La tarde del 5 de abril de 1978, a la entrada de su domicilio en Argel, el abogado laboralista Antonio de León Cubillo Ferreira (La Laguna, 1930) fue cosido a puñaladas por un sicario enviado por los servicios secretos del gobierno de Adolfo Suárez. Aunque lo aguardaban dos hombres, sólo uno de ellos, Juan Antonio Alfonso González, tuvo arrestos para acabar con la vida de un fulano al que no conocía de nada.
"Me amenazaron con ir contra mi familia", explica el homicida, entre balbuceos y con la voz temblorosa, ante el objetivo impasible de la cámara, en el curso del documental Cubillo, historia de un crimen de Estado, que el pasado martes por la noche la Televisión Autonómica estrenó, tras una larga campaña promocional y con casi una hora de retraso sobre el horario previsto para su emisión, debido al caudal informativo generado ese día por la borrasca que sobrevoló el Archipiélago esta semana.
Mereció la pena esperar. O lo que es lo mismo: tener que tragarse un informativo completo de la cadena erigida para mayor gloria del ejecutivo regional de turno. Experiencia soporífera sólo comparable a ver en su integridad un partido de Liga de la Unión Depresiva Las Palmas o del Glub Deportivo Tenerife.
Planteada en clave de investigación casi policial, la película resulta un excelente thriller político, construido con un sentido del ritmo muy cinematográfico y con el rigor histórico que merece un personaje polémico, conflictivo y contradictorio, cuyo imparable ascenso dentro de la opinión pública canaria fue interrumpido con trágicas consecuencias meses antes de la aprobación de la actual Constitución española.
Antonio Cubillo pagó el precio más alto (y más amargo) por la deriva violenta a la que empujó al Movimiento Por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) que él mismo había creado, con el fin de erradicar de las Islas un régimen colonial que -a su juicio- dura ya más de cinco siglos. En este sentido, tal y como reconoce en un momento de la película el ex agente José Luis Espinosa Pardo, quien primero se infiltró en el MPAIAC para, posteriormente, preparar el atentado contra su líder, la suerte del abogado lagunero quedó marcada a partir del accidente de los dos jumbos en el aeropuerto de Los Rodeos, acaecido un año antes.
La funesta relación de causalidad que las autoridades españolas establecieron entre el cierre de la terminal de Gando, debido a la explosión de una bomba en una floristería (reivindicada por el MPAIAC), y la colisión del avión de la Pan Am con el de la KLM en la pista tinerfeña supuso la sentencia de muerte para Cubillo, quien sobrevivió milagrosamente a las terribles cuchilladas que sufrió en el abdomen y en la espalda aunque ello lo condenó para siempre a las muletas y a la silla de ruedas.
Todo este entramado de intrigas, traiciones y maniobras nauseabundas, está perfectamente detallado en el film de Eduardo Cubillo Blasco, que, con la colaboración del guionista argentino Óscar Guisoni, consigue que encajen todas las piezas del puzzle (montadas durante dos años de trabajo) y logra que el espectador asimile, sin perderse, la información que recibe de diversas fuentes, tanto documentales como testimoniales, y que le ofrecen una panorámica bastante completa y objetiva no sólo de la intensa trayectoria política del protagonista (antes de sufrir las dentelladas del terrorismo en carne propia) sino también del tiempo que le tocó vivir. De hecho, la primera parte del documental puede leerse como una amena crónica de la Guerra Fría, contemplada desde la perspectiva de un activista que escapa de la dictadura franquista para recalar y hallar refugio en la Argelia posterior a la independencia y en la que convergían todos los movimientos revolucionarios (y sus correspondientes offsiders) de inspiración marxista y bajo tutela soviética.
Uno de los testigos directos de aquella diáspora, el fundador de ETA, Julen Madariaga, reconoce, en una afirmación que resulta tan escalofriante como sobrecogedora y formulada delante de la cámara de Eduardo Cubillo, que, entonces, lo único que realmente importaba era la revolución: "Estaba por encima de ti, de tu familia, de tu pareja o de tus propios hijos".
Con un original tratamiento de las fotografías de la época (muchas de ellas inéditas para el gran público), que, gracias a la tecnología digital, se insertan en la película con un dinamismo y una vistosidad fascinantes (algo en lo que se observa la sana influencia de la extraordinaria F for Fake, de Orson Welles), el joven realizador tinerfeño ha obtenido una cinta de factura impecable, honesta y necesaria para tratar de entender la parte oscura y tenebrosa de los años más convulsos de nuestra aún corta historia.
cosmonauta
Por un niple en una floristeria que lo unico que logró fue un pequeño estropicio, desviaron los vuelos de grandes jumbos a un aéropuerto de tercera categoria que no estaba preparado para esas operaciones de emergencia con aviones tan grandes.
¿ quien fue el responsable de esa orden ? . Hasta donde yo se nunca fue imputado ni acusado de nada.
Y que quede claro que si fue uno, o fueron varios los que tomaron esa funesta determinación también son responsables en grado sumo de ese macabro accidente.
Claro que existirán personas que repitan como loros que se hizo por prevención y salvaguarda. Pero por mi experiencia vivida que es mucha, y por mis conocimientos profundos sobre los seres humanos atravez de muchos años he llegado a la triste conclusión que los cobardes esos que al primer trueno se espantan suelen ser culpables de muchisimas tragedias en este asqueroso mundo, y de eso estoy completamente convencido.
Y OJO que nadie se confunda y piense que estoy defendiendo lo indefendible No. Es solo que yo veo el mundo como se tiene que ver.
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ENANAPATUDA
Odio a los GODOS
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Senecadelvinotea
¡Ay, pobre A. Cubillo !
