Con razón al silencio llamas, Sánchez,
porque siempre el callar a ti conviene;
pues a toda hora el aire te sostiene
y sabes que por la boca muere el pez.
Mantienes al doctor aunque da espanto
y su ágrafo verbo al vulgo entretiene
negando el tsunami que sobreviene;
y te vas de veraneo mientras tanto.
¿Por qué tan míseramente nos tratas?
Callas y sermoneas cual dominico
y tu galeno no es ni practicante
ya que a los pacientes estima en ratas
definiendo como brote a otro pico
grave, para él insignificante.