaldas de Alfonso XIII), se tragó todo los sapos, las infames provocaciones y los insultos, y no cedió ni un centímetro a las presiones inaceptables de una multitud de voceros mediocres.
Como diablo viejo, que lo ha sido todo en esa jungla de talentosos y aprovechados que es el fútbol profesional, sabía que ese era el precio que debía pagar para conseguir el mayor éxito de su carrera, del que sólo el infortunio y la injusticia, tan inherente al juego como a la vida misma, le habían privado una aciaga noche de mayo (festividad de san Isidro: siempre tan agrario, tan gregario, tan merengue) de 1974.
Liberados de la incómoda e insoportable presencia del entonces jugador emblema del Panathinaikos, Raúl González Blanco (el más absurdamente sobrevalorado futbolista de la presente centuria), aquellos chicos, procedentes de los mejores clubs del continente, asentían un poco entre aturdidos y desconcertados a la charla que su míster les estaba soltando, minutos antes de la final del campeonato de Europa de selecciones nacionales.
Entonces, el entrenador, de cuyos servicios hacía tiempo que la Real Federación Española había decidido desprenderse como quien lo hace de un gran coche pero con el motor agotado, convencido de no ser capaz de completar una última carrera, trató de aleccionar a los jugadores, la mayoría de los cuales podían ser sus hijos, haciéndoles ver la importancia casi vital de anular, durante el partido, al mejor de los alemanes: Wallas.
“Hay que neutralizar a Wallas. Si sus compañeros no consiguen conectar con él y mantenemos el pasillo de seguridad cerrado [línea imaginaria que une, en el terreno de juego, a los dos laterales y a los dos defensas centrales con los respectivos centrocampistas y con los delanteros] tendremos medio partido ganado”.
Los futbolistas se miraban incrédulos unos a otros sin saber quién era el tal Wallas del que les estaba hablando.
“¡Sí, ya sé que es Michael Balack, pero yo a ese tío lo llamo como me sale de los cojones!”, sentenció el míster y varios de sus pupilos rompieron a reír a carcajadas.
Poco después, en el túnel de acceso al campo, Fernando Torres y algunos otros compañeros fueron sorprendidos testigos del insólito epílogo a toda la secuencia: por detrás de ellos, se acercó Luis Aragonés y, colocándose en medio de ambas filas de futbolistas, se aproximó al magnífico mediocentro germano y le tocó en el hombro.
“¡Buena suerte, Wallas!”, le dijo guiñándole un ojo.
Juanf
Profesor Amaro, es un deber con nuestra gente que sufre el haber emigrado a la tierra que era promisoria y se volvió cadavérica, donde sus habitantes caminan como zombies por falta de energía en sus cuerpos que piden a gritos el alimento que les pudiera llevar con vida hasta la salida de los bandoleros que hoy mandan en Venezuela.
Flor de barranco
La expresión la escuche hace muchos años; “flor de barranco” expresaba cómo en medio de circunstancias de vida difíciles, podía surgir una persona maravillosa. Que se deslindaba del lote con luz propia; mas allá del físico, su fundamento es válido para valores trascendentales.
Venezuela es un derrumbe, tierra reseca al borde de un despeñadero, que se quiebra bajo el sol inclemente y se desliza ladera abajo. Somos un país sin servicios, sin agua, electricidad, transporte, aseo urbano y salud.
El país más rico de Latinoamérica… con estudiantes premiados en concursos internacionales. El del Sistema de Orquestas reconocido internacionalmente.
El de artistas plásticos, de voces inolvidables, de humoristas que han despertados sonrisas en otras latitudes. El de bellezas naturales como Canaima… e infraestructuras como la Ciudad Universitaria, ambas patrimonio mundial de la humanidad.
El de mujeres bellas y personas cultas, Teresa Carreño, Ramos Sucre, Uslar, Cadenas, Caldera, Susana Duijm, Carolina Herrera, Soto, Convit, Cruz Diez, Zapata, Gabriela Montero, Edgar Ramírez… pocos nombres, para verificar, que muchos venezolanos le han dado lustre a nuestro país.
