La salvaje matanza ocurrida en una escuela de Connecticut viene a demostrar, entre otras cosas, la naturaleza profundamente autodestructiva del ser humano y los gravísimos riesgos que entraña la explotación indiscriminada de nuestros instintos primarios (la violencia, el miedo, el rencor) en beneficio de una industria (la armamentística) tan rentable como todopoderosa.
Tal y como demuestra Michael Moore en su documental Bowling for Columbine (2002), en el que aborda desde múltiples (y confusos) ángulos el tiroteo acaecido en un instituto de Colorado, en 1999, en el que murieron quince personas (entre ellas, los dos estudiantes homicidas), Estados Unidos, con su mentalidad calvinista y su moral protestante, se edificó sobre la fe desmedida en la libertad individual y en el derecho a la felicidad para todo aquel que esté dispuesto a pagar su precio.
Patria del libre mercado, donde el modelo de producción capitalista alcanza su estadio superior de evolución (o de involución, según se mire), Norteamérica es una democracia hipotecada y al servicio de las grandes corporaciones que son las que dictan los intereses de los ciudadanos. Se trata de un pequeño mundo feliz huxleyano, que se retroalimenta de unos cuantos principios incuestionables y de un montón de mentiras que es la pseudorrealidad que fabrican los medios de comunicación controlados por quienes de verdad acaparan el poder con una voracidad omnívora, insaciable.
Frente a este sistema perverso, siniestro y simiesco, que potencia férreos liderazgos de clan y de tribu, personalistas y a la vez terriblemente impersonales (¿alguien cree en la sinceridad de las lágrimas del presidente Obama, mientras mostraba su contenida indignación por lo sucedido en el colegio de Connecticut? ¿no parecía más bien un falso gesto espontáneo, meticulosamente estudiado?), y que jamás ha pretendido defender una cosmovisión unitaria, integradora e igualitaria de la especie humana, lo único que impide que hayamos sucumbido finalmente a la maquinaria de autodestrucción que pusimos en marcha nada más abandonar nuestra, por otro lado, honrada condición de simples primates, en cuanto quedamos erguidos sobre nuestras extremidades inferiores, es el amor. Gracias a él continuamos aquí. Para bien o para mal. Y gracias a él no cedemos al desánimo o a la rendición incondicional que proponen estos tiempos difíciles y desalentadores.
Traspasada la frontera de los cuarenta tacos, uno empieza a reconocer, con meridiana claridad, unas pocas aunque valiosas verdades. Tal vez la principal y la más importante sea que sólo desde la práctica y la enseñanza del amor podemos retrasar la fecha de nuestra propia liquidación. Así pues, me cabe la infinita fortuna de haber tenido y de seguir teniendo grandes profesores. Lo son mis padres. Lo fueron mis abuelos y lo continúan siendo mis hermanos e incluso mis sobrinas. Y, cómo no, por supuesto, como no podía ser de otra manera, también lo son mis alumnos.
"Sólo te voy a dar un consejo: a los chicos trátalos con respeto y dales amor", me advirtió mi tío Anelio antes de que este ex periodista, ex redactor, ex blade runner, entrase en el complicado oficio de enseñante. Y he tratado de cumplirlo desde entonces.
En ese sentido, la labor docente, en la que en muchas más ocasiones de aquellas en las que te querrías ver metido llegas a sentir la enorme soledad del tigre en la jungla del aula, te permite compartir experiencias con auténticos maestros, benévolos ministros del noble apostolado de la docencia con mayúsculas. Tal es el caso de Emilio Rosaleny de la Rica, profesor de música del IES Tomás de Iriarte.
