Ni balas de cañón estallaron
Ni rifles nos abatieron
Ni bombas cayeron del cielo
Ni sangre bañó la tierra
Ni detonaciones nos cegaron los ojos
Ni ensordecedores truenos retumbaron
Pero tan seguro como la mano de Dios
Ellos trajeron la muerte a mi ciudad
Ellos trajeron la muerte a mi ciudad
Ni metralla rasgó el cielo nocturno
Ni ciudades se incendiaron
Ni ejércitos barrieron las playas por las que morimos
Ni dictadores se coronaron
Eufórico en una noche silenciosa
Nunca oí un sonido
Los malvados atacaron a oscuras
Y trajeron la muerte a mi ciudad, chicos
Y trajeron la muerte a mi ciudad
Destruyeron las fábricas de nuestras familias
Y se llevaron nuestras casas
Abandonaron nuestros cuerpos en las llanuras
Los buitres picotearon nuestros huesos
Así que, escúchame, querido
Prepárate para cuando lleguen
Porque, como el sol naciente, sin duda volverán
Consigue una canción para cantar
Y cántala hasta aprenderla
Sí, cántala fuerte y cántala bien
Envía a los tiranos sin escrúpulos directos al infierno
Los codiciosos ladrones que aparecieron
Y devoraron la carne de todo lo que hallaron
Cuyos crímenes han quedado ahora impunes
Y recorren las calles como hombres libres
Trajeron la muerte a nuestra ciudad, chicos
La muerte a nuestra ciudad, chicos
Bruce Springsteen, Death To My Hometown (traducción de Julià Salas)
Esta semana los medios de comunicación se han hecho eco del enésimo indicador de que atravesamos la peor situación económica, social y política desde la posguerra. Y es que, según UNICEF, que presentó los datos de su informe El impacto de la crisis en los niños, el porcentaje de menores de dieciocho años que viven en nuestro país en riesgo de caer en la pobreza se acerca ya al veintisiete por ciento. O lo que es lo mismo: si nada ni nadie lo remedian, terminaremos el presente año con la inaceptable cifra de casi dos millones y medio de niños y niñas en precario. Algo que nos aproxima a países como Rumanía y Bulgaria.
¿Es esto tolerable?
¿Tiene sentido recorrer medio siglo de Historia y volver al punto de partida: a los comedores del Auxilio Social y a la España en blanco y negro de las cartillas de racionamiento y del Plan Marshall?
¿Para esto fue voluntario mi abuelo José Amaro a la guerra?
¿Para esto se pegó mi bisabuelo Anelio cuatro años en las cárceles franquistas?
¿Hasta cuándo vamos a permanecer impasibles?
Luego, te enteras de que el senador Miguel Zerolo Aguilar posee 486.000 acciones en minas repartidas por Perú, Uruguay, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Bostwana, Mongolia y Australia, y te entran unas ganas locas de que pase algo, de que alguien dé un manotazo en la mesa y de que esta absurda inercia autodestructiva en la que ha caído nuestra democracia se detenga y tanto inepto y tanto sinvergüenza sea borrado de la faz de la Tierra y que el poder (secuestrado por el gran capital, con la inestimable colaboración de Hitler y Stalin) le sea restituido a la ciudadanía (liberada al fin de reyezuelos, granujas y sanguijuelas), pero esta ensoñación dura poco, lo que tardas en recordar que todo empezó a irse al carajo hace muchísimo tiempo, antes de que todo quedase "atado y bien atado" por el sempiterno dictador (que -nunca olvidemos- nombró como sucesor al actual Jefe del Estado), y habría que remontarse hasta los mismísimos reyes católicos que, con la expulsión de los judíos, nos condenaron, sin remedio, a vagar durante cinco siglos en tinieblas.
Y mucho me temo que lo peor esté aún por llegar.
