Llegas tarde a casa de andar luchando
por esos mundos de Dios
y a los españoles por detrás dando;
llegas necesitado de caricias
y de prometedoras albricias.
No nos niegues un pacto,
un convenio, un buen affaire.
Déjate querer, botifler,
Déjate querer.
Déjate querer, payés.
Déjate querer, botifler.
Déjate querer.
Déjate querer, culé cruel.
Todo lo has entregado,
has regalado todita tu libertad
y has vendido la Generalidad
y a cambio has recibido ingratitud,
desprecio, penas amargas y tu propia cruz.
No nos niegues un pacto,
solo por eso, botifler.
Déjate querer, botifler.
Déjate querer.
Déjate querer, payés.
Déjate querer, botifler.
Déjate querer.
Déjate querer, culé cruel.
Qué vida la tuya sin sentido
de la Justicia huido
por traidor haber sido
pero al menos estás vivo
y coleando y por detrás dando.
No sigas así, fugitivo
y de tu propia causa cautivo;
hazte un poquito feliz
que Pedro El Magnánimo
te perdona el desliz
y te da todo su ánimo.
No nos niegues un pacto,
solo por eso, botifler.
Déjate querer, botifler.
Déjate querer.
Déjate querer, payés.
Déjate querer, culé cruel.
Déjate querer.
No nos niegues los presupuestos
que a todo estamos dispuestos.
Déjate querer, botifler.
Déjate querer.
Déjate querer, payés.
Déjate querer, culé cruel.
Andas desvariando, vives penando
por esa loca pasión tuya,
tan lerda y capulla,
y si no pones remedio
tu patria no se une ni con Imedio.
La solución es coger la calle de en medio,
y como Marco volver a casa
y a ver lo que pasa,
que Aragonés es tu mono Amedio
y Marlaska te retira el asedio.
No nos niegues un pacto,
solo por eso, botifler.
Déjate querer, botifler.
Déjate querer.
Déjate querer, payés.
Déjate querer, culé cruel.
Déjate querer.
No nos niegues los presupuestos
que a todo estamos dispuestos.
Déjate querer, botifler.
Déjate querer.
Déjate querer, payés.
Déjate querer, culé cruel.