No me mires, no me mires…
No me, no me, no me mires…
No me mires, no me mires, déjalo ya…
Que hoy no me he puesto el maquillaje
y mi aspecto externo es demasiado vulgar
para que te pueda engañar…
No me mires, no me mires…
No me, no me, no me mires…
No me mires, no me mires, déjalo ya…
Que hoy no me he peinado a la moda, da, da, da,
y tengo una imagen demasiado formal
para que te pueda engañar.
Miento aquí, miento allá,
maquíllame, maquíllame,
y en un espejo de cristal
a mí mismo me pongo a mirar.
Miento aquí, miento acullá,
maquíllame, maquíllame,
y en un espejo de cristal
a mí mismo me dispongo a admirar.
Me duele la cara de ser tan guapo
pero no de recibir ni un sopapo
porque en mi viscosa piel de sapo
todo resbala como en el bálano de Príapo…
Mi sonrisa profident,
mi careto de Calvin Klein,
mi prominente mentón
que es un martillo pilón
cuya diaria contemplación
me excita mogollón.
Mírame y admírame,
mírame y admírame,
mírame y admírame.
No me mires, no me mires…
No me, no me, no me mires…
No me mires, no me mires, déjalo ya…
No he dormido nada esta noche, che, che, che,
y tengo una cara que no se puede mirar
sin que se eche a vomitar
el que me quiera acusar
de mentir, de ocultar, de maquillar…
Mira ahora, mira ahora…
Mira, mira, mira ahora…
Mira ahora, mira ahora, puedes mirar
que ya me he puesto el maquillaje, je, je, je,
y si ves mi imagen vas a alucinar
y me vas a querer odiar.
Miento aquí, miento allá,
maquíllame, maquíllame,
y en un espejo de cristal
a mí mismo me pongo a mirar.
Miento aquí, miento acullá,
maquíllame, maquíllame,
y en un espejo de cristal
a mí mismo me dispongo a admirar.
Me duele la cara de ser tan guapo
pero no de recibir ni un sopapo
porque en mi viscosa piel de sapo
todo resbala como en el bálano de Príapo…
Y esta horrible sensación
que me nubla la razón
como un extraño dolor
de difícil comprensión
y que el destino a mí me dio
de tonto del copón
que se metió en un follón
con otros imbéciles del montón.
Sombra aquí, sombra allá…
Maquíllome, maquíllome
en un espejo de cristal
que me dice: Mientes fatal.
Y el espejo en un pispás
hago mil trizas
como la común memoria
que solo yo escribo la Historia.
Me duele la cara de ser tan guapo
pero no de recibir ni un sopapo
porque en mi viscosa piel de sapo
todo resbala como en el bálano de Príapo…
Ya no puedo soportar el hedor de Rasputín,
del demonio rojo grasiento serafín,
su tufo axilar, ese cante a marrano
que exuda el chepudo enano;
que le den a su piara
y al Papa con la tiara,
que presto le pateo el ano
a este pulgoso chucho
que como tarde mucho
y más pronto que tarde no queme el cartucho
termino de asesoros’ en Ayacucho.