Pero fuimos traicionados, desde las altas esferas nos entregaron al oprobioso régimen de la Habana… y hoy vivimos un caos. Faltan palabras para explicar por qué se destruyó PDVSA, como un país que producía arroz, carne, leche, café, aluminio, acero, pesca, electricidad y petróleo… se está muriendo de hambre.
Para salvar su vida, los venezolanos huyen del país chavista, … un régimen, que tiene como mejor representante a Iris Varela. Capaz de sentenciar que: “El sistema penitenciario venezolano es el mejor del mundo”.
Hablar de escasez de comida; de pacientes que fallecen por falta de medicamentos; de jóvenes asesinados por la represión y de los 250.000 muertos del hampa bolivariana. Así como del dinero inorgánico, que la inflación engulle, resulta banal en tiempos de “cubazuela”.
“El cuero” se nos ha endurecido; rezando para que los cortes eléctricos, no arruinen los últimos electrodomésticos, que jamás podremos reponer. Luchando a diario por unos mendrugos, un salario justo o una visa para escapar.
Lo que vivimos nos hace sensibles… a esas soluciones que no terminan de llegar, probablemente porque equivocamos estrategias. En ocasiones nos deprime, pero la historia nos demuestra, que tenemos que escoger vivir bajo el sol de la esperanza y no bajo la oscuridad de la duda.
Venezuela vive su noche más oscura, preámbulo del amanecer indetenible. Un régimen sin dinero, sin políticas para enderezar el camino, sin agua, sin electricidad, sin producción, lleno de deudas y cada vez más aislado… no podemos augurarle larga vida.
Los tiempos de espera parecen largos, por eso el régimen busca desgastarnos. A ellos le quedan las maniobras, los cómplices, las armas y el apoyo de una vieja izquierda complaciente.
A nosotros mantener la fe y la fuerza de voluntad; nos queda el combate entre la justicia y el atropello, entre la lucidez y la politiquería, entre la esperanza y la desesperación… entra las sombras y la claridad. Y aunque parezca contradictorio ese mismo tiempo, durante el cual ellos se consumen… y que nosotros debemos aprovechar.
El caos reinante, indica la senda que debemos tomar; muestra con excelente claridad lo que tenemos que ordenar… identifica la tarea, lo que todos aspiramos. Basemos nuestra esperanza en que “la única sola cosa cierta e imposible de cambiar, es que nada es definitivamente cierto e imposible de cambiar”. (Kennedy)
La desesperanza se instaló en la medida en que mordimos el anzuelo, cuando se antepusieron intereses personales a los nacionales, cuando la unidad se convirtió en palabras vacías. Cuando falsos profetas oxigenaron al régimen y les dieron la espalda a las aspiraciones del pueblo.
Necesitamos una planta robusta que se nutra de esta tierra, que florezca esperanzas, una persona, organización política o movimiento popular, comprometido con valores y principios libertarios. Que nazca dentro de las condiciones terribles en las que vivimos; pero que intuye que, si la senda es estrecha, encima de ella se encuentra el cielo ilimitado.
Una flor que inspire, producto del dolor, la esperanza y el coraje… que permanezca concentrada en lo que tiene que hacer, en lo que nos acerca a un país mejor. Que interprete sentires y muestre caminos visionarios, adaptados al país que aspiramos.
El horizonte democrático, está allí frente a nosotros. Atravesar la tierra árida, arrasada, puede parecer duro, es parte del aprendizaje; necesario para utilizar el pasado y el presente… para labrar el futuro.
Es importante no repetir errores; necesitamos definir un proyecto de país, donde realidad, preparación y experiencia vayan juntas. Mañana no es otra cosa, que el segundo chance que nos da la vida, para alcanzar nuestros objetivos.
Tenemos muy buenas posibilidades de triunfar, la máscara del Gobierno calló. La lista de países que desconocen la legitimidad del régimen y sus instituciones ilegales es importante; jamás la Democracia Venezolana, había tenido tanto apoyo internacional.
