¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Nuestro viaje ha terminado;
el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta, ganamos el premio que buscamos;
el puerto está cerca, escucho las campanas, todo el mundo está exultante,
mientras siguen con sus ojos la firme quilla, el barco severo y desafiante:
Pero ¡Oh corazón! ¡Corazón! ¡Corazón!
Oh, las lágrimas se tiñen de rojo,
mi Capitán está sobre la cubierta,
caído, muerto y frío.
¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Levántate y escucha las campanas;
levántate, izan la bandera por ti, por ti suenan las cornetas;
por ti ramos y cintas de coronas, por ti se amontonan en las orillas;
por ti te llama la influyente masa, giran sus rostros impacientes;
¡Aquí Capitán! ¡Querido padre!
Este brazo bajo tu cabeza;
es como un sueño sobre la cubierta,
has caído muerto y frío.
Mi Capitán no responde, sus labios están pálidos e inmóviles;
mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad;
el barco está anclado sano y salvo, el viaje ha terminado y se ha hecho;
de un viaje temeroso, el barco triunfador entra con su objetivo realizado;
Exultamos, ¡oh costas y sonidos, oh campanas!
Pero yo, con triste pisada,
camino en cubierta donde está mi Capitán
caído, muerto y frío.
Walt Whitman, poema escrito a la muerte de Abraham Lincoln, versión en castellano de Francisco Alexander
En enero de 2009 la editorial Seix Barral publicó por vez primera en castellano Playing the Enemy, un excelente ejemplo de crónica periodística, firmado por el británico John Carlin, ex corresponsal en Sudáfrica, que abarca el periodo de tiempo comprendido entre los años inmediatamente anteriores a la excarcelación de Nelson Mandela hasta la celebración de la final del Copa del Mundo de Rugby, en el estadio de Ellis Park, Johannesburgo, el 24 de junio de 1995.
Este libro, que vio la luz en 2008, sirvió de principal fuente de inspiración para Invictus, la película estrenada dos años después por el actor y director Clint Eastwood y que cuenta con el protagonismo estelar de Morgan Freeman, quien por fin se pudo meter en la piel y hasta en los zapatos del célebre político sudafricano ("Uno no sabe cómo piensa un hombre hasta que no se calza sus zapatos", afirmaba Abraham Lincoln), después de barajar diferentes proyectos cinematográficos relacionados con Mandela, con el que el propio intérprete mantuvo una magnífica y estrecha relación de amistad durante más de una década.
El factor humano, que es el título de evidentes resonancias greeneanas escogido para la versión española de la obra de Carlin, muestra, de forma sencilla, entretenida y elocuente y desde los diferentes puntos de vista en conflicto, el arduo, complicado, difícil y delicadísimo proceso de transición política que llevó a todo un país, en cuestión de diez años, de sufrir justificadamente la ignominia y el desprecio de la comunidad internacional (el Apartheid fue calificado por la ONU de Crimen contra la Humanidad) a erigirse en modelo de reconstrucción nacional, a partir de la superación de más de un siglo de crueles guerras coloniales, sangrientos enfrentamientos tribales y horrendos regímenes segregacionistas y antidemocráticos.
Como bien queda reflejado tanto en el relato de John Carlin como en el film de Eastwood, si bien la película se centra casi en exclusiva en la hábil maniobra encaminada a transformar al equipo de rugby (denostado por la mayoritaria población de raza negra) en un pacífico símbolo de la reconciliación nacional, el milagro de una Sudáfrica multicolor se debe, en gran parte, a la perspicacia y a la sagacidad encomiables del ex presidente Nelson Mandela (1918-2013), alguien que, tras veintisiete años de inmerecido cautiverio, tuvo la lucidez de entender que el futuro de su país no estaba en el afán de revancha sino en la capacidad de perdonar, en el esfuerzo colectivo de dejar atrás un pasado terrible, acribillado de cicatrices demasiado profundas y dolorosas.