Emilio, que antes de dar clases se ganaba el pan como guitarrista profesional en compañía de su ex mujer, formando el dúo Emilio & Bassi (omnipresente en las ya míticas veladas del Búho Jazz Bar de La Laguna), es un padre abnegado de su único hijo (a quien cariñosamente llama "el Pitufo" y la criatura ha de andar por el metro ochenta y largos), es un enamorado de la bossa nova y de Montse Rodríguez (su musa, su "niña morena y ágil"), es un compositor imaginativo y brillante (que invirtió cinco años en la realización de Con la marea, un bellísimo álbum, lleno de color, candor, calor y de vida) y es un artista polifacético que lo mismo gana un certamen de microrrelatos con un destello genial ("Descubrí mi primera estrella cuando, por fin, fui capaz de despegar la vista del suelo. Y ya nunca volví a tropezar") que graba, en colaboración con los estudiantes y profesores del centro, un espectacular lipdub, inspirado en las canciones de Los Beatles, que parece una coreografía de Bob Fosse, apta para todos los públicos y adaptada al estilo desenfadado y juvenil de los chicos del distrito de Ofra.
De vuelta de un viaje de estudios a Salvador de Bahía, donde se empapó de la admirable labor educativa y de cohesión e integración social que se viene desarrollando en el barrio de Candeal desde hace décadas, bajo los auspicios del músico Carlinhos Brown, Emilio montó en su aula del Tomás de Iriarte un taller de percusión por el que, todos estos años, han pasado un sinnúmero de alumnos y alumnas que han recibido una formación de calidad, digna de una enseñanza pública que precisamente ahora atraviesa su peor momento.
Con cerca de veinte cursos académicos a sus espaldas, Emilio Rosaleny me confesaba el otro día su desencanto ante las dificultades cada vez mayores que encuentra para conectar con unos chicos cuyas inquietudes e intereses le empiezan a resultar demasiado ajenos a este profesor tranquilo, ingenioso, inquieto y con un fantástico sentido del humor.
No puedo negar que acogí su confidencia con cierta inquietud y con la incómoda sensación de desánimo de quien no puede evitar contemplar el futuro sin albergar excesivas esperanzas.
Pintao
Ningún palmero permanece impasible al escuchar una décima, y a mi particularmente me ourre que en el fondo del subconciente oigo los compases del "tres cubano" que abre el camino.
Por lo que puedo ver, en Mazo no se han perdido las raices de Cuchillo.
Muchas felicidades a Don Pedro Luis y a todos los demás y no pierda Vd. la costumbre.
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PedroLuis
Don Pintao está acertado
es buena su precisión
la primera comunión
atrás ya la hemos dejado.
Su juicio bien amueblado
ajusta nuestro concepto
no le desmiento el secreto
de ese pueblo americano
que con armas en la mano
merece nuestro respeto.
Cordiales saludos y, desde luego, cuanto menos matanzas más nos acercaremos al espíritu de la Navidad, que ya está aquí. Así sea.
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Pintao
Yo no puedo hablar de los americanos porque no los conosco a todos, pero los que he conocido, la mayoría han sido una gente amable y educada.
Alguno de sus antepasados están enterrados por toda europa en kilométricos cementerios a donde vinieron a dejarse la vida para liberar del facismo a los europeos.
En la América Hispana de arriba a abajo se explota y se mata (cinco veces más), y por lo menos el 50 % de las gentes llevan una vida de perros, sobre todo los niños.
Tampoco es una herencia como para tocar el tambor.
América, América, como son el Imperio, cometen los pecados de los Imperios, que no son pequeños tampoco.
Tampoco tenemos que disculparles.
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ificrates
USA no es compleja, es simple, y no tan diversa, probablemente es la sociedad más simple y uniforme del mundo.
Tengo muchos conocidos con armas de fuego en La Palma.Hace veinte años era normal entrar en un bar y que todo el mundo tuviera un cuchillo al cinto, o un machete envuelto en tela de saco, al lado.
No ha pasado gran cosa.
En varios paises, con servicio militar obligatorio, las armas se llevan a la casa particular, Suiza entre ellos, incluso ametralladoras antiaéreas del calibre 50.
Esto es un problema de la sociedad. Adaptarse a una sociedad enferma es perjudicial. Te convierte en un degenerado. En USA me siento más identificado con los inadaptados.