Los vínculos con la corrupción, el narco lavado, las violaciones de derechos humanos, la deriva autoritaria, el robo a la Nación y le huida desesperada de la población… están a la vista. Los países vecinos se han visto obligados, a solicitar ayudas para salvar los venezolanos abandonados por su gobierno.
Todo va pesando en la balanza, la diplomacia insultante y arrogante; el desconocimiento de los partidos de oposición; los dirigentes exilados, presos y amenazados. La destrucción del aparato productivo; la hambruna; el abandono consular de la diáspora; los narcos sobrinos; las sumas confiscadas en el exterior, dibujan con claridad la calidad del régimen bolivariano.
Con ese escenario, como no tener esperanzas… hombre y mujeres, viejos y jóvenes, trabajadores, jubilados, estudiantes, iglesia, empresarios, universidades. La esperanza no discrimina a nadie; la persona, grupo o institución que aspire conducirnos a la libertad, tiene la obligación de presentar un discurso incluyente, basta de personajes con egos providenciales.
Es preciso un discurso universal, sin concesiones con el opresor, sin distorsiones electoreras… un mensaje de paz, justicia y libertad. Queremos un país posible; viable si cada quien encuentra el recurso psicológico necesario, para asumir la difícil hora que tenemos que enfrentar, en momentos en que finaliza el horror.
Muestra arma será, la fortaleza que da tener objetivos claros. Fe y confianza en un verdadero equipo; convencidos que juntos lo lograremos… por que merecemos vivir mejor.
Venezuela cuenta con posibilidades, para alcanzarlas es preciso otro gobierno. Mientras existan posibilidades existe la esperanza, un sentimiento que tenemos que transmitir al pueblo desorientado y abandonado.
La esperanza se alimenta con objetivos, ellos constituyan etapas para alcanzar el fin, irlos asumiendo nos brindará la energía necesaria, para no detener la marcha.
Vaclav Havel ese extraordinario hombre, figura principal de la revolución de terciopelo, brotó en el barranco comunista como enérgica planta, enfrentando al régimen condujo la Republica Checa a su libertad y dio frutos. El afirmó: “La esperanza no es el optimismo. No es tampoco la convicción de que algo bueno va a suceder, al contrario, es tener la certitud que esa cosa tiene un sentido, sea como sea la manera como ella va a suceder”.
Nelson Castellano-Hernandez
Ex Cónsul de Venezuela en París
nelsoncastellano@hotmail.com
http://www.noticierodigital.com/2018/07/nelson-castellano-hernandez-flor-barranco/
21 julio, 2018
Leer más
Juanf
Buena suerte Wallas, pero no vayas para Venezuela, no te irá bien, pasan el hambre del perro callejero.
Hoy amigo José Amaro llego como cartero dejando un comentario de una buena amiga venezolana que sufre viendo los abusos del gobierno de Maduro.
Mercedes Montero: El desastre de la economía en Venezuela
Maduro es ruina
La crisis humanitaria que diezma al pueblo venezolano es tan grave, que hasta en los caseríos de las zonas más remotas del país los pobladores están cerrando los caminos para que les presten atención y sean tomadas las medidas que eviten una desnutrición masiva que podría calificarse como genocidio… Esta terrible realidad es reconocida a nivel mundial. El Fondo Monetario Internacional, organismo del que se desentendió el “gobierno revolucionario” conformado por Raúl Castro y todo sus adláteres y representado en Venezuela por el más que ilegitimo Nicolás Maduro soportado por las Fuerzas Armadas Venezolanas han llevado al país a la quiebra total, las arcas del país han sido saqueadas hasta la saciedad, llevando a la economía venezolana a una situación muy cercana al nivel de la de Zimbabue.
