Según tu verbo, dardo envenenado,
que más bien de víbora tienes fama
y no de feroz leopardo en la cama,
España es un estado fracasado.
Y al vulgo embaucas con tu hablar pausado
pues no hay peor necio que aquel que reclama
ser el público de su propio drama
y pone el país en manos de un malvado.
Calla, calcula, reconoce y mira
los desdichados ancianos que han muerto
solos y por desidia espeluznante.
Y pues que la verdad haces mentira,
no quiero flores de tu puto huerto
cogidas en creciente ni menguante.
2
No te quejes, ¡oh, Hasel!, de tu estado,
aunque te llamen hide… a boca llena
que puta ha sido mucha gente buena
y millones de putas han reinado.
Dido fue puta de un audaz soldado
y Cleopatra a ser puta se condena,
y el nombre de Lucrecia, que resuena,
no es tan honesta como se ha pensado.
Esa de Rusia emperatriz famosa,
que fue de los virotes centinela,
entre más de dos mil murió orgullosa.
Y pues que ya te lo dan tan sin cautela,
haz tú lo mismo, musa vergonzosa,
que aquesto de honra y virgo es bagatela.
3
Soñaba una fiscala que dormía
con un ex-juez que amaba tiernamente,
y que él en todo andaba diligente
y descuido ninguno no tenía.
Ella, aunque mal, al fin, se resistía,
diciendo: “¿Qué dirá de mí la gente?”
En efecto, cumplió con su accidente,
dando los dos remate a su porfía.
El galán la besaba y la abrazaba,
con más calor que un encendido leño;
lo dulce a derramar ya comenzaba,
cuando él se hubo ido, dijo a su dueño:
“Durar un poco más, ¿qué te costaba,
pues para mí era gusto y no pequeño?”
4
Con razón el silencio es un manto
por lo que a veces el callar conviene;
pero también hay cosas donde tiene
más dignidad y honor no callar tanto.
Pregúntome por qué ante el espanto
de gestión tan puerca la prensa tiene
el pudor que a la furcia sobreviene
al callar y moverse solo un canto.
¿Por qué de hablar se priva? ¿Con quién trata?
Calla en misa y en sermón de dominicos,
calla en la calle si pretendes fama.
Mas vale no callar, que el virus mata
mucho y nadie se fía de los micos
que al ruin gobierno le brindan la cama.
