cerrar
cerrar
Registrarse
Publicidad
El callejón
Publicidad

Filipiloquio

¡Ay, Felipe de mi vida!

Solo en ti soñaba día

tras noche, noche tras día

pues mi vida era perdida.

Pero si no sois de mí,

mi Felipe, sois de VOX,

porque quiero hallar en Dios

esto que sin ti perdí.

Mas ya vuelvo a suplicaros

que de mi vida seáis:

que si vos no me la dais

no tendré con qué pagaros.

Deseo daros mi vida,

y sin vos no es daros nada,

porque con VOX no es ganada,

cuanto sin VOX no es perdida.

Muérome de puro horror

por llamaros vida mía:

que ahora todo se perdía,

si vos hoy no actuáis, señor.

Pues vuestro saber adiestra

a su grey mal reducida

a una subsidiada vida

por la muy espúrea siniestra.

¡Ay, Felipe, vida mía!

Me habréis de hacer un favor:

¡sacadnos de este pavor

que asola la patria mía!

Sepa que aprisa os llamé

y a PRISA auxilio os pedí

porque el resuello perdí

que al cuello soga noté.

Y es que jamás permitáis

que otra vida sin vos tenga:

que no hay bien que por mal venga

sin mover dedo os quedáis.

¡Ay, Felipe! ¿Cómo viví

tantos decenios sin vos?

Porque si la vida es Dios,

¿qué le queda al PSOE sin ti?

¡Qué cosas tuvo por vida

tan miserable y triste!

¿Es posible que pudiste

aceptar fruta tan pútrida?

Pero sospecho, mi Felipe,

que fue permitirlo así

y que viniesen a mí

las cuitas del antes Príncipe.

Pero aún no habéis perdido

la soberana piedad

del que sabe la maldad

que todo el mundo ha sufrido.

Que conoces el venir

de la podemita fiera

que Dios aquí no lo quiera

mucho nos hará sufrir.

¡Qué de veces os negué

por confesar mi locura

a la fingida impostura

de un truhan falsario como ZP!

Si la vuestra es rosa vera,

entre tanto ruin capullo

que se presenta hijo tuyo,

no nos dejes en espera.

Sé bien que en mucho os tenéis,

que a todos enamoráis

y que por volver no estáis,

yo os ruego: ¿a quién queréis?

Amenazado por vos,

Sánchez a Iglesias sí teme

y que en su infierno lo queme;

decid: ¿no obráis como VOX?

¡Oh, qué terribles horrores

os hace la sangre fría!

¡Oh, cómo os duele que ría

el vulgo regios errores!

Coja el mando, por favor,

de esta nuestra hispana nave,

que la cosa está muy grave

y va a peor de proa a babor.

Publicidad
Comentarios (0)
Publicidad

Últimas noticias

Publicidad

Lo último en blogs

Publicidad