Si es bueno entrar en la casa de un terrorista (Bin Laden) matarlo y tirarlo al mar, si esa es una manera aceptable de solucionar un problema, bueno, si yo tengo un problema, tambien es aceptable y bueno pegarle un tiro a alguien. Aplicando la lógica del más importante ejemplo moral de un pueblo, su gobierno y su jefe de Estado.
Kenedy mandó asesinar a Castro, para los que lo han olvidado. Son muchos años de mala educación.
No siempre fue así. Cuando asesinaron en la 2º guerra mundial a Yamamoto, hubo una cierta verguenza en el pais y se intentó justificar de varias maneras.
A Bin Laden lo han matado y listo, ningún intento de justificación moral. Esto nos da idea de la degeneración ética de usanolandia.
Por cierto, si te matan de un tiro en Nueva York, 8 de cada diez veces, el que dispara es policia. No hay nada más parecido a Europa que NY, el resto es peor.
Esto tambien pasó en España, cuando eramos un imperio y el oficio más prestigioso era el de soldado. Habían muchísimos asesinatos y muchísima violencia. Esto a pesar de los esfuerzos por desanimarlos y justificar la acción armada como simplemente defensiva y criticar los asaltos.
En USA no ven necesario justificarse. El problema es más profundo que la mera prohibición, aparte de que es casi imposible. A pocos km de NY los montes están llenos de osos y todo el mundo tiene un revolver o un rifle, o bien por los osos o bien por la serpientes.
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Senecadelvinotea
¿ Para qué quiere un ama de casa
divorciada,
dos fusiles de asalto
semiautomáticos,
y toda esa munición ?
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pevalqui
Con la venia. Seguir ahondando en la complejidad de la sociedad norteamericana, sus vicios y virtudes, nos llevarían a un largo análisis imposible de reflejar en este espacio.
Saliendo desde Nueva York, hacia el norte, nos adentramos en Connecticut, hacia el corazón de New England. Enormes plantaciones de mazorcas de piña nos acompañan de forma ocasional. A 55 mph, da tiempo de recrearse durante el recorrido. Con nuestro recuerdo aún latente en el autómata neoyorkino, que no se detiene ni para responderte la hora, tal como si estuviese troquelado en medio de la multitud en las afueras de la estación de metro de la calle 42, al familiar "Hi" del americano medio, que regresa a su hogar, tras recorrer uno o dos Estados, a tomarse su Martini y desperezar sus piernas en su cómodo salón, hasta el americano de la América profunda, con una sonrisa por bandera, gorra con viscera y despreocupada tripa, que habita en las laderas de las montañas de Berkshire, próximo a Massachussets, tras la opulenta Rhode Island, el trayecto verdea, sin apenas tener el más mínimo atisbo que cualquier arma de fuego, de las casi trescientas millones sensadas, para un total de unos 310 millones de habitantes, nos pueda importunar. Ni habernos apercibido si quiera que 30.000 personas anualmente mueren allí por efecto de esas armas. 18.000 de ellas, por suicidio. "The country is big" (el país es grande), suelen decir ellos con orgullo". En un lugar lleno de oportunidades, según sus defensores, en el que si te esfuerzas, no te faltará trabajo, para un sociedad llena de atavismos, en el que el miedo a perder lo tuyo, te lleve a tener que protegerte con armas de fuego, siendo parte alicuota de tu forma de ser y vivir, refrendada incluso en la propia Constitución norteamericana, para que se pueda dar la macabra coincidencia que ¿un enfermo, un resentido social, un asesino?, con las propias armas con las cuales su propia madre lo adiestró, le dé muerte, y con ella o otros tantos profesores más 20 niñ@s, en un apacible colegio de un suburbio de Connecticut, igualmente inocentes de semejante barbarie.
Imagínese, querido Pedro Luis, estimados, José Amaro, Pintao y demás foreros, si podemos sentirnos optimistas a que hechos de esta naturaleza no se vuelvan a repetir, en un país tan codiciosamente inmaduro. Tan prolijo hacia la demostración de los sentimientos, como hacia la falta de reflexión, de cultura a través de los siglos que lo sustente. Y para eso, para bien o para mal, no hay dólares con que comprarla.
