A mi amigo D. S. D., uno de los últimos representantes de una estirpe en franca extinción
Cuando, a finales de enero de 1993, entré como auxiliar de redacción en la plantilla del Diario de Avisos ya vivíamos inmersos en la precariedad laboral y en la enésima desaceleración económica, impuesta, por supuesto, por la saciedad insaciable de los mercados, la Europa de los tecnócratas y el lobby judío que controla Wall Street y el Fondo Monetario Internacional. Además, en poco tiempo, el cuarto Gobierno de Felipe González (sin duda, el dirigente más audaz, honesto y altruista que haya conocido la socialdemocracia occidental desde Alejandro Kerenski) pactó con el aún marido de Ana Botella y la Patronal una reforma que dio vía libre a los contratos basura y que, como muy bien dijo mi compañero (y, sin embargo, amigo) Rubén Díaz, "mal vendía a la clase trabajadora" de este país que ya entonces había dejado de ser una nación para convertirse en un negocio.
En aquellos días duros de la resaca de los fastos del 92, que sólo sirvieron para engrosar las cuentas corrientes de testaferros y trileros (y, de paso, revalorizar el suelo urbano de La Barceloneta y limpiar de lumpen-proletariado el Barrio Chino de la Ciudad Condal), cobrábamos la nómina de CANAVISA (en mi caso, ochenta mil pesetas) en la segunda semana de cada mes y, ante los reiterados retrasos, reunidos en asamblea, nos llegamos a plantear la posibilidad de presentar un preaviso de huelga.
-Leopoldo, estamos a día siete y no hemos cobrado -le advirtió el fotógrafo Carlos González al decano director del decano de la prensa canaria.
-Pero piensa en el prestigio que te da trabajar para esta cabecera -le contestó Cabeza de Vaca, con su elocuente verbo vallisoletano (y dos piedras).
-Eso se lo dices a la cajera del supermercado cuando me pasa la compra.
Durante dos años y dos meses, ejercí uno de los oficios más antiguos que existen y comprobé, sufriéndolo en mis propias carnes y en las de mis compañeros y compañeras, hasta qué punto el periodismo guarda más rasgos en común con la prostitución de los que nos gusta admitir.
No tardé en darme cuenta de que este mundo no reservaba para mí un futuro halagüeño, salvo que renunciase a ciertos principios, como la dignidad personal o la integridad profesional. En el Diario aprendí que los méritos no se ganaban con la máquina de escribir sino en los despachos o en las barras de los bares de copas, donde los idealistas venden su alma a cambio de un sobresueldo o de un puestito de confianza al servicio de un concejal, consejero de Cabildo o diputado cualquiera.
La ambición mal entendida, la absoluta falta de una conciencia gremial, de una verdadera vocación de servicio o de una auténtica voluntad cívica, han contribuido a despedazar esta profesión (siempre a los pies del mejor postor) que ha pagado el precio más alto por su individualismo, lo que unido a la pobreza intelectual y al profundo desprecio que por ella sienten empresarios y políticos, han propiciado la propagación del virus que finalmente la ha terminado destruyendo: el intrusismo.
ificrates
Es una desgracia, o tal vez una suerte, pero el mejor periodismo audiovisual, hoy día lo hace un no periodista – creo – , como Jordi Évole.
Este hombre tiene más audiencia que Sálvame, Ana Rosa o cualquier otro programa.
Me parece que la prensa debe reinventarse y dar la información de forma más asimilable por el gran público.
No es este el único factor, lo que afirma en el artículo es cierto, y lo arrastramos desde el XIX, por desgracia.
En las anteriores elecciones, después de un debate, me decía un veterano político :"me he dado cuenta que discutimos los mismos problemas que hace 30 años y me ha dado una tristeza".
Azorin cuenta como leyó un informe sobre el estado del Reino, encargado por Felipe II, y que, segun él ,los problemas eran los mismos que en su actualidad.