Mientras permanezcamos impasibles y nos limitemos a obedecer con el silencio (o como ayer en el estadio Vicente Calderón: con el balido) de los corderos.
ingap
El día que dejemos de sentir envida los unos por los otros, y pensar que todos campamos por el mundo traídos de la misma manera, empezaremos realmente a ver un horizonte más claro. Solo quiero decir con esto, que la culpa de lo que nos ocurre hoy día es nuestra y solo nuestra, al ser humano me refiero. Podríamos vivir todos de una manera excelente (recursos existen), pero los que tienen mucho quieren más y más (avaricia), mientras los que tienen poco, solo consiguen perder más (resignación). Me gustaría no rendirme ante esta sociedad tan demacrada y pensar que mañana nos levantaremos y pararemos el problema, pero por el momento en este país no hay atisbo de resurrección. Qué tristeza que un amigo "joven" con ganas de trabajar, de reciente paternidad, te diga, que con la pensión de 420€ o le compra pañales o la leche para el biberón de su hijo y que si lo pillan realizando algún pequeño trabajo, más que trabajo ayuda por una pequeña limosna, podría perder la pensión. Es una simple anécdota de lo que pasa en nuestro querido país. Mientras Gürteles, Urdangarines, políticos a mansalva, multinacionales, etc. llenan sus huchas los demás nos morimos lentamente. Saludos cordiales para todos.
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ENANAPATUDA
La única ilusión de tipo MATERIAL que tengo a nivel PERSONAL, es comprarme una buena bici de carretera de 2300 euros, que creo NUNCA voy a VER.
Desde que se instauró la democracia en este país, se han estado alimentando de un enorme estanque lleno de dinero, un elevado número de LADRONES.
Ese recurso no es renovable y ya sólo quedan algunos céntimos.
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arodriguez
¿Qué hacer? Denunciar, decir que nones, darles la espalda a los hipócritas y a los mangantes (se les ve al vuelo), desenmascararlos y señalarlos con el dedo y correr la voz (por ejemplo, que Zerolo quede marcado para siempre, como Milady de Winter con su flor de lis), organizarse mejor en la lucha contra el desmán (en el ámbito laboral, en la calle), extirpar la mediocridad de la clase política proponiendo alternativas reales en los procesos de funcionamiento de la democracia, trabajar a conciencia para no caer en la tentación del derrotismo, propagar la idea de que la justicia y el bienestar social no es una utopía sino un derecho que puede y debe aplicarse, y en suma crear anticuerpos legales que defiendan a la ciudadanía del difuso ataque de los tiranuelos y sicarios ocultos o camuflados del sistema financiero, esa remozada versión del Antiguo Régimen.
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pevalqui
Cuando nos resistimos a que la impotencia nos atrape y la desesperación supera el sentido de la crítica…
A veces me pregunto lo mismo con algunos de los argumentos que has enunciado.
¿Pasará como con aquella eterna canción de Dylan, "The answer my friend is blowing in the wind?
Saludos cordiales…
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ificrates
Ohhh
El título me ha recordado al "Que hacer" de Lenin.
Solo que Lenin daba sus alternativas al final. Para mi la respuesta es muy sencilla: comprometerse. Afiliarse a sindicato, militar en un partido, inscribirse en una asociación, Y MUY IMPORTANTE, dedicarle un par de horas a la semana.
En España las cifras de los que asisten manifestaciones es más alta que en el resto de paises europeos.
Pero las cifras de asociacionismo son muy bajas, inferiores a la media incluso durante la transición. La desafección política española es un caso de estudio sociológico. Lo que cambia las cosas no son las manifestaciones en si. Son las asociones del tipo que sean y su trabajo diario y constante.
Como el título es tan leninista remato con una frase de Lenin: "la revolución no se hace, se organiza". Por muy mal que estén las cosas, no van a cambiar sin una organización que haga que cambien.
Se oye mucho :"esto tiene que reventar", no, si nadie lo hace reventar.
Ellos, el enemigo, están muy bien organizados, de eso no hay ninguna duda.
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PedroLuis
Sí, estimado don José. Estamos mansos y aturdidos. Y lo peor, acomodados, como esperando y deseando que los que nos han metido en ésta, generosa y mansamente, nos vengan a redimir.
Los mayores hemos perido las fuerzas y la vitalidad necesaria para "dar el golpe en la mesa"… y los jóvenes, hijos del acomodo, andan despistados o "balando", como esperando que quines mal los hemos educado, ahora les resolvamos su problema generacional.
Algunos, si pudiéramos, también compraríamos "miles de acciones", en las minas de Marte o Júpiter, porque las de aquí ya no alcanzan para los "senadores".
Estamos "dolidos" que, a cierta edad, viene a ser lo mismo que "jodidos"… porque "los que circulan como hombres libres por nuestras calles, trajeron la muerte a nuestra ciudad".
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