en-venezuela-no-hay-nada-
El pueblo venezolano está recibiendo ataques en todos los frentes de la vida diaria, no hay agua, ni luz, ni alimentos, ni transporte, ni hospitales, y mucho menos esparcimiento No hay dinero que le alcance al pueblo para comprar los alimentos. Mucho menos medicinas, zapatos o ropa. Toda la infraestructura está descuidada, no hay trabajo, las empresas están desapareciendo, los venezolanos migran y ha llegado el momento en que muchos países han cerrado las puertas, situación que se acentuará debido a que todo espacio tiene una capacidad que una vez alcanzada comienza a molestar a quienes vivían tranquilos y de repente les llegan unos visitantes que les ocupan su espacio. Voy a dar un ejemplo ilustrativo:
A una familia de padre, madre y tres hijos. Le llegan los padres, después los hermanos, después los primos, después los amigos, los reales hay que estirarlos y por lo tanto comprar alimentos de menos calidad , echarle más agua a la sopa, tenerle que explicar a los familiares que los servicios hay que limitarlos, para que todo el mundo pueda utilizarlos, es decir las duchas no pueden ser de horas, ni se pueden prender la lavadora y secadora todos los días, llega un momento que la carga se hace muy pesada y comienzan los roces. Pero no solo sucede esto con las familias, sino que también son los migrantes que una vez ubicados con toda la razón del mundo trasladan a su familia hasta el lugar en el que han sido acogidos. Vayan sumando para que puedan visualizar el problema.
Exodo de venezolanos a Colombia foto 7
Hay que ubicarse en la situación del país receptor, un país le abre las puertas a cientos, miles y pudiera ser hasta millones de exilados que necesitan se los provea de un lugar de recepción (aunque sea una tienda de campaña), que se les suministre alimentos, medicinas y atención médica, instalaciones sanitarias, y luego de una vivienda, de un trabajo, de una escuela para los hijos, de transporte, etc. Esto es bien cuesta arriba ya que todas las economías del mundo tienen un límite en su capacidad
Dependiendo del nivel de educación los migrantes pueden conseguir un trabajo, aquellos que tienen una buena formación universitaria o técnica en áreas de interés para el país que los recibe pueden lograr un trabajo muy bien remunerado, pero en su mayoría no se consigue el trabajo de inmediato. La realidad es que la gran mayoría tiene que competir con la gente del país. El mundo es cruel, mucho son los casos en los que los empleadores escogen al trabajador inmigrante porque le pueden pagar un salario menor y este no va a protestar porque ante la necesidad se agarra aunque sea fallo.
Venezolanos toman el éxodo
A estas alturas son muchos los venezolanos que se han visto en la necesidad de emigrar, ha emigrado una gran cantidad de gente muy bien preparada lo cual representa una pérdida para Venezuela y que mientras más dure su ausencia, menor será la probabilidad de su regreso, lo cual da una gran tristeza sobre todo cuando el trabajo por hacer en la Venezuela que tanto amamos será el equivalente a escalar una montaña.
Amigos reaccionemos no podemos dejar que el castrismo nos abata, recordemos a todos los jóvenes venezolanos que rindieron sus vidas luchando por nuestra Venezuela amada y también por los padres de estos muchachos que vieron partir a sus hijos de una forma tan cruel, algo que no debería sucederle a padres y madres algunos.
Mercedes Montero
Columnista de Opinión
mechemon99@yahoo.co.uk / @Mechemon
Sábado, 21 de julio de 2018
FacebookTwitterGoogle+PinterestViadeoLinkedInDiggStumbleUponWeiboE-mail
Compartir el post “Mercedes Montero: El desastre de la economía en Venezuela”
Leer más
Juanf
Amigo José Amaro, cuando Suárez le dijo “buena suerte Wallas” le dejó un mensaje a sus muchachos.
Hoy nuevamente el amigo Nelson Castellano-Hernández nos regala una crónica del pais encantado donde el hambre es apreciado y la mala vida aplaudida como buena.
“Aunque pusieron silencio a las lenguas, no le pudieron poner a las plumas, las cuales, con más libertad que las lenguas, suelen dar a entender a quién quieren, lo que en el alma está encerrado” (El Quijote De La Mancha)
La suprema felicidad
Según Maduro es un hecho… lo decretó; con los ojos entornados sonríe satisfecho considera que “el modelo real de economía socialista” ha hecho de los venezolanos el pueblo más feliz de Latinoamérica.
Si lo negamos es que somos cómplices de la guerra económica, enemigos… y la revolución está armada para derrotarnos.
