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El callejón
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El cirio sirio

De narración algo confusa y atropellada, el documental “Bowling for Columbine”, de Michael Moore (Oscar en 2003), explica de qué forma tan siniestra la industria de las armas en EEUU es un negocio basado en especular con la ignorancia y el miedo.

¡Ay, Sarín, Sarín, mira que eres ruin!

Por ti a los pulmones de los niños no los salva ni el Ventolín,

que los dejas hechos serrín.

¿Y quién es tu padre? ¿Quién el siniestro Merlín

que en mala hora te sacó del bolsillo de su batín?

 

¡Ay, Sarín, Sarín, mira que eres ruin!

Sin duda, tu puñetero alquimista es un hijo de Putin

y de unos desalmados eres maldito botín,

Sarín, que todo lo destruyes: de Siria a Pekín.

Y por ti Obama a El Asad quiere dar fin.

 

¡Ay, Sarín, Sarín, mira que eres ruin!

Y chiítas y sumíes discuten qué hacer con o sin

ti, en cuanto Alá hable por el muyahidín

y Él decida quién será el nuevo Aladdín

que de Damasco haga un oasis o un fortín.

 

¡Ay, Sarín, Sarín, mira que eres ruin!

Unos se matan, otros debaten y, en el interín,

mientras la ONU prueba si eres o no como el Pippermín,

las huestes de Abu A. al Harnawi, como las de Abd el-Krim,

pugnan con Al Qaeda por hacerse con el sirio confín.

 

¡Ay, Sarín, Sarín, mira que eres ruin!

A tantos gases de letal efecto eres afín

que todos te miran con odio y retintín,

aunque al final tus muertos no valgan un colín

y lo vital sea que la caja de unos malnacidos haga "clin".

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