Este cíclope, mas mental enano,
del microcosmo sí, infernal portero;
esta antípoda faz, cuyo hemisfero
cerebral confúndese con el ano;
este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
lo multiplica y parte por entero
todo buen avalista valenciano;
adicto al hialurónico, muy inculto;
el resquicio imbarbado de melenas;
es cima del cinismo y del insulto
a la inteligencia, cuyos pedos son sirenas;
este es el campeón de escurrir el bulto;
el lerdo que gobierna a duras penas.
* * *
No te untaré las sobras con tocino
porque no me las muerdas, mein Fraudillo,
vil indigno exhumador del Caudillo,
docto en tesis pufas, golfo en camino;
apenas hombre, insistente cretino,
que aprendiste sin cristus la cartilla
Una de Paláu y en lugar de Sevilla
dices: Machado en Soria al mundo vino.
¿Por qué censuras tú la lengua patria?
¿Cuál es la letra de tu causa impía?
¿El español en la su casa un paria?
Que no te escriban más, por vida mía,
esos discursos más cursis que un aria
que es para los cerdos la porquería.
* * *
Hablando de los citados jamones,
más hortalizas y menos marrano,
que en la Moncloa seis mil euros en mano
pagaste por Cinco J en camiones.
¿Culpa ello de Aznar y sus PPmamones?
Sincero nunca, mas ruin cotidiano;
mientes mucho y barato, viejo y vano,
son tus ministros igual de ladrones.
Los que güelen tu musa y tus emplastos
cuando en canas y ácido te amortajas,
tal epitafio dan a tu locura:
«Yace aquí el sucesor del rey de bastos,
que en Tetuán nació, huyó por Barajas
y en La Guaira le dieron sepultura».
* * *
¿Fraude otra vez? ¡Oh tú, que desbudelas
del toraz veternoso inanidades,
y en parangón de tus sororidades
equilibras tus cuentas paralelas!
Por Ábalos te abjuro que te duelas
de tus vertiginosas probidades
que se truecan en groseras maldades
y hondos dolores de podridas muelas.
Merlincocainizando nos fatiscas
vorágines, fletes aeroportuarios
de agonizantes empresas aéreas.
De lo ambágico y póntico troquiscas
sospechosos millones de euros varios,
y, atento a que unificas, labrusqueas.
* * *
Ten pudor, contrólate, sanchidad,
pues eres poco franco y mucho pus,
cede por el costado, que eres tus,
cito, no incienso; no seas vanidad
tan solo que con ella impunidad
no logras ni para jugar al mus
en un gran yate de Puerto Banús
pues te condena tu inhumanidad.
Tu nariz se ha juntado con el os
y ya tu lengua pañizuelo es;
sonaba a lira, suena a moco y tos.
Mejor que tu cabeza son tus pies,
que como cefalópodo tienes dos,
ya que en ella almacenas la hiel y la hez.