En fin…a seguir en la brega.
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pevalqui
Estimado Cosmonauta, desde este entorno virtual, pero no menos humano, a través del cual nos ha dejado su mensaje de hombre mundano, no en el sentido lato de la palabra, sino de aquel que ha emigrado, que se ha ido para "ganarse el pan con el sudor de su frente". Con su discurso a veces contradictorio, otras, controvertido, y otras anecdóticamente sorprendente, pero que a nadie nos dejó indiferente, mostrándonos el espejo a los que permanecemos y vivimos aquí de esos malditos atavismos, que como bien dice, aún permanecen en el espíritu de tantos canarios; quiero enviarle el testimonio de mi simpatía y mi amistad. Y el deseo de que vuelva, a lo Gardel, o como usted quiera. Ya nos ha dejado su legado. Ahora haga como la poeta cantante, o cantante poeta amiga suya, y mía también, Violeta Parra, para que volvamos a enredarnos en la hiedra de las experiencias que ha ido acumulando al otro lado del Océano. Por eso mundos de Dios.
Hasta luego. Y anímese a mirar a través del espejo retrovisor. Igual se encuentra una agradable noticia, como nuestro amigo Atila.
Lo suyo, así lo presiento, es una despedida "A la llanera".
Le esperaremos.
Saludos cordiales.
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Atilaelhunico
Vaya… pues otro abrazo! Y mucha suerte!
Ha sido un verdadero placer leerle, sin duda. Espero que nos siga brindando con muchas entradas más.
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cosmonauta
Al señor Pevalqui, Honesto cultivador de la amistad y un poco ingenuo debido al ambiente sano donde se ha criado.Un abrazo
al señor Pedro Luis, como dije anteriormente simpático elocuente y conciliador. Un abrazo.
Al señor Atilaelhunico, lacónico, acertado y sincero. Un abrazo.
al señor Pintao, luchador incansable por un ideal. Un abrazo.
al señor Jose Amaro, honesto, culto y soñador. Un abrazo.
A los que de manera consuetudinaria leen este periodiquito digital, y en sus tibios hogares y sueñan con un mundo mejor para todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Un abrazo.
Y también para don Salvador, para don ibrahim y para doña rosario, personas que me permitieron exponer mis ideas en sus blog.
Si tienen la oportunidad de poder escuchar la canción volver a los 17, de mi difunta amiga Violeta Parra, a la que conocí muy bien en Santiago de Chile, no dejen de hacerlo amigos.
No les digo adiós…Si no hasta siempre.
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Pintao
Felipe González metio la pata el hombre en algunas cosas que vistas desde la barrera y a toro pasado soy más reprobables que en caliente.
Sin embardo, líbreme dios de los que sólo lo ven como algo muy negativo que sucedió en la historia de España.
Suele ser la derecha irredenta de la España negra que se cree dueña por derecho divino del cortijo, el caballo y la pistola y son incapaces de admitir las historia con luces y sombras como realmente es.
La izquierda, ya se sabe es cosa de trasnochados que sueñan con la justicia pero en el fondo unos chorizos sin paliativo.
Pasa lo de Bárcenas y se mira al frente y firme el ademán.
Una falsa patraña inventada para arrebatarnos el monopolio de las virtudes que por naturalezan nos adornan.
Pasa lo de Naceiro y se arregla todo con encontrar un juez que declare defecto de forma.
Una buena descripción de esa derecha la pueden encontrar en el artículo de fondo del Financial Times de hoy, (oiga, es de derechas pero de una derecha diferente).
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jacarrillo
Estimado Asís: lamento que se haya tomado tan a mal mis palabras. Créame que de veras, con este texto, no pretendía demoler y arremeter contra los muchos periodistas que se mantienen en primera línea de un fuego cruzado que no conoce amigos.
Creo que no ha entendido el verdadero sentido de mi diatriba (o yo no he sabido expresarme con mayor claridad).