Buenas tardes. Saludos cordiales.
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estaca
En Noruega, el país que se dice más rico y civilizado del mundo, usted se toma una simple caña en un bar, luego coge el coche y se manda a mudar, automáticamente el camarero llama a la policía e informa del hecho (de no hacer eso el camarero sería empapelado por encubrir u delito). A usted lo paran, lo detienen y lo empuran. Ellos dicen que esa situación es equivalente a la de salir un señor del bar con una pistola a la carretera. En los supermercados no venden bebidas alcohólicas, a excepción de cerveza y sólo hasta una hora determinada. El vino y los licores lo venden en tiendas del Estado y depende a quién. Hasta hace poco solo lo despachaban los pastores de la iglesia luterana. Los fines de semana, todo quisque desde el abuelo a nieto-se “rascan” en familia o en los bares y entonces puedes desmadrarte, insultar y meter mano a quien tengas a tiro, etc. Una vez llega el lunes, ojito, ni se te ocurra pensar lo que hiciste el finde, y todos, pero que a ser muy formales. Ello no impide que un individuo coja un fusil y elimine a casi 80 personas en un país tan respetuoso con las armas, que los policías llevan las mismas precintadas, y si tienen que sacarlas para intimidar a alguien, le hacen poco menos que un juicio.
Desde el punto de vista de un noruego es impensable tener, como tenemos nosotros, un “arsenal” de botellas de alcohol en casa, y los que tienen una bodega particular para sus parrandas con amigos, ni te cuento, serían equivalentes a traficantes de armas. Un noruego piensa que alcohol sin restricciones como hay en España, equivale a carreteras llenas de conductores potencialmente asesinos y/o suicidas. Eso mismo pensamos nosotros que en cada hogar de USA haya armas. En nuestro país es donde menos accidentes por conductores borrachos hay. En España, nos dicen que hay la friolera de 2,5 millones escopetas de caza, más un número considerable de armas de tiro olímpico y pistolas para algunas personas con riesgo. En Albacete hace unos meses un sujeto de casi 40 años mató a una niña de 13 años, con armas perfectamente legales. Pudo también haber entrado en la clase de la chica y hacer lo mismo que en USA. En el norte de España están los pistoleros por antonomasia, esos chicarrones del norte del tiro en la nuca y de la bomba en las viviendas de guardias civiles, que han asesinado a cerca de 900 persona incluyendo críos.
En Suiza, en todas las casas hay un fusil automático – no semiautomático, como el que se puede comprar en USA – del ejercito y que el responsable tiene la obligación de mantener. Además el usuario del arma tiene la obligación de practicar el tiro periódicamente en dependencias militares. Salvo el caso del año 2001, de un sujeto, que a modo de Michael Douglas en la película, mató a 14 personas en un Parlamento de un cantón en Suiza, no ha habido otras matanzas.
¿A qué conclusiones nos lleva esos casos en relación con lo que ocurre en USA? Pues que el origen del problema son los locos que hay en todas partes. La solución no es otra que extremar, aumenta e investigar los procedimientos de control de la gente potencialmente peligrosa, ya que siempre suelen dejar avisos de sus intenciones. Lo vemos aquí que estamos más centrados en la mal llamada violencia de género (¿de qué género?) o violencia doméstica. Una parte de esos casos dicen los allegados a las víctimas que se venían venir, como es la masacre de Newtown (de una madre que estaba como las maracas de Machín, obsesionada con un inminente apocalipsis y que acumulaba armas y de un individuo de 21 años a la par de sonado, se puede esperar cualquier cosa).
