A Raymond Carver
Es un bolsito de mano pequeño, de plástico, con dos cremalleras; de esos que venden en los bazares chinos por dos euros y pico. Alberga en su interior una cajetilla de Chesterfield recién empezada, un lápiz de labios barato, dos cigarrillos sueltos, un billete de cinco, un paquete de klínex y treinta céntimos. También hay una estampa de san Martín de Porres y, al verla, el cliente no puede evitar la mordedura de la culpa, que es como una serpiente siempre al acecho, escondida en un recoveco dentro de sí mismo.
"Toma, una de las chicas se lo dejó olvidado anoche, en mi habitación del hotel", le dijo a la mujer, regordeta y baja, que encontró en la puerta trasera del club Mesalina y que a esa hora de la mañana estaba medio abierta, dando paso a la cocina.
"Me contó que se llama Kathy", explicó el cliente.
La mujer se limitó a coger el bolso sin pronunciar palabra.
El hombre se marchó. Aún le quedaban más de doscientos kilómetros de carretera hasta llegar a casa, donde lo esperaban su esposa enfermera y una hija de cuatro años.
El tipo había puesto un billete de cincuenta euros en el bolsito de la joven y, a cambio, se había guardado la estampa del santo en uno de los escondrijos de su cartera.
McCourt
Uno de los mejores compositores vivos… Letras impresionantes y amargas, buen gusto.
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pevalqui
Relato sobrecogedor. Como otros tantos que tiene la vida. A través de la voz desgarradora de Tom Waits; quien sin tener la fama de Joe Cocker, el Boss, o hasta del mismísimo Neil Diamond, con otro registro, retrata también, al igual que lo hizo Raymond Carver, pasajes de la sociedad norteamericana, antes que el Big Deal, los confraternizara como "American citizens".
Mas allá del tratamiento diferente y en algunos casos hipócrita que se le dá al tema por parte de determinados gobiernos.
Igual de reterativo se nos muestra Waits con baladas tan hermosas y desconocidas para el gran público, como "Jersey Girl".
"Mesalinas" seguirán existiendo. Pero Waits sólo hay uno.
¡Cuántos recuerdos!
Thanks a million que diría el bueno de Tom.
Buenas noches. Saludos cordiales.
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PedroLuis
La voz, la guitarra, el bolsito, San Martín de Porres… La "soledad". Y los "pelos de punta" mientras leo y escucho.
La vida, en su expresión más "puta", valga la redundancia.
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Celia
Al oir esta cancion de Tom Waits, me imagino un oscuro y pequeño bar de algun lugar en California, donde un hombre con mucha soledad bebe para olvidar. Mesalina tambien esta sola, pero mas aun sin San Martin de Porres.
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Pintao
Como el Sr. Carrillo no suele dar puntadas sin hilo, entiendo que la crítica social esta vez vaya de" la prostitución," que suele tener dos lecturas. Una, que si los actores cuentan con toda la libertad del mundo para ejercerla, pues poco hay que decir. Dos, creo que lo que pasa en la mayoría de las veces, que la mujer se ve avocada a practicarla, obligada por otras personas que se benefician de ello o pagando un peaje la los circuitos especializados por no tener otras alternativas de vida, que es la mayoría.
Como suele pasar y acorde a nuestra especial manera de ser en España, impera la doble moral. Lo que por esa Europa del Norte, o es clandestina como en Escandinavia, o muy "especializada" en Alemania y Holanda, por estar recluida a ciertos ghetos, lujosos pero gdhetos, bien controlados. En España, al entrar por autovía y nada más pisar La Junquera, es como diríamos, la marroquinería en Toledo o los jamones en La Alberca, o sea, la industria nacional.
Las largas vías de transporte, siempre contarán con inmensos caserones muy bien iluminados, pero con algún pequeño detalle que intenta que los letreros sean lago discretos y donde según los innumerables reportajes de diferentes tvs, rebaños de jóvenes sobre todo del este de Europa o de Suramérica permanecen como tales, como rebaños con los movimientos vigilados por los gorilas de los dueños y contando con la "vista gorda" de quien tiene la obligación de que se cumplan las leyes y sobre todo las que tienen que ver con la libertad de movimientos de las personas.
Según los reportajes que denuncian esta "industria nacional" siempre los dueños están muy bien conectados con las autoridades locales, que como disculpa siempre tienen un "no se puede hacer nada, vivimos en un país democrático."
No se porque tenemos que ser mucho más" democráticos" que Francia, y que al otro lada de la Frontera, pongamos en Le Pertus, no exista otro gran almacén tipo "El Paraiso" de La Junquera, donde los controladores del rebaño se dedican en sus horas libres a codearse con las "fuerzas vivas" locales y la la inversión inmobiliaria.
Algo también muy nuestro es que si en algo oye uno alguna crítica de la "gente de bien y de orden" depositarios de la moral nacional, la crítica va dirigida hacia el sexo que se practica por mujeres pecadoras y descarriadas y nunca hacia el verdadero drama en el que viven montones de ellas traídas engañadas y controladas como ganado en una cuadra.
Vergüenza de país!
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