En ese sentido, muestra con este ex-redactor una contundencia excesiva y -permítame decirle- un tanto injusta. He aquí algunos de sus reproches:
"¿Por qué no te quedaste al pie del cañón, con valentía, para defender los principios de una profesión tan digna como el periodismo mientras otros muchos sí lo hicieron? ¿Por
qué te refugiaste en unas oposiciones y te convertiste
en un funcionario al servicio del sistema? ¿Por qué tu evidente lucidez y tu erudición no lucharon en una revolución individual que siempre podía aportar algo más? No espero respuesta. Muchos de esos a los que llamas intrusos sí han hecho ese trabajo, sí se han comprometido con una causa que tú abandonaste
voluntariamente. A veces solapamos nuestras debilidades en las siempre tan socorridas excusas […] Sí, tienes derecho al pataleo pero está feo que lo hagas destripando una
profesión digna en la que no has seguido no por convicción sino por comodidad".
Basta con leer estas frases para darse uno cuenta de que usted no me conoce. En absoluto.
No abandoné mi vocación ni por comodidad ni por cobardía ni por conseguir una plaza de funcionario al servicio del sistema.
Renunciar a lo que siempre quise ser (pregúnteselo a cualquiera de mi familia) no es algo que se haga por comodidad, ni por cobardía, ni por convertirse uno en una especie de comisario político del gobierno de turno.
Cuando dejé la profesión de informador, siendo redactor de un periódico hoy inexistente, había firmado media docena de contratos en catorce meses, no había tenido más que dos semanas de vacaciones y, por último, mis turnos de trabajo llegaban ya a las catorce horas diarias. De hecho, había días en que a la persona con la que entonces compartía mi vida la veía sólo por la mañana, antes de que ambos nos marchásemos a nuestros respectivos trabajos. Aunque en mi caso más que trabajo habría que hablar de esclavitud. Y le recuerdo que el hombre ha nacido para intentar libremente hacer realidad sus sueños no para convertirse en un esclavo de ellos (y, de paso, de empresarios que de periodismo saben lo que yo de física cuántica).
Por otra parte, me gustaría que alguna vez estuviese encerrado en un aula, junto a una treintena de niños y niñas, con carencias afectivas, económicas y cognitivas, y me explicara dónde está el chollo de dar clase en un centro de enseñanza pública, en un barrio deprimido de una capital de provincias. Además, de sus palabras se desprende que la plaza de funcionario no supone ningún esfuerzo, que es como sacarse un billete de lotería que se obtiene mediante la pre-inscripción.
Finalmente, me echa en cara que oculte o silencie las deficiencias de nuestro sistema educativo cuando añade que "del mismo modo que cuentas las miserias del periodismo,
relátanos también las dobleces, mentiras, intrigas del
universo de tu sistema educativo". Varias han sido las ocasiones en que en este blog he denunciado los males que han carcomido a la educación pública en este país. Males a los que no son ajenos ni los profesores, ni los padres y madres, ni, por supuesto, los poderes públicos.
Creo que se equivoca, mi querido amigo. Jamás he calificado de indigno el oficio de periodista. Cosa es muy distinta es que ha habido, hay y continuará habiendo desaprensivos que se parapeten tras el derecho a la información para servir a sus mezquinos intereses. Ésos son los que califico de intrusos y que le han causado un daño irreparable a este noble oficio.