El iba a por los Frijoles,
y le dieron Malo Millo.
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ificrates
Cubillo no solo se equivocó en las formas.
Redactó una constitución que fue publicada, por partes en El Dia.
La iglesia y los obispos concretamente, tenían asiento fijo en el parlamento de Canarias, que estaría en el Teide. El presidente de Canarias tendria que hablar en amazigh y jurar el cargo portando en la mano los huesos de una momia guanche.
La lectura de esta constitución, resulta francamente cómica.
Que el Estado lo apuñalase desvela lo alejado de la realidad canaria, que estaba y todavia está. Aquí nadie lo tomaba en serio.
Pero habria que recordar que Cubillo forma parte de la clase alta canaria, de donde ha salido el nacionalismo y el independentismo canario, que no tiene nada de altruismo. Simplemente no quieren competencia peninsulara, a la hora de parasitar al pueblo y oprimirlo.
¡Trabajadores del mundo unios!…bueno no, no, mejor nos dividimos en nacionalidades, que nos irá mejor.
El nacionalismo es un invento para dividir a los trabajadores y debilitar la lucha obrera, la prueba: Colisión Canaria.
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iperez
Cubillo se ha dejado la vida por sus ideas y por Canarias; evidentemente, hoy su nacionalismo nos parece excesivamente utópico, aunque nos ha dejado sus símbolos, la bandera, y un legado sobre el guanche siguiendo las enseñanzas de Don Juan Álvarez. En las formas muchas veces se equivocó, pero hay que situarnos en el contexto de la dictadura y, por cierto, cuántos personajes de la izquierda y la derecha española mucho más sanguinarios aún hoy son idolatrados. Un saludo, Jose.
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pevalqui
A lo mejor habría que ponerle al Sr Cubillo al agente 007 de su graciosa majestad, tal como usted sugiere, Celia, a través de Adele, fantástica cantautora británica sin el renombre de Amy Winehouse, con su "let the sky fall when it crumbles".
Yo me quedaré por siempre con la versión de Shirley Bassey "Goldfinger" , por encima incluso de "Diamonds are forever".
Y por supuesto con "Someone like you" por la propia Adele.
¿Qué viva Canarias libre y socialista? "Parole parole parole", que decía la inolvidable y aún actual, Mina.
Buenas noches. Saludos cordiales.
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Celia
Respetando que todos podamos tener opiniones distintas y asi opinar libremente, a este Sr. se le podria calificar de terrorista (que se lo pregunten a la dependienta), o sea, espero que le esten vigilando muy de cerca, a pesar de su edad todavia sigue amenazando (recuerden la vuelta ciclista) No creo que se merezca ni un libro, ni un documental ni un articulo en el Apuron.
"Let the sky fall, when it crumbles
well stand tall,
face it all together…"
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pevalqui
Por descuido, ocupaciones, no lo pude ver. Lástima. Por lo tanto no tengo juicio crítico alguno sobre el film.
La historia de Cubillo, o la historia de las historias, con conexiones anexos incluidas, formó parte de una etapa díficil y convulsa. Apéndices como Ángel Cabrera Batista, "El rubio", y el desgraciado accidente de los Rodeos, marcaron sin duda al personaje.
Justo cuando sucedió el choque entre ambos aviones, me encontraba en la azotea del piso en el que vivía en la lagunera calle Catedral. Miré hacia el objetivo y sólo distinguía una inmensa humareda. Intentamos seguirlo por la radio, el único medio que daba las noticias con mayor celeridad. Pedían sangre, al tiempo que las cifras de los muertos se multiplicaban. Creo recordar que sucedió un Sábado por la tarde. ¡Qué desastre!
Seguí varias veces a Cubillo por informaciones confidenciales de compañeros que le eran afines, a través de la radio por la noche. Luego fue de dominio público. Nunca me creí su doctrina. No era lo que se entendería por un orador. Se le oía a la distancia con apasionamiento.
Marcó en buena parte la hoja de ruta que otros habían iniciado en la etapa predemocrática. Mientras las "siete estrellas verdes", se erigían en modelos a seguir en debates y manifestaciones folklóricas.
Particularmente me enganché del grupo palmero Taburiente, al que había visto actuar en un pub en la esquina frente a la Plaza del Cristo, y luego disfrutaría en el Pérez Galdós.
Recuerdos algo confusos de una época socialmente infausta.
Buenas tardes. Saludos cordiales.
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PedroLuis
Fui de los que, pese al atolondramiento borrascoso, soportó la espera para ver el documental. Mereció la pena. “Nuestra TV autonómica” se ceba tanto en las catástrofes anunciadas como consumadas, más allá de lo que nos cuesta afrontar el gasto de tan amplio despliegue… Pero de eso no tiene la culpa Antonio Cubillo…
Yo, que conocía la historia, como cualquier otro ciudadano de a pié de la época, por lo que en su momento nos contaron, seguí el documental con atención y me pareció tan exhaustivo como entretenido. Enhorabuena a sus autores.
Gracias también a don José, por esta cálida y generosa referencia. Vivimos una época en la que no estamos acostumbrados a las valoraciones positivas para casi nada. Da la impresión que cualquier valoración crítica, para ser buena y creíble ha de ser negativa. Es como si fuese la única manera de demostrar que “sabemos más del asunto”, que “somos mejores”, etc. Así somos, y así parecemos estar “configurados” la mayoría,… menos los que realmente saben de lo tratado, y tienen criterio acreditado, para distinguir lo bueno de lo malo.
Personalmente solo me atrevo a decir: "pues a mi me gustó… y me pareció interesante".
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