Pretende convencernos que hoy tenemos mejores condiciones políticas y morales… que han obtenido grandes victorias en su gobierno.
¿Cuál explicación ante tanta temeridad? ¿Cinismo, burla, desprecio por el pueblo… o la suma de todo?
Quizás, traición a la patria es parte del plan estratégico de los Castro. Ha sido dicho, escrito, informado y probado.
La “suprema felicidad bolivariana” fue retrasmitida gracias a los videos de reporteros anónimos; se contó por miles de personas desfilando por las calles; se fotografió con valerosos muchachos protegiéndose con escudos de cartón y tragando gas del bueno. Terminó en cientos de venezolanos asesinados… luchando.
Durante los primeros 10 años de Chávez, la revolución expropio más de mil empresas; gracias a ello Maduro sostiene que está construyendo la autonomía alimentaria chavista… y que ya alcanzan el modelo real de economía productiva socialista. Por eso vemos colas, gente feliz comprando como locos, para mantener llenas sus neveras.
No en balde Delcy aseguró ante las cámaras del mundo que producíamos alimentos para tres países del tamaño de Venezuela.
Sus ministros de economía aseguran que ganaron la batalla a la inflación, que, como es del conocimiento conceptual socialista, era producto de la especulación. Pero gracias a la impresión incesante de dinero inorgánico, superaron el déficit fiscal y lograron que el pueblo tuviera el dinero suficiente, para adquirir lo necesario de la cesta básica.
Maduro, su ministro del Trabajo y el Presidente del Banco Central, se divierten mucho… inventaron un nuevo juego: “ellos contra Dólar Today”. El portal web anuncia el precio del dólar y ellos atacan subiendo salarios e imprimiendo dinero inorgánico… a ver quién se cansa primero; los pronósticos del juego ubican el dólar paralelo entre 8 y 16 millones de bolívares, para finales de año.
Si les creemos deberíamos afirmar, que el mayor logro de la revolución, ha sido el acceso fácil a los alimentos y el disfrute de salarios justos; que permiten a los venezolanos no emigrar, con grandes esperanzas por su futuro. Si no es así, es porque al presidente lo tienen engañado, nadie le ha explicado que, para comer en cualquier hogar, hacen falta veinte salarios mínimos.
El control de cambio logró que la inversión internacional se desbordara; una realidad que permitió a Jorge Rodríguez afirmar, que la revolución es un éxito. Gracias a ello, Maduro tiene listo un plan, para que cientos de miles de venezolanos, que han salido del país… se dieran cuenta que, en realidad, solo era una sensación de crisis.
Rodríguez ahondó en explicaciones: resolvimos los problemas “más importantes de fines del siglo XX” y ahora vamos por los del XXI, resolvimos la pobreza, la desigualdad y tenemos las aulas escolares y universitarias plenas de estudiantes… podría agregar en su discurso que, jamás un profesor universitario había vivido mejor.
Estamos felicísimos, estamos ahorrando petróleo… las exportaciones diarias de crudo venezolano no alcanzan el millón de barriles diarios. A eso le restamos lo que regalamos a Cuba, los que utilizamos para cancelar la deuda a China y Rusia, más el que le entregamos a los países del caribe, para que voten por nosotros.
El camino revolucionario educativo, ha enseñado a los venezolanos a ser ahorrativos. A bañarse sin agua; a alumbrarse con velas; a curarse con hierbas y a utilizar una pastilla de jabón, para lavar el cuerpo de toda la familia, los baños, la ropa y los “corotos”.
El resto de venezolanos no importan, la revolución garantiza que Cilia, Diosdado, Padrino y Tareck, tengan “su parte” para que no les falte nada, a ellos y sus cortes. Cada “familia” tiene sus fuentes de ingresos propios, cada uno dispone de su ruta, su mina, su frontera y sus cuotas de divisas.
Los demás, que sigan disfrutando de sus “colas sabrosas”, aplaudiendo y gritando: ¡Uh Ah Chávez no se va! El extinto se los había pronosticado “con hambre y sin empleo con Chávez me resteo. Debe ser cierto, porque sin necesidad de hacer fraude, sin la ayuda de Tibisay en el CNE, han ganado los procesos electorales.