Con su apacible y jovial apariencia de hombre que nunca dejó de sonreír, Mandela ocultaba la preclara y firme voluntad de un estadista de talla universal que no dudaba de sus convicciones. En las páginas finales de El factor humano, en el capítulo acertadamente intitulado "Ama a tu enemigo", John Carlin sintetiza con gran precisión las claves que explican el ineludible encanto personal que hace de este hijo de jefe del clan Xoxa, al que sus compatriotas llamaban "Madiba" (voz indígena sólo reservada a los ancianos más respetados dentro de la tribu), acaso el político más carismático y decisivo desde Martin Luther King, con quien el líder sudafricano terminó compartiendo la fe irrenunciable en la no violencia:
"Su arma secreta era que daba por supuesto no sólo que le iban a caer bien las personas a las que conociera, sino que él les iba a gustar a ellas. Esa enorme seguridad en sí mismo, unida a la sincera confianza que tenía en otros, era una combinación tan irresistible como encantadora -escribe Carlin-. Era un arma tan poderosa que engendró un nuevo tipo de revolución. En vez de eliminar al enemigo y partir de cero, incorporó al enemigo a un nuevo orden deliberadamente construido sobre los cimientos del viejo. Al concebir su revolución, no sólo como la destrucción del apartheid, sino, a largo plazo, como la unificación y reconciliación de todos los sudafricanos, Mandela rompió el molde histórico".
En cuanto a Invictus, la película, dignísima descendiente del honesto material literario a partir del cual cobra vida, sólo se puede hablar de ella en términos elogiosos. Supone la enésima demostración de sobriedad, pulcritud y eficacia narrativa, por parte del último cineasta verdaderamente clásico que le queda a Hollywood. Resulta un trabajo impecable en todos los aspectos y tan solo en su secuencia inicial (que describe el paso de una comitiva de coches, con Mandela, recién liberado, a bordo de uno de ellos, por una pista de tierra, con un grupo de chicos negros, desarrapados, que juegan al fútbol en un descampado, a un lado de la carretera, mientras, al otro, un grupo de corpulentos jóvenes blancos practican rugby sobre un césped cuidado) resplandece más talento que en toda la filmografía de "genios" tan absurdamente sobrevalorados como Tarantino, cuya patujada más reciente, Django desencadenado, obtuvo un sonrojante Oscar al Mejor Guión Original. Vivir para ver. Ver para creer.
Por otra parte, como espectador, he de agradecer al siempre formidable Morgan Freeman, coproductor aquí del film, las molestias que se ha tomado en poner en pie este largometraje. Sin él, Mandela sería menos Mandela y, con él, el personaje ficticio conserva la dimensión épica y la extraordinaria majestuosidad y magnetismo que irradia el ser humano increíble que Freeman pretende (y consigue) encarnar.
Además, a título personal, espero y deseo que esta cinta perdure en el tiempo y permita que nunca más ningún profesor de Secundaria se tope con la respuesta que, durante mi primer curso de docencia, recibí de una alumna de quince años cuando, al preguntar en clase si alguien conocía a Nelson Mandela, su brazo fue el único que se alzó entre los demás y sus labios contestaron con no mucha convicción:
-Es un torero, ¿verdad?
FulanoDeTal
Y aqui la vision de Carlin, que vuelve ha venderme un cuentito.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/28/actualidad/1364463433_244316.html
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FulanoDeTal
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/09/actualidad/1370730859_256389.html
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FulanoDeTal
http://www.bbc.co.uk/news/world-africa-25357691
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FulanoDeTal
Por cierto, excelente el tema de Gregory Porter.
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FulanoDeTal
No es la primera vez que le leo Sr. Amaro y que siento la necesidad de poner ciertos peros a lo que dice.
Ante todo mis respetos a la figura de Mandela, al hombre. Después le dire que no he leído la novela de Carlin, pero si le he visto en diferentes entrevistas hablando sobre ella. Y también que Eastwood es unos de mis directores favoritos.
La película en cuestión me parece buena, como entretenimiento, aunque no creo que uno deba hacerse una idea de la realidad sudafricana a través de ella.
Creo que Mandela no consiguió mucho como gobernante, y no le culpo por ello, seria complicado analizar que pudo hacer y no hizo. Pienso que Mandela fue el instrumento utilizado por los grandes poderes económicos blancos del país para volver a poner a Sudáfrica en el mapa de la economía mundial, vetado durante años debido al apartheid. Creo que acepto el ordago en un intento por conseguir una utopia, la integración racial. Ademas, cuales quiera que hayan sido sus esfuerzos, en muchos casos fallaron o no llegaron a un mínimo aceptable.
Una vez cede la presidencia, ha sido mas eficaz utilizando su imagen para recaudar, concienciar, promover…en favor de los grandes problemas del país que cuando gobernó. Supo explotar su role de icono mundial.
Yo lo vi en el 96 en Trafalgar Square (por casualidad) y realmente tenia carisma, no recuerdo ni una de sus palabras pero si su voz y la atmósfera que había y hubo durante semanas en Londres. Ese carisma fue y sigue siendo enorme entre su gente, muchos se preguntan con cierto temor ¿que va a pasar ahora que tan respetada figura falta?.
