En silencio, de forma discreta y ordenada (por mandato expreso de las más altas instancias organizativas de la Consejería de Educación), el Instituto de Enseñanza Secundaria Poeta Viana ha cerrado sus puertas definitivamente.
Como al timón de un buque fantasma, a la deriva en el infinito mar de la posteridad, estos primeros días de septiembre, el que fuera en su momento Instituto Nacional de Enseñanza Media Femenino de Santa Cruz de Tenerife ha contado en su puente de mando con la única presencia de su última directora, Mercedes Díaz Malledo, y de su fiel secretario, Juan Manuel Prieto Rocha, a quienes les ha cabido el triste honor de poner la cancela a cuatro décadas de historia.
Ahora, que ya nada se puede hacer por evitarlo, resulta absurdo echar la vista atrás y señalar culpables. Qué más da. Como se suele decir: entre todos lo mataron y él solito se murió.
El instituto, mi instituto (tres años como alumno y otros cuatro como docente me contemplan en el interior de sus paredes), fue condenado a muerte hace demasiado tiempo. Justo el día en que se puso en marcha un engendro deleznable que, bajo las siglas de LOGSE, ha socavado hasta hacerlo literalmente trizas el sistema público de enseñanza en esta nación, antes llamada España, que ni siquiera tiene una universidad entre las cien más prestigiosas del mundo.
Da igual. A nadie parece importarle lo más mínimo la educación. A nadie.
Este se ha vuelto un país crispado, convulso, cuyos gobernantes celebran con euforia la firma de treinta y un contratos en un mes como si se tratase del armisticio que puso fin a la II Guerra Mundial. Un país en el que nadie se responsabiliza de nada. Un país que asiste a la larga agonía de un asesino y torturador, en estado terminal (¿), que lleva un año en la calle, muriéndose pero de risa sobre las tumbas de sus víctimas. Un país descabezado, sin fe, sin rumbo, que confía toda su suerte a que una de las organizaciones más corruptas que conoce la civilización occidental (el COI) designe a su capital como sede de unos juegos olímpicos que son un negocio de proporciones fabulosas que nada tienen que ver ni con el deporte ni con el juego limpio.
Aunque a mí sí que se me revuelven las tripas con el cierre del Poeta Viana. Y siento -como un dolor íntimo, muy hondo- que el esfuerzo por impedirlo de tanta buena gente (de alumnos y alumnas, de padres y madres, de compañeros y compañeras dignas de respeto y hasta de admiración) no haya servido absolutamente para nada.
Mientras, ahí queda el edificio: varado en la arena del tiempo como un cetáceo moribundo; inmenso como un cascarón vacío, con sus aulas y pasillos repletos de buenos y malos recuerdos, con su maravilloso salón de actos y su biblioteca de Alejandría en versión escolar. Todo un monumento funerario erigido a la ineptitud y la dejadez, a la indiferencia y al desdén, a la ignorancia y al abandono.
Es triste que un centro de enseñanza cierre sus puertas para siempre. Porque no estamos hablando ni de un burdel ni de un casino. Pese a que los tres establecimientos presten un servicio público.
Y es triste porque, para los que tuvimos la suerte (jamás la desdicha) de pasar una parte significativa de nuestras vidas en sus entrañas, este inmerecido final (sin siquiera una simple ceremonia de clausura) es un desagradable recordatorio de lo que ha de pasarnos a nosotros mismos tarde o temprano. Cuando dejemos este mundo y no quede de nosotros ni el rastro ni la sombra de lo que un día fuimos o soñamos con llegar a ser.
PedroLuis
José Amaro, gracias a ti. Por cierto, el pasado viernes, en el Paraninfo de nuestra modesta ULL, fue la inauguración del curso 2013-14, con el consiguiente "tocado" de los nuevos doctores. En el acto, creo recordar que se cubrieron al menos dos nuevos doctores por la Facultad (o Centro) de Periodismo… Y me dije: "aquí falta uno que yo me sé". Si lo ve, no deje de saludarlo en mi nombre.
Sr. /Sra. "Estaca", no conozco la penosa realidad que bien detalla. En cualquier caso, le felicito por tan preciso "estacazo".
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estaca
D. Amaro, desconozco la época en la que ha sido usted alumno y profesor del Poeta Viana, pero seguro que sabe mejor que yo, las causas reales de esa muerte anunciada desde hace años.
El instituto Poeta Viana (q.e.p.d) se creó en 1969, y hasta principios de los años noventa fue el instituto más prestigioso de Santa Cruz. Era el centro más solicitado por los padres. Tanto era así, que llegó a tener tres turnos, casi dos mil alumnos, teniéndose que poner barracones prefabricados en el patio para albergar a tanto alumno.
