Bienaventurados los bufones, porque eternamente están en gracia de Dios y de ellos será el Reino de los Cielos
El Talmud
Hace cosa de un año, aproveché este rincón, que gentilmente me brinda elapuron.com, para hablarles de El Supositorio, un quinteto de humoristas tinerfeños que lleva una década intentando sacarnos una carcajada a través de sus espacios radiofónicos -primero-, de sus cortometrajes -después-, de sus programas de televisión -en una tercera fase- y -ya por último- de sus espectáculos en vivo.
Si en 20l2 estrenaron en el Guimerá su tercer proyecto escénico, Peor es robar, el teatro santacrucero ha sido también el escenario escogido para la puesta de largo de ¿Y esto ahora quién lo paga?, su desternillante oferta para la presente temporada.
De nuevo, estos cinco actores y guionistas (Jorge Galván, Conrado Flores, José Juan Ramallo y los hermanos Paco y Domingo Efegé) vuelven a la carga con un formato que casi dominan a la perfección: la estructura en sketches.
En este caso, tras una breve obertura, consistente en jugar con la ambigüedad y el doble sentido (y ya de paso restregar suavemente el dedo por la llaga de las pequeñas grandes corruptelas que asolan nuestro devenir cotidiano), los noventa minutos siguientes transcurren a lo largo de cinco divertidísimas escenas sin ninguna conexión argumental entre ellas, salvo las ganas de hacer reír. Y, para conseguirlo, cualquier pretexto resulta válido: ya sea una charla sobre educación sexual que imparten, en un instituto cualquiera, dos informáticos frikis, fans de La Guerra de las Galaxias, con más canas que sentido común; las desavenencias de un multimillonario con su clon (donde El Supositorio explota con suma gracia la feliz circunstancia de que dos de sus componentes sean gemelos) o la feroz y jocosa inquina con la que el grupo satiriza la miseria moral y la pornografía sentimental que despiden (como un incómodo hedor) ciertos programas televisivos de reencuentros familiares, amores perdidos o vidas recuperadas.
Capítulo aparte merecen las dos piezas más sobresalientes de la función: una hilarante y simpatiquísima parodia de la batalla de Las Termópilas (y de la película 300), con la que resulta imposible no descojonarse (con perdón) en más de un momento, y el desenlace, en vivo y en directo, de la telenovela Cataratas de pasión, que constituye una auténtica obra maestra en la que estos cinco bufones maravillosos dan lo mejor de sí mismos.
No lo olviden: las autoridades sanitarias recomiendan encarecidamente la toma de estas cápsulas de El Supositorio. Es verdad que se puede vivir sin ellas, pero la vida así resulta mucho menos divertida.
ENANAPATUDA
Pintao: amén y ahul
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spica
#Pintao: Gracias por el recuerdo. Seguro que así ha sido. Que nos espere allá por muchos años.
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jacarrillo
Amigo Pintao: Amén.
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Pintao
Aúnque se salga del tema y aprovechando los comentarios genealógicos (que viva el griego clásico), quiero traer el recuerdo del recordado amigo Fico, cuyo memoria perdurará para siempre entre sus muchas amistades dada su bondad y proverbial buen humor.
Como palmeros de la diáspora tuve el placer de compartir por algunos años amistad y hasta trabajo, siempre disponiendo de la ocación de disfrutar a menudo de los buenos momentos donde era entre divertido y erudito emplear los "téminos palmeros" como si no nos hubiéramos movido jamás de las Explanadas, como una eterna niñez, cosa para la que siempre tuvo una habilidad y memoria sorprendente. Siempre mantuvo y con razón que "ser palmero imprimía carcter". Vamos que no era un accidente geográfico.
Que Dios le tenga en su gloria.
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PedroLuis
Tras leer diez veces "hipocorístico", terminé por ir al diccionario:
Rápido fui al diccionario
pa ver lo que me decía
pues la gramática mía
no llega al abecedario
me pareció estrafalario
diez veces debí leerlo
sin acertar a entenderlo
“hipocorístico”: ¿amor?
del griego “acariciador”
me estrujé para saberlo
Como ve, estimado profesor, no para usted de enseñarnos.
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Celia
O como diria Batman: "Que importa como me llame? Se nos conoce por nuestros actos"
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jacarrillo
Estimado Pedro Luis: como diría Senecadelvinotea, "Al rumano se le fue la mano y al tal fulano habría que fumigarlo con gas metano y luego al mechero echar mano, a ver si le hace gracia y, si no, que lo pongan a cargar guano".
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PedroLuis
Sr. Spica, meterse uno donde no le llaman, ya sabe que no suele acarrear buenas consecuencias, pero permítame una cariñosa puntualización: jamás he llamado a don José Amaro “D. Amaro Carrillo”. Lo he llamado de muchas formar, es verdad. Concretamente, en esta ocasión, lo he llamado Doctor (Dr.) Amaro Carrillo, porque su talento merece ese título, máxime si de "ponerse un supositorio” se trata.
También soy (mea culpa) de los que con frecuencia, los sonoros “Amaro Carrillo” me llevan a omitir el más frecuente Rodríguez, algo que sin duda tolera mal (aunque elegantemente lo calle) don José-Amaro (ahora con guión, para variar), pues “madre no hay más que una”. Él lo sabe; y yo también.
Sendos abrazos. Respetuosos, por supuesto; faltaría más.
Por cierto "manda supositorios" eso de pegarle fuego a la puerta de El Salvador, por no atender a la convicción de que "el mundo se acaba": ¿Por qué no quemarse a lo bonzo, con perdón, que está más ensayada su eficacia? Qué desgracia.
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jacarrillo
Estimado amigo Spica: obviamente, mi nombre no es otro que José Amaro. En virtud del principio de economía del lenguaje (que nada tiene que ver con la crisis), a lo largo de todos estos años, mi familia, mis amigos, algunos conocidos y compañeros de trabajo, prefieren el familiar Jose (llana, sin acento en la e), otros (aquellos con los que tengo menos confianza) han optado por llamarme simplemente Amaro y casi nadie (salvo un único caso y además muy reciente) opta por el hipocorístico Pepe.
Dicho lo cual, puede usted referirse a un servidor como mejor le plazca. A fin de cuentas, el nombre es lo de menos cuando se trata de digirirse a alguien desde el respeto y la buena educación.
Saludos cordiales.
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spica
Sr.Carrillo: Sabe Vd. muy bien, puesto que se lo he comentado en diversas ocasiones, que sus artículos conforman la mejor lectura que la prensa me suministra en toda la semana. El presente comentario solamente tiene que ver con una curiosidad que quisiera me resolviese, si no tiene ningún problema en ello. Desearía me aclarase, que según hasta donde llegan mis conocimientos, su nombre es José Amaro Carrillo Rodríguez, nombre el cual, creo le fue puesto en honor a su abuelo paterno Don José Amaro Carrillo González-Regalado, practico del puerto Santa Cruz de La Palma durante mas de tres décadas. Me hacen continuamente referencias a Vd. como Don Amaro, Don Carrillo, D.Amaro Carrillo (hoy Don Pedro Luis), y muy raramente con su nombre. Si lo tiene a bien y dispone de un poco de su tiempo, explíqueme tales discrepancias, así como en el posible error en que yo pueda estar. Saludos,
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