Recordar que el ACN es un partido dividido y corrupto, y que ante el caso Zuma la ciudadanía se esta tornado claramente contraria a este. Entre 600 y 700 personas mueren a diario a consecuencia del SIDA, la pobreza y la violencia convierten amplias zonas del país en auténticos infiernos. El suceso del pasado año en Marikana y los informes policiales filtrados en los últimos meses indican que la represión violenta por parte del estado sigue vigente.
Todo esto en un país con una riqueza asombrosa. Solo el sector minero podría corregir todas estas deficiencias en pocos años.
Los enlaces, ademas de un resumen sobre la vida y logros de Mandela, son ejemplos sobre la realidad sudafricana, muy lejos de esa imagen de confraternidad y prosperidad que muchas veces se proyecta.
Lo siento pero son todos en ingles.
Cordiales saludos.
http://www.bbc.co.uk/news/world-africa-22892784
http://www.bbc.co.uk/news/world-africa-20735685
http://www.bbc.co.uk/news/world-africa-25349851
http://www.bbc.co.uk/news/world-africa-25363907
http://www.bbc.co.uk/news/world-africa-25375426
http://www.bbc.co.uk/newsbeat/25362418
http://www.bbc.co.uk/news/world-africa-24164411
http://www.bbc.co.uk/news/world-africa-19504032
http://www.bbc.co.uk/news/world-africa-19304664
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Pintao
A propósito de la violencia que en Africa ha sido el pan nuestro de cada día, me viene a la mente un hecho que me hace recordar la consideración que hace "estaca" acerca de lo impasibles que han permanecido las potencias occidentales cuando se han producido los mil y un genocidios que han manchado con sangre de inocentes la rojiza tierra africana.
En este sentido quiero romper una lanza en favor de Francia. Inglaterra en este sentido, deja mucho que desear
He podido comprobar, y en dos ocasiones he sido testigo involuntario de que cuando la cosa se pone fea, si la "potencia exterior" no quiere, no se mueve ni una hoja.
El África Occidental es casi toda francófona, y vaya que si se nota la mano invisible de Francia en que normalmente los conflictos entre intereses de tribus se resuelvan por las buenas.
He visto el levantamiento de los "jolas" en La Cassamanze senegalesa y como la rápida presencia de los tanques ligeros y los helicópteros "alouettes", se convertían en poderosas razones más que convincentes para sentarse a parlamentar.
Lo mismo pasó con Gambia, que siendo anglófona, está dentro de Senegal. Se produjo un golpe militar en el 83 y bastó que la combinación de lanchas rápidas, alouettes y algún tanque ligero, les quitaran las ganas a los nuevos mandatarios y como los franceses por lo general disparan solo lo necesario, les bastó con hacer presencia en dos o tres puntos claves y esperar un par de semanas hasta que todo vestigio de revolucionario se perdió en la sabana que conduce a Mali, que allí, en su parte norte siempre es posible confundirse con el terreno. Como han de atravesar la frontera senegalesa, ejercieron el mínimo control, solo para estar seguros de que iban ligeros de equipaje. Pobresitos de ellos que terminaron pidiendo agua por señas al Coronel Gadafi.
En Mali, como hay tanta arena, y es complicado hacer revoluciones, por lo general hay paz, pero hace poco tiempo si que los tuareg que habitan la mitad norte del país, o sea el desierto, le dio por hacer una revolución islámica influenciados por Al quaeda, y allí acuden los parachutites con sus carros ligeros y sus alouettes a poner orden entre tanta arena,
Justo en este momento, en los días que corren. las cosas se han puesto feas en la Repúbica Centroafricana, sí el antiguo imperio de Bokassa, el de los diamantes, que a base de regalarle diamantes a Giscard d´Estaing, le permitió que él mismo se coronara Emperador con capa de armiño como Napoleón, pues no faltaría más. Pues bien resulta que cristianos y musulmanes llegaron a las manos, hicieron acto de presencia los parachutistes de siempre y tanto en Bangui como en Bangassou, en estos momentos está todo tranquilo y apaciguado.
Admiro a los franceses por su política tranquila y sosegada en su antiguas colonias, no se si habría una fórmula más civilizada y si esta funcionaría, pero eso de hablar dulcemente al mismo tiempo que agarran una buena estaca, parece que les da resultado.
Los temores que manifiesta "estaca" acerca de los posibles futuros disturbios en Sudáfrica, una vez desaparecida la respetada figura de Mandela, depende de que tengan un estado fuerte y un ejército que al mismo tiempo que justo, sea intransigente y actue con contundencia. En este punto podrían coger recortes de los franceses que raramente leemos malas críticas de ellos.