A principios de los noventa el entonces Director Territorial de Educación, profesor de Filosofía, nombra director del instituto a su amigo, otro anterior Director Territorial, también profesor de Filosofía. Este personajillo, muy conocido en Santa cruz, en particular en las tabernas, y cuyo grupo sanguíneo es JB+, usando la única neurona que disponía, formó un equipo directivo de personas del citado grupo sanguíneo y de su misma capacidad intelectual.
La primera medida que tomó fue la de declarar al centro como “El instituto de las libertades”. Eso fue proclamado en el salón de actos de la Dirección Territorial de Educación y así lo recogió la prensa en su momento. “Las libertades” consistían en que cada uno hiciese lo que le venía en gana. Los alumnos en la calle, el equipo directivo dándole al morapio en los bares del entorno, indisciplina generalizada, ausencias de profesores a clase, el material del centro destrozado, etc.
Inmediatamente, los padres de los alumnos, a la vez que se echaban una mano a la cabeza, con la otra rellenaban la solicitud de plaza en otro centro, particularmente el IES Teobaldo Power. Luego, la administración mandó al instituto a todos los alumnos expulsados de otros centros y a todos los extranjeros, llegando a ser, por esta última causa el centro de Canarias con mayor porcentaje de alumnos foráneos. Lo extraño es que no lo hayan cerrado una década antes. La última dirección del centro nada pudo hacer por ese “cetáceo”, herido de muerte desde hace casi dos décadas.
Solo su bonhomía, D. Amaro, es lo que no le permite ir más allá de aquello: “entre todos lo mataron y él solito se murió”. Sin embargo esa afirmación me parece totalmente injusta, porque mete en el mismo saco tanto a los profesores que apoyaban al cacique, (naturalmente a cambio de prebendas), como a los que lucharon en contra, que me consta que hubo bastantes, al menos yo conocía a algunos. Otra cosa es que haya que pedirles que sean héroes y se inmolen inmolarse en una causa imposible toda vez que – como me dijeron los profesores – el cacique adorador de Baco, decía frecuentemente en los claustros, que él estaba apoyado por la Consejería. Los hechos no han demostrado lo contrario.
De la LOGSE ya hemos hablado hasta la saciedad, pero nada tiene que ver con este triste episodio. Esa desgraciada Ley Orgánica la han padecido – y la padecen – todos los centros. Las consecuencias las tenemos a la vista: una juventud mayoritariamente adocenada, carente de un mínimo de cultura, etc.
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jacarrillo
Estimado amigo Pedro Luis: permítame que puntualice la desmedida generosidad de su halago. Resulta usted en exceso benévolo conmigo. Sin embargo, le felicito con sincero afecto, porque su comentario supera en calidez e ingenio al texto del que tan amablemente habla. Una vez más.
Gracias.
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PedroLuis
Amén.
Brillante responso, digno de mejor entierro. Menos mal que el muerto no ve su sepelio.
Don José, usted es un artista del verbo. Del verbo que despierta al no nato, que alimenta al crecido, que entierra al cadáver, o que resucita al muerto. Usted es como esos magníficos predicadores que nos alegra en la Natividad, nos avergüenza en el Templo de los fariseos, o nos hunde en la miseria de la culpa y la tristeza de la soledad del Monte de Los Olivos… Enhorabuena “Padre Amaro”.
El “Poeta Viana”, el Instituto del Poeta, no es “un cetáceo moribundo; inmenso como un cascarón vacío”. Es una Institución histórica, en la que se han formado alumnos tan brillantes como el autor de lo que usted escribe. Y estoy seguro (casi) que habrá bastantes más, que reparten vida y enseñanza en este país nuestro. País sin norte claro, sin universidades punteras, con más confusión que clarividencia, con más sinvergüenzas que premios Nobel… Eso no evita que sea nuestro país, con sus glorias y sus miserias… y en el vivimos y usted conoce la Historia, que no para de escribirse, mejor que yo.
PD.- ¡Y pensar que di clases prácticas de Botánica a doña Mercedes… y encontrarnos ahora tan cerca de la sepultura, enterrando a cetáceos o (¿enterrándonos?)!
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sgonzalez
Sobre la tumba en que se ha convertido este edificio, otrora útil, ha depositado un magnífico responso. Pero, sus palabras no son solo un recordatorio. También hay críticas honestas, surgidas de la experiencia y, por tanto, capaces de transformarse en enseñanzas. Quién sabe, quizás los responsos sirvan para enmendar. A lo mejor, incluso, para resucitar.
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arodriguez
Una pena. Y un síntoma de lo que pasa en este país donde tan bien sabe un relaxing cup of café con leche.
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