El Socialismo del siglo XXI ha sido muy “inventivo”, fundó colectivos; “pudreval”, después bachaqueros y cajas CLAP; gallineros verticales; siembras en materos de “maticas de acetaminofén”; días de 35 horas; se ocupó de los huérfanos de esposa y sin dudar un “milímetro de segundo”, terminó confesando que los capitalistas roban como ellos.
Científicos, sabios y profesores del mundo, deberían avocarse al estudio del homo-chavista, una contribución para la ciencia y para encontrar el eslabón perdido de la evolución del Sapiens.
La producción intelectual de este “hominidé”, ya ha sido reconocida por el gran estudioso y demócrata, vicepresidente de Económica, El Aissami, quien aseguró que sólo los miembros del actual gobierno pueden solventar la crisis económica. Su trayectoria y su moral son la mejor prueba.
Según ellos, la campaña sucia de la oposición, es la que da mala fama al régimen. No es cierto que los huevos o el pollo estén caros, ni que falten dólares para importar materia prima.
Es falso la escasez de comida y medicinas, o que se vaya la luz y el agua. Ni que el hampa este desatada… eso no es más que una sensación de 250.000 muertos.
Al pobre gobierno lo tienen azotado, las iguanas conspiradoras, “el Niño” que la tiene cogida contra el comandante en jefe… hace que no llueva y la represa este vacía. Por otro lado, los sabotajes… de las plantas custodiadas por militares.
Sobre todo, las eficaces centrales eléctricas, que los inocentes “jóvenes bolichicos”, aportaron a la revolución a cambio de unos “millarditos”.
Lo “militares infiltrados” que están traficando droga, robando las riquezas del arco minero, y traficando la gasolina por las fronteras. Con la mala intención de inculpar al pobre Diodado, al patriota Padrino y al ingenuo pollo Carvajal.
Imagínense que hasta inventaron, que unos sobrinos de la primera combatiente están presos en Nueva York… y que por tráfico de droga. Cuando ya su tío lo aclaró, los pobres están trabajando duro, limpiando pocetas para pagar las deudas, que el capitalismo salvaje les aplicó.
Pura invención, mala intención de los medios… hay que cortarles el papel, comprarlos o quitarles la concesión. Meter presos a los opositores, exilarlos… calumniadores, hay que callarlos… quieren destruir la felicidad.
Actitud que demuestra que temen la palabra… ella libera, denuncia la verdadera cara de la felicidad bolivariana, sensibiliza conciencias y prende la chispa de la libertad.
Por eso recordé este texto: “Aunque pusieron silencio a las lenguas, no le pudieron poner a las plumas, las cuales, con más libertad que las lenguas, suelen dar a entender a quién quieren, lo que en el alma está encerrado” (El Quijote De La Mancha)
Ex Cónsul de Venezuela en París
nelsoncastellano@hotmail.com
Leer más
Juanf
Apreciado Sr. Amaro, usted quien en su crónica nos relata de tiempos pasados, hoy me permito enviarle un comentario de un buen amigo que sufre las consecuencias de la actualidad venezolano y nos deja este interesante escrito sobre el ayer y hoy de Venezuela.
Ayer y hoy
No soy de los que afirman que todo tiempo pasado fue mejor. Aprecio la modernidad; los avances científicos; las causas justas que, la evolución de la sociedad, ha defendido y el progreso tecnológico que nos facilita la vida.
Si estas cosas no se hubiesen producido, no tendríamos antibióticos e innumerables medicinas para curar pestes, epidemias y enfermedades. Tampoco las comunicaciones hubiesen alcanzado el grado de desarrollo y rapidez que existe, no tendríamos teléfonos, internet, vehículos, trenes o aviones.
Quizás todavía existiría la esclavitud, las mujeres seguirían oprimidas o los descendientes de Hitler gobernarían la Europa de postguerra. Quizás…
Cuando realizaba estudios de filosofía en Francia, tuve la oportunidad de contar con un profesor de “vanguardia”, un ilustre viejecillo que nos explicaba como lo artificial era natural al hombre.
