La historia de esta gran saga
rica en nobleza y valor
y huera en riqueza y rencor
principia en la pobre paga
que de alcalde percibía
el Zeus de la dinastía.
Era un ferretero honrado
y primer edil nombrado
por la gracia de Falange
y que no le buscó canje
durante casi dos décadas
de diversas alcaldadas.
Quien lo pintó advenedizo
no lo conoció y mintió,
ya que camisa azul se hizo
y de mayor se afilió.
Al primogénito nada
le faltó y hasta estudió
de niño con los jesuitas,
esa orden de gente honrada
que escuchó todas sus cuitas
y le dio la formación
debida y fe en la oración.
“Y con ser pues los mortales
pecados -pensar debió
o cierto le pareció
a este interno y prenovicio-
tan graves debido al vicio
que mejor son los veniales
para el uso del cilicio”.
Y así fue como dio inicio
el joven en el oficio
más viejo y feo que Picio:
que es el público servicio
a la cosa o causa pública
con generosidad púdica
y honorabilidad púnica.
Que al político, en los burgos,
se les exige instrucción;
que no quieren ni demiurgos
ni jetas de profesión;
que de caras semejantes
andan las tierras sobrantes
desde el tiempo de Cervantes
a los de ahora, repugnantes.
En Mallorca debutó
nuestro prohombre de provecho,
quien después cursó Derecho,
que al padre sustituyó
en un curso para cargos
entre los cuchillos largos
del séquito privadísimo
de nuestro Generalísimo.
Tentado por la sotana
optó al final por la pana
y en lugar de sacerdote
se hizo de jueces azote:
juicios no ganó ninguno
porque él era más tuno
que un abogado del turno
y así fue un leguleyo pop
defensor en salas del TOP.
De Tierno era monaguillo
y tron de Paca Sauquillo;
luego intentó a lo pillo
escaño por Albacete
en pleno setenta y siete
y envió al PSP al retrete
siendo de Guerra alcahuete.
Ya en Ferraz sube rapaz
como águila capaz
de todo y de mucho más
hasta ser el mandamás
manchego y gran capataz
de Toledo al hostal La Paz;
y en el PSOE fiel mamporrero:
de Felipe a Zapatero.
Él, que se vio tan famoso
y en tan buena estimación,
fue presa de su ambición
y volvióse codicioso.
Oh, envidia de oradores,
paladín de paradores,
perdición de malhechores,
campeón de cobradores,
aspiraba a presidente
y se quedó en sirviente
del desgobierno simiente
de la ahora voraz serpiente
que por la abisal pendiente
nos precipita sonriente.
Según él, mandaba por dar
a los demás lo mejor
de sí, no para engordar
sus muchas cuentas corrientes,
para ayudar a las gentes
que lo pasan mucho peor.
Este apóstol renegado,
ministro recién llegado
y autocondecorado,
por el gran poder cegado,
cuatro corbetas a Chávez
vende saliendo cagado
con la estúpida hediondez
de aquello que hubo cobrado:
USA se había enterado.
Retirado, jubilado,
no penséis que se escaqueó
y los negocios dejó
José Bono, ese bobo,
como patriarca bonobo,
con cuatro hijos al lado,
presume de potentado
ecuestre y hoy en día forrado
por su imperio inmobiliario
cuyo yerno intermediario
dio el pelotazo mamario
al traer test desde Ucrania
comprados en Transilvania
como si fueran de Alemania:
vendidos a precio de oro
al país de la piel de toro.
Así que, Pepe Bono, no
desafines con el tono
y deja tranquilo al trono
que no eres ni Pío Nono
ni pintas como Yoko Ono
y sí más simplón que un cono;
que el Borbón es león herido
y rey tan solo abatido,
y anciano del coco algo ido,
aun capaz de un estampido
darte en el tercer oído
y vuelvas por do has venido
con los Bonobos al nido.
Y si caso no me hacéis,
a Dios ruego que gocéis
con el pleito que tendréis,
que ahí está Felipe Seis,
hijo de quien ya sabéis.
“Ej que… Ej que… Ej que… Ej que…”,
dirás insensato ya que
tu lengua de mentecato
es luenga y bífida un rato
como todo ruin pazguato
que ignora que de Viriato
al sinvergüenza de Rato
Roma no paga traidores
ni virtuosos impostores.