En otros casos no. ¿Qué hacer cuando un señor marido ejemplar coge la escopeta de casa y le descerraja dos tiros a su señora? ¿Prohibir la tenencia de escopetas de casa? Pues los norteamericanos piensan lo mismo de sus armas. Es más, ellos dicen que en USA es donde menos asaltos a domicilios particulares hay porque un ladrón se arriesga a que se sacudan un par de tiros por el mero hecho de entrar en su propiedad y en ese caso al dueño de la casa no le pasaría absolutamente nada. Los tejanos que tienen un arma como nosotros un cepillo de dientes, presumen ante los europeos de ser los más equilibrados del mundo mundial, ya que no están liados a tiros todos los días como cabría esperar de tal profusión de armas.
Lo que si llama especialmente la atención es la fijación por los centros escolares, desde los infantiles a los universitarios. Puede ser una peculiaridad made in USA o una simple imitación de las anteriores matanzas. Lo cierto es que los locos de este lado del charco llevan ese mismo camino. En Alemania en la década pasada hubo un par de matanzas en los colegios realizadas. En España, hace unos meses un pájaro de Baleares de 21 años, también pretendía comprar armas y cómo no pudo, intentó fabricar una bomba para hacer saltar por los aires un colegio.
No hace falta ser un lince ver que la mayoría de la sociedad americana está favor de poseer armas. Así está en su constitución y seguirá figurándolo per secula seculorum. ?. A los hechos me remito: en la última confrontación electoral a la presidencia, ninguno de los dos candidatos dijo nada sobre el particular. Lo más reciente: Obama, el Jesucristo de la segunda venida, el que iba a redimir el mundo, junto con ZP (recuerdan las conjunción mundial de dos líderes que nos anunció Pajín y ratificaron los noruegos con su premio Nobel de la Paz preventivo), pues bien, como decía, en relación a las armas, hizo unas declaraciones en las que no se comprometía a nada en concreto. Dijo que iba a hacer algo, pero creo que no va a ser algo más que exigir que se pongan un par de pólizas más en el formulario que tienen que rellenar al solicitar un arma, o que éste incluya una pregunta que diga ¿usted va a disparar a escolares?, a modo de lo que le preguntaban a los inmigrantes europeos en el siglo pasado ¿Tiene usted intención de atentar contra el Presidente?
Así que, estimado D. Amaro, creo que poco tiene que ver el asunto de la masacre con que los locos asesinos sean calvinistas, luteranos, católicos, ateos, agnósticos, etc. ni con el sistema político y social del que “disfrutan” sus ciudadanos. Creo que en su análisis se dejó llevar por la pasión como profesor, actividad en la que “profesa” amor por sus alumnos, a la par que instruye. Por eso creo que si la matanza hubiese sido en una reunión de personas adultas, sus conclusiones serían distintas.
Saludos y felices Navidades
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Pintao
Por generación y andanzas, influyó en mi manera de comprender la vida, lo que entendemos por "filosofía de los sesenta", vamos que entusiasta de la música de los Beatles, cuando John Lennon cantó "Imagine", me lo creí totalmente.
Sin embargo, es ley de vida, que a medida que los años van pasando con sus azarosas circunstancias, quien más, quíen menos, vamos matizando muchas cosas, por suerte en mi caso, sin tener que renegar de nada de lo fundamental
Viene a cuento lo anteror, para enfatizar mi conformidad con el artículo del Sr. Carrillo, que dicho sea de paso, da gusto leerle, pero creí conveniente hacer patentes las opiniones encontradas que he experimentado con el tiempo
Aquí viene el matiz. En dos ocaciones he visistado los EE.UU.
la primera fué una visita corta (dos semanas) en le 76 que recuerdo celebraban el Bicentenerio, y la verdad, no es suficiente hacerse una ligera idea acerca del pais, aparte de que todo me pareció "grande".
La segunda vez fué con motivo de unos cursos, y aprovechando la ocación pude ver algo más del inmenso país.
La verdad es que terminas con sentimientos encontrados. Lo que más choca con el modo humanista de enteder la vida a la europea, es la tremenda competitividad que se respira en la cultura americana, vamos que o eres un " winner" o un "loser", y esto desde la escuela.
Esto desde luego a la larga nos puede llevar al desastre por querer ser lo más de lo más.