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asis
Estimado José Amaro; sí, el periodismo se parece a la prostitución tanto como al magisterio sometido a los designios de la dirección del centro donde trabajas o de los sucesivos cambios en la leyes educativas, y no puede faltar la política o la del funcionariado en Urbanismo, en Tesorería, en Fiestas y Cultura, donde nada mejor que una buen mentor ….todo dentro de un largo etc. En cuanto al intrusismo, se desprende de tus palabra cierta frustración. Por qué no te quedaste al pie del cañón, con valentía, para defender los principios de una profesión tan digna como el periodismo mientras otros muchos sí lo hicieron? Por qué te refugiaste en unas oposiciones y te convertiste en un funcionario al servicio del sistema? Por qué tú evidente lucidez y tu erudición no lucharon en una revolución individual que siempre podía aportar algo más? No espero respuesta. Muchos de esos a los que llamas intrusos sí han hecho ese trabajo, sí se han comprometido con una causa que tú abandonaste voluntariamente. A veces solapamos nuestras debilidades en las siempre tan socorridas excusas. En los tiempos en los que nos encontramos, frente a los acontecimientos de las dos últimas semanas deberíamos estar agradecidos, más allá de los intereses de unos y otros, en la comunión de criterios que han unido a dos grupos de comunicación tan dispares como los que financian El Mundo y El País. Sí, tienes derecho al pataleo pero está feo que lo hagas destripando una profesión digna en la que no has seguido no por convicción sino por comodidad. No importa que no públiques este comentario. Me conformo con que lo leas. Del mismo modo que cuentas las miserias del periodismo, relatanos también los dobleces, mentiras, intrigas del universo de tu sistema educativo. Un saludo.
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PedroLuis
Estimado "Cosmonauta", con el permiso de José Amaro, permítame que no deje callada esta especie de despedida suya. Aquí me encontré con su primera participación, y aquí, por lo que nos dice, toca la despedida:
1. Personalmente siento, de verdad, su ausencia, pues son estas modestas ventanitas, abiertas a otros aires, las que casi sin darnos cuenta contribuyen a renovar la atmósfera local.
2. En su corta participación ha dejado constancia de su visión documentada y cosmopolita de muchos de los temas tratados. Le echaremos de menos.
3. Difiero, al menos en términos cuantitativos, de esa visión suya tan negativa de la sociedad y de las personas que, todavía, habitamos estas ínsulas. Desde luego, no son un edén, pero tampoco creo que las diferencias sean tan sustanciales con muchas de las cosas que suceden desde el Cabo de Hornos al Río Colorado, e incluso se puede subir más al norte… Eso por discurrir “meridianamente”, pero tampoco cambia mucho el panorama si discurrimos en torno a los “paralelos”. Desde el espacio, la visión es más global, así que usted tiene mejor observatorio. No lo dudo.
4. Lo anterior no alivia nuestros males crónicos o coyunturales, pero sí contribuye a tener una visión menos negativa de nosotros mismos e irnos despojando, poco a poco, de esos “complejos” atávicos que nos atribuye, y de los que tanto trabajo cuesta liberarse, si es que de verdad no estamos tarados de por vida. ¡Qué le voy a decir a usted!
Con toda sinceridad, ha sido un placer. Tanto en este blog, como en el resto de los “nichos” donde hemos convergido. Hasta siempre, un fuerte abrazo (www.pedroluisperezdepaz.es).
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Atilaelhunico
Anda ya Cosmonauta, qué es eso de adelgazamiento morboso… no me jodas.
De ser así que te recuperes pronto. Nos haces mucha falta me cag en diez!
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estaca
Ya me parecía a mi D. Amaro. Es que regresaba de haber pasado el finde fuera de casa, por una parte, y por otra, me confundió lo de los contratos basura. Esto último hay gente que no lo ve tan mal. Mejor era tener algo que nada. Cuanta gente suspiraría ahora por un contrato de esos. Recuérdese que, en aquella época, el paro superó el 25 % y fue cuando Alfonso Guerra dijo que no había economía que resistiese más de un 20 %, que el dato no era real y que la gente estaba en economía sumergida.
Otra cosa, con las prisas, me salté un “no” en el último párrafo. Lo que quería decir es lo siguiente:
“Lo de audaz, pues sí, le echó cara al asunto, engañaba como nadie y a la mayoría de nosotros no nos daba la sensación de que nos tomaba por tontos,”
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