A sus cercanos 90 años enseñaba cómo, la inteligencia inmanente al ser humano, nos hacía participes de la creación, afirmación que nos causaba estupor, viniendo de un sacerdote dominico. Evidentemente no se refería a las creaciones modernas de la moda o la pintura; al contrario, afirmaba como la razón, los valores transcendentales y la responsabilidad del hombre, determinaban la validez de su actuación.
La modernidad no puede ni debe alejarnos de nuestra naturaleza, ni convertirse en un peligro para la supervivencia del mismo hombre, que le sirve de motor. Tampoco debe entenderse como un simple cambio u sustitución de realidades y condiciones.
Implica un sentido de evolución, en contraposición a la transformación negativa o involución. Se trata de que avancemos, construyamos, nos elevemos, encontremos soluciones… progresemos.
Entendiendo el progreso, como el resultado positivo de la actuación de la sociedad. Un resultado que no es ajeno a la responsabilidad individual, ya que es el hombre quien, en definitiva, es su autor.
No todo lo que hace el hombre moderno es bueno. No lo es cuando destruye la naturaleza, especies o la atmosfera; tampoco cuando utiliza armas nucleares o biológicas.
No es bueno el hombre que, en pleno siglo XXI, se apodera de un territorio y sus habitantes. El que, utilizando fuerzas extranjeras, reduce a un pueblo a la miseria para someterlo.
Así como respeto la evolución hacia cosa mejores, así rechazo la transformación negativa de la sociedad. No debemos limitarnos a despreciarla, necesitamos comprometernos a luchar, contra un sistema que voluntariamente nos atrasa y nos devuelve a realidades superadas del pasado.
En el siglo XXI no se puede permitir que, realidades propias a épocas superadas con la evolución, se impongan de nuevo a la fuerza, para esclavizar un país… y que desde él se amenacen los valores democráticos universales.
Un régimen tiránico, conformado por corruptos, narcos, blanqueadores de divisas y promotores de extremistas, como ha sido dicho, es “un impresentable desecho histórico”.
En Latinoamérica, en el norte del sur, existió un país llamado Venezuela. Rico en recursos naturales, con gente alegre y acogedora, con universidades de primera, museos, orquestas, médicos que se encontraban a la vanguardia de las ciencias.
Una patria con sensibilidad social, con Fe y Alegría, con corporaciones de desarrollo regional. Con trabajo, con mercados donde se encontraba comida.
No era perfecto, pero teníamos luz, agua, medicinas, arepas y papel higiénico. Creíamos en un futuro, teníamos esperanzas de progresar.
Ese país ya no existe, ni siquiera cuenta con militares que lo defiendan del invasor castrista. Se extravió el día que confundió progreso con bota militar, el día que permitió que sentimientos como el odio y la venganza entraran en su corazón y decidieran su futuro.
Ese hombre responsable de todo, no era bueno, aspiraba llegar al poder a como diera lugar. Lo intento primero con las balas, era su naturaleza.
Después escuchó consejos de viejos estrategas resabiados. Fidel, Raúl, José Vicente, Miquelena, fueron, entre otros, los “Rasputín” que le aconsejaron utilizar la democracia, para destruirla desde adentro.
Necesitó de corruptos, de gente sin escrúpulos, de incapaces, de los peores, de aquellos que están conscientes que solo así, lograrían “ponerse donde hay” y amasar las fortunas que hoy poseen. Esos obedecerían ciegamente, soportarían humillaciones y cumplirían a ciegas, el plan de desmantelamiento de las instituciones.
Nunca vimos tanto mamarracho junto, ni tantas mentiras anunciadas sin pudor. Jamás el cinismo se hizo tan patético… Y escuchamos absurdos como que, Venezuela producía para tres países; que no había crisis humanitaria; que las colas son buenas, que no hay luz por culpa de una iguana; que los anaqueles están vacíos, porque las neveras están llenas o que el CNE es garante de la voluntad popular.
