A rebufo de la muy controvertida Ley de Memoria Histórica (leitmotiv ideológico del zapaterismo que, al carecer de recursos asignados, encalla como un cascarón vacío en el inmenso y rocoso arrecife de las buenas intenciones), el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, trata de arañar unos cuantos votos con la injustificada y absurda exhumación de los restos del general Franco.
En su particular cruzada contra el olvido y la ignominia, Sánchez no está solo: le secundan magistrados del Tribunal Supremo, la cúpula de su partido (muchos de cuyos gerifaltes de antaño, de ahora y de pasado mañana, cuentan con árboles genealógicos con raíces en el régimen franquista) y una cantidad indeterminada de leales votantes de izquierda que ven en el traslado de los huesos del antepenúltimo Jefe del Estado una especie de extraña y -si se me permite- ridícula condena a título a póstumo a quien en vida mostró escasa consideración por sus semejantes.
Este empeño absurdo y un punto orwelliano por reescribir la Historia, haciéndonos creer que el Caudillo era poco menos que la encarnación del mismísimo Satanás (no fue ni más ni menos cruel que la despreciable caterva de tiranos que en el mundo han sido, son y serán) y que la supresión de todas las estatuas, fuentes y jardines levantados en su nombre conjurará de un plumazo el rastro de los crímenes por él auspiciados, manifiesta una escasa inteligencia y una pobreza de miras, acorde con el grado de conocimiento que las nuevas generaciones poseen sobre nuestro pasado reciente.
A semejante despropósito, con el consiguiente despilfarro de fondos públicos, se ha sumado en el último año el ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, que encargó un amplio estudio, coordinado por la catedrática en Historia del Arte de la Universidad de La Laguna, María Isabel Navarro, sobre la simbología de exaltación al franquismo existente en la capital donde el 18 de julio de 1936 se dictó el bando de guerra.
La citada investigación, que ha supuesto un sonrojante desembolso de 56.000 euros para las maltrechas arcas municipales, propone la retirada del conjunto escultórico, popularmente conocido como “El Angelito”, obra del escultor Juan de Ávalos y Taborda y que se encuentra al final de la Rambla de Santa Cruz (antes del Generalísimo), así como la resignificación del Monumento a Los Caídos, sito en la plaza de España (antes plaza de La Constitución), por entender que vulnera la Ley de Memoria Histórica, ya que en su ejecución se empleó como mano de obra a “presos políticos”, de ahí que se sugiera la recuperación del espacio de la cripta para “la eventual ubicación de un centro de interpretación consagrado a la memoria histórica en su sentido más amplio” y la posible retirada de los elementos escultóricos de los soldados; del grupo de la Patria y el Caído; de las piezas escultóricas de la Victoria y la Nave; de la lápida conmemorativa del capitán Gómez Landero y de la placa del Mando Económico, que “podrían instalarse en un parque público con la contextualización necesaria acerca de su valor artístico y su sentido histórico y cultural” y para lo cual se propone el Palmétum o el Parque Viera y Clavijo:
“El recinto elegido debería tener en sus proximidades una infraestructura consistente en un centro internacional para la paz y la reconciliación, en el que se integre la creación de un centro documental, centro de formación y de difusión sobre los contenidos de la memoria histórica”, añade la referida investigación.
Cualquiera
Sr. Amaro por lo visto para usted no es un derroche lo que se gasta en manter un mausoleo para ensalzar a un criminal y un asesino, pero si preocupa por los 56000 euros.
Mantener el Valle de los Caídos le cuesta a Patrimonio Nacional 1.836.325 euros anuales, según anunció el Gobierno en junio de 2017. En esta cantidad se incluye la subvención de 340.000 euros que recibe la abadía benedictina, beneficiaria de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.
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Primaderiesgo
José Amaro: viví 31 años con Franco y el resto, hasta los 75, con este sistema tan bueno, tan bueno, que lo han sacado a la vida 44 años después de muerto… Grandioso. No me gusta la opción de la cuneta de Fuencaliente, ya que este bello pueblo, aparte de los mejores almendrados y malvasías de la isla, no merece que, a estas alturas, sea lo más propio estar arrojando cosas a los arcenes de sus carreteras: mejor dejarlos como están. Lo que sí me gustaría ver, leer y saborear -cosa que, probablemente y dada la rapidez de todo esto, gozarás y disfrutaras tú- son, triquiñuelas, manipulaciones y fantasías mediante, las lecturas reelaboradas para las futuras generaciones (libros de texto en escuelas, institutos y facultades) donde se relate, de una manera más o menos verídica, que el PSOE, entre 1936 y 1939, después de una guerra fratricida, venció a un tal General Franco y con él cayeron toda su banda de conspiradores, asesinos y facinerosos. Gracias a esta excelsa formación académica, nuestros nietos y bisnietos aprenderán que también allá, por los primeros años del siglo XXI, se venció a una banda de terroristas denominada ETA, integrada a su vez por gente contraria al PSOE y que, en revancha por su triunfo en la guerra civil, habían vuelto a mostrarse enemigos de nuestra patria, llegando a asesinar a más de 800 hermanos y hermanas socialistas. Y más tarde, en la segunda década de esta centuria, se les explicará a los estudiantes que, gracias a la intervención del PSOE -como no podía ser de otra manera-, se logró evitar que unos golpistas catalanes declararan la república en esa autonomía. Según los historiadores de nuestro bien amado régimen, resultarán determinantes para este nuevo triunfo patrio la labor desarrollada por los representantes del PSOE en Barcelona, al frente de los cuales se encontrará el legendario estadista Miquel Iceta, a las órdenes directas de su superior en Madrid, supervisándolo todo con asombrosa firmeza, el presidente del gobierno de España, Don Pedro Sánchez I. Qué lastima que la edad que tengo no me alcance para disfrutar de tan amenas como a buen seguro enriquecedoras lecturas.
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tristras
Que verguenza de ….articulo(?)
Que lo entierren en una cuneta en Fuencaliente y no nos digan donde
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Pintao
Entiendo que el asunto que nos ocupa es bastante controvertido y a mi modesto modo de ver es razonable que haya diversidad de opiniones al respeto, pues desde luego yo en este asunto entiendo que haya muchos que difieran con la opinión que en el comentario se expresa, dado que sea una decisión que haya sido tomada de modo contundente por los tres poderes del estado, o sea, por el Parlamento, el Gobierno y para rematar el asunto, el Tribunal Supremo por unanimidad. De este modo no es difícil que haya tanta gente equivocada y en la duda hasta le parezca bien.
Pero en fin, razones sociológicas hay de sobra para darse cuenta que también sean tantos los que opinan que el asunto es una barbaridad, y es que no en vano la historia siempre ayuda a moldear la idiosincrasia de los pueblos.
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