Al Gran Combo de Puerto Rico
En Navidad fue invitado
a la casa de Soros
para un tremendo festín
que José Andrés había preparado.
Allí llegó El Chepado
y José Manuel Calvente.
La fiesta se puso caliente
y mientras Monedero dormía
Errejón le decía:
“No hay coima pa’ tanta gente”.
Vi al Sanchísimo que llegaba
mirando a todos desde su altura
y con su cara más dura
con El Gordo charlaba.
Y Gabriel Rufián estaba
con Jorge Javier Vázquez y su gente;
y Echenique de repente
alzó con fuerza la voz
y gritó como dando una coz:
“¡Me cago en Vox!”
Y el anfitrión se mosqueó,
el cochecito pateó y voceó:
“¡Afuera, pa’ la calle!
¡Pa’ afuera, pa’ la calle!
¡Pa’ afuera, pa’ la calle!
¡Pa’ afuera, pa’ la calle!”
Willy Tolerdo y Don Piso,
que mojar el pico quiso,
jalearon la llegada de Ferreras,
gran expendedor de esteras,
que descubrió que la secta
ya se encontraba dispuesta.
Para alegrar el ambiente
el apolíneo presidente
empezó a disertar
y Soros volvió a gritar:
“Fuck Off! ¡No hay coima pa’ tanta gente!”
Albertito Garzón junto al gallito
lo vi en la mesa sentado
y El Chepas, grillado,
de ron se daba un buchito
y estaba jalaíto.
Y así dijo prontamente:
“Oye, camarada, ¿quién es esta gente?
Si aquí no hay carnaza,
yo me voy pa’ mi casa”.
Y entre murmullos y cubatas
de tanto aprovechado sin corbata
se marcha tambaleando el jorobado
porque la fiesta para él se ha terminado.
Que se ha abierto la caja de Pandora
y descubres que ya no te adora
la misma ilusa gente
a la que has engañado,
que no hay coima pa’ tanta gente.
¡Pa’ afuera, pa’ la calle!
¡Pa’ afuera, pa’ la calle!
¡Pa’ afuera, pa’ la calle!
Tírenlos pa’ abajo
que son un peligro arriba
y se llenan las manos de lechón,
después se limpian con la cortina
o con el diario de Dina.
Tírenlos pa’ abajo
que son un peligro arriba.
Allá, allá se meten al baño
y te lo dejan hecho una ruina.
Tírenlos pa’ abajo
que son un peligro arriba.
Se hartan, trincan y se enferman.
Después te dicen: “Señora, ¿tiene aspirina?”.
Tírenlos pa’ abajo
que son un peligro arriba.
Que esa tropa
es peligrosa y rijosa,
a la par que ansiosa,
que aspira el dinero ajeno como farlopa.
¡Afuera, pa’ la calle!
Tírenlos pa’ abajo
que son un peligro arriba.
Oye, antes de que no se pueda
y que implanten el toque de queda.