Que falte el pan, la leche, los huevos, el pollo, la harina, en la dieta del venezolano; no inquieta la cúpula del régimen. Que mueran los enfermos, los niños; que el pueblo este huyendo aterrado, que la juventud deje de estudiar o que la delincuencia arrebate la vida de inocentes… los deja indiferentes… pareciera facilitar la labor de los colectivos y guardias nacionales.
La Venezuela de Bolívar, Bello, José Gregorio, Soto, Ramos Sucre, Sofía, la del tío Simón, Convit o Duarte, dejó paso al país de Maduro, Diosdado, El Aissami, Makled, Ramírez y los narcos sobrinos.
Pasó de tener ejemplos de inspiración, a sufrir las consecuencias de una dictadura, del adoctrinamiento, de la traición a la patria, la represión y la hambruna. Heredaron una tarea, destruir el estado de derecho, para culminar la herencia del chavismo.
Fuimos un ejemplo en América Latina. Hoy en día, la realidad producto de la gestión política equivocada, la economía destruida y la hiperinflación, acabó con la modernidad que se construyó, paso a paso, durante la vida republicana.
Las prácticas castristas implantadas por la “revolución” bolivariana, han atentado contra el propio Estado, destruido sus fuentes de ingreso, deshecho los lazos nacionales y generado la desintegración de la familia y la sociedad. Dejando al ciudadano desprotegido frente a los atropellos del desgobierno.
Sin embargo, surgen ejemplos de valentía: los jóvenes que no se rinden, María Corina que no se pliega, Ledezma que no descansa, Leopoldo desde su aislamiento, Mendoza que continúa produciendo o la anónima señora que, desde una cola interminable, se revela contra el atropello de la dictadura.
Maduro definitivamente perdió la guerra en el corazón del pueblo, quien hoy en día, con horror, reconoce su error, como presagio a la explosión social apenas contenida. Entiende que el respeto, el trabajo, la constancia, la preparación y los resultados eficaces, son los elementos con los que se hace funcionar un país.
Extraña una época que existió, donde la gente no moría de mengua. Sabe que es posible rescatarla; pero que, para ello es necesario un cambio que nos permita evolucionar.
Necesitamos ciudadanos que asuman valores transcendentales y su responsabilidad. Necesitamos aliados de adentro y de afuera, necesitamos uniformados que abran las puertas de la fortaleza anti histórica; la que impide el progreso, la auto determinación y la libertad.
El único camino es solucionar esto. Por duro que sea, nunca será peor a que todo siga igual.
Detener la involución es cuestión de vida o muerte… entonemos la letra del Himno Nacional, con una sola voz, necesariamente unida… hacia la Bastilla venezolana.
Nelson Castellano-Hernandez
Ex Cónsul de Venezuela en París
nelsoncastellano@hotmail.com
Leer más
Juanf
Estimado Sr. Amaro, viajando junto a mi señora, nuestro avión tuvo que esperar por pasajeros que irían en mi ruta, esto fue en el Aeropuerto de Frankfurt, un American Airline con destino Nueva York via Madrid, al final llegaron los retrasados y el avión pudo salir, ya en movimiento pude observar que aquellos eran los jugadores del Atlético de Madrid y donde pude apreciar al pequeño pero gran jugador en su tiempo y mejor entrenador como fue Luis Aragonés, el cual estaba sentado muy cerca de nosotros,( lastima que no le hubiera pedido un autógrafo) hombre modesto por lo que pude apreciar y de los jugadores no recuerdo ninguno.
Al llegar a Nueva York ya mi vuelo había salido rumbo a Miami para donde iba, posteriormente al llegar a la ciudad floridiana escribí a la American Air Line reclamando que por motivo de esa espera en el aeropuerto alemán había perdido mi conexión…y me enviaron dos tickets en compensación y todo gracias al Atlético y su gente, y en especial poder apreciar la sencillez de Luis Aragonés y su frase de buena “suerte Wallas” para que sus pupilos supieran quien era Mike Balack, en esos tiempos no corrían las versiones de ver el deporte como hoy con la nueva tecnología que nos acompaña.
Amigo, su comentario me ha hecho recordar esta anécdota que le relato y que lleva por motivo el recordar a Luis Aragonés, un grande del futbol español.
Leer más