Senegal, país que amo, es un remanso de paz, pero la gente no está temblando por estar bajo un régimen militar, que dentro de lo que cabe es un país democrátaico , por lo que me encantan los franceses, es porque tienen como ellos dicen un "savoir-faire", que da lugar a que apenas se les note pero cuando se necesitan se ve que la distancia desde su base, Bel Air, en Pointe des Almadies hasta donde haga falta, la recorren en un periquete.
Hasta el nombre de la base parece de fantasía, Bel Air más propio de un hotel con casino. Y luego criticamos a los gabachos.
Saludos cordiales.
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estaca
Como siempre, D. Amaro, nos ilustra con su insultante maestría al glosar lo “escrito” en lo que antes era celuloide y hoy es un enjambre de ceros y unos, es decir de bits.
En cuanto a la vida real del personaje me quedo con lo más importante que usted muy bien describe: “tuvo la lucidez de entender que el futuro de su país no estaba en el afán de revancha sino en la capacidad de perdonar, en el esfuerzo colectivo de dejar atrás un pasado terrible, acribillado de cicatrices demasiado profundas y dolorosas”. Que no es moco de pavo, teniendo en cuenta como estaba la situación en el país cuando fue liberado. Y en el propio CNA, que lo llamaron cobarde.
Todas esas alabanzas que han recitado, recitan y recitarán la recua de dirigentes mundiales, tanto los elegidos democráticamente como los dictadores sanguinarios (hermanos Castro, Robert Mugabe, y alguno más que aparecerá), es una más de tantas escenificaciones de hipocresía global. ¿Acaso hubiese estado tanto tiempo el aparheid en vigor y Mandela entre rejas sin la complicidad de los países cuyos dirigentes ahora sueltan esas lágrimas de cocodrilo?
El racismo formal de los blancos con el que acabó Mandela, es sólo una parte. El más gordo y que durante estos décadas ha estado eclipsado por el de los boers, es el practican unas etnias con otras. Ése no es ninguna broma y las victimas no las cuentan por miles sino por cientos de miles, como en Ruanda. Mucho me temo que ahora empieza lo más duro en un país violento y con una crisis económica galopante.
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PedroLuis
Don José, siempre con su habitual maestría, nos tuvo intrigado hasta el final. A medida que leía, me preguntaba ¿pero quien fue este tío, que parece Dios?
Claro, ¡coño!, un ¡torero! Ya decía yo que me sonaba, sin saber decir por qué.
El retrato de John Carlin en "El factor humano" es muy bueno, aunque se le escapó la respuesta de su alumna, que tanto le impactó como profesor. El mismo que se mostraba, hace bien poco, descorazonado por no encontrar más alumnas/os como ella en clase…
Recomiendo, para quien no la hubiera leído, “La fuerza de la reconciliación”, hermosa y emocionante semblanza, también de J. Carlin, sobre su última entrevista con EL TORERO.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/12/06/actualidad/1386336074_864494.html
No deje de recomendársela a sus alumnos, venerable Profesor.
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arodriguez
Ole, ole y ole para el torero Mandela, capaz de esquivar con elegancia el mihura del racismo. Sé que siempre te ha emocionado el ejemplo de Madiba, y espero que no dejes de mantener vivo su recuerdo como una lucecita que recuerda que no todo está perdido, ni siquiera en el mosaico de esta España de charanga y pandereta.
Aquí tienes, Jose, un enlace con el artículo que en su día, hace muchos años, le dedicó Luis Cobiella:
http://www.lapalmaahora.com/articulo/sociedad/bailemandela/20131206112951011565.html
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pevalqui
Esperaba, mejor dicho, esperábamos, casi con ansiedad, tu report sobre Mandela.
Poco más se puede decir a lo ya expresado, desde la gente más llana, hasta los estadistas más sobresalientes.
Anoche escuchaba a través de la cadena SER a Angels Barceló, emitiendo un estupendo programa que no sólo rememoraba a Mandela sino que recreaba a través de las opiniones de la gente, lo que es actualmente Sudáfrica. Estupendo, como todo lo que hace Angels.
La canción que has elegido, viene como "anillo al dedo". Y mira que éste hombre ha inspirado a talentosos músicos. A Peter Gabriel, a Paul Simon, Simple Minds… Se han promovido conciertos, musicales…
Sólo nos queda referirnos al comentario del presidente Obama: "Ya Mandela no nos pertenece, pero nos queda su legado".
Gracias José Amaro. Gracias Madiba.
Buenas tardes. Saludos cordiales.
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