A mi juicio, aparte de grandes vietudes que sin duda tienen, me admira lo "inmenso" del pais en todos los sentidos. Hay muchas sociedades dentro de la sociedad americana, y como no, mucha autocrítica en su prensa y literatura.
Otra cosa es que la corrupción está muy mal vista, además de la doble mora.
Son muy diferentes acerca de la cocepción de lo "político", entienden la política desde el punto de vista de "lo práctico".
Pero es que son así, y además son muy tolerenates con las ideas de los demás, aparte de ser, según mi experiencia, una gente muy amable y educada por lo general.
Lo de las armas de fuego es desde luego algo atávico que pertenece a ese arcano donde los americanos guardan las "grandesas" de lo que entienden por "América". Al discutirlo con alguno, llegas a la conclusión que no se trata de lo razonable sino más bien de lo èpico.
De cualquier manera, es increible que no habiendo esa libertad en Sudamérica, haya cindo veces más muertos por arma de fuego.
(5 veces más, Moises Naim. El Pais 16/XII).
Igual pasa cundo intentas convencer a alguíen de que la "marcha hacia el oeste " lejos de como la pintan, no fue otra cosa que un genocidio de indios ferfectamente planificado por los estados del este. Lo mismo pasó con, ni más ni menos, el robo a Mejico de más de la mitad del país.
Pero así es la historia de los paises nuevos en el siglo XIX en America.
Nadie habla de las matanzas de la guerra del Chaco en Paraguay, o las escabechinas de indios en Brasil.
Por lo demás, cuando uno pasa de San Diego a Tijuana o cruza el puente entre el Paso y Ciudad Juarez, se pregunta que cual a sido la evolución de los pueblos con culturas católicas y no calvinistas.
También Australia, Canadá y Nueva Zelanda, se poblaron con doctrinas parecidas y son sociedades mucho más equilibradas.
No es en absoluto mi intensión de contradecir las opiniones del artículo de fondo así como del foro, pues como he dicho, yo también lo creo, pero es sólo otros sentimientos que afloran como resultado de la experiencia personal que tampoco tiene por que ser objetiva.
Srs, es un placer.
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PedroLuis
Estimados amigos, al objeto de entendernos mejor, lean más o menos lo mismo que escribí, pero con menos comas y cambiadas de sitio: ¡Qué desastre!
Cuándo aprenderé a releer "mis disparates" antes de enviarlos.
Disculpen, por favor.
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PedroLuis
El solsticio de invierno de nuevo ilumina a El Callejón, que por su orientación y la gente que lo habita, rara vez pierde la escéptica esperanza de ver salir el sol.
Luce además esta vez con un tema tan nuestro, tan íntimo, tan propio… que: o escribimos un libro, o no decimos nada. Optemos por lo segundo, que es más breve.
A veces, uno lee en los “periodiquitos” artículos que le gustaría leer en los “grandes periódicos”. Pero en éstos, estas minucias no tienen cabida, porque no estimulan las fábricas, ni los mercados, ni los premios nobel por la paz. Tal vez en ello está ese ligero desánimo, que deseo pasajero de don Emilio.
Hasta el pacífico y culto “pevalqui” (¡quién lo diría!), nos anuncia el próximo suceso (¡qué barbaridad!). Sólo le faltó estimular a que se provea de pistolas, a los alumnos, y de rifles de largo alcance, a los profesores, al objeto de evitar dramas como el descrito. Y publicarlo en un gran periódico, claro, para su repercusión inmediata.
En fin, estimados amigos, seguro que el respetado y querido “doctor Bacterio” nos llamaría la atención: ¡No, no, eso no. El asunto es muy serio para andar con bromas. Amor, mucho amor y praxis, praxis… praxis que nos quedamos sin niños!
El tal don Anelio debe ser un joven profesor sabio, que no va armado a clase. Lo peor: que, como don Emilio, cualquier día se desanime. Antes, espero verlo con sombrero tejano y dos pistolas.
Abrazos.
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