cerrar
cerrar
Registrarse
Publicidad
El callejón
Publicidad

La Navidad ha llegado

Este sábado, la plaza de España, de Santa Cruz de Tenerife, vivió la quinta edición del Telemaratón Solidario, organizado por Mírame TV. La cabalgata anunciadora trajo a nuestra memoria esta escena de “Plácido” (1961), obra maestra de Berlanga.

"Nosotros solo sabemos luchar en el día a día, como la gente humilde"

Diego Pablo Simeone

Se acaba el año y, ciertamente, quedan pocas ganas de hacer balance. En la última década, desde que a José María Aznar le entrase un ataque de egocentrismo y quisiese entrar en la Historia por la puerta de atrás, dorándole la píldora al peor presidente que recuerdan los EE.UU. (que, como la Iglesia, han tenido pontífices de todos los colores), con lo que arrastró no sólo a su país sino también a su propio partido a un abismo de terribles y dolorosas consecuencias, España se ha ido yendo, veloz e inexorablemente, por el desagüe.

Quienes ya peinamos canas, recordamos con nostalgia los años setenta y entonamos, con nudo en la garganta incluido, el qué tiempo tan feliz el de una transición que, a pesar de sus muchos altibajos, sinsabores y disgustos, parecía estar bajo el halo protector de la esperanza. Hoy ya no queda ni eso.

Entre todos hemos aceptado como inevitable que nada se puede hacer para cambiar el signo de los acontecimientos que, con una insistencia terca y torticera, revelan que aún lo peor está por llegar y que esos tiempos venideros "nos harán más ciegos", tal y como preconizaba Rafael Sánchez-Ferlosio, a partir de las revelaciones de san Juan.

Mientras tanto, nos empeñamos en mirar hacia otro lado, como si la no observación directa de la realidad nos inmunizase contra los efectos nocivos y perniciosos de lo que está sucediendo en estos precisos momentos, a pie de calle, aquí mismo, ahora.

Con unas perspectivas nada halagüeñas, afrontamos el final del presente ejercicio anestesiándonos con las consignas presuntamente optimistas que la clase política trata de imponer como si la totalidad de la ciudadanía la integrásemos idiotas.

A los que tenemos la inmensa fortuna de desempeñar un trabajo dentro de la administración pública al menos nos queda el consuelo de que, pese a los recortes, que ni cesan ni cesarán, y al consiguiente deterioro de las condiciones laborales, nuestra situación es muchísimo más benévola que la de aquellos que se ganan el pan con el sudor de su frente por cuenta ajena y, sobre todo, la de los que engrosan las sobrecogedoras cifras del paro.

Y, en medio de un panorama tan desolador como inhóspito, a uno le queda el refugio que proporcionan la familia, los amigos de toda la vida, Manola, la vida, los alumnos y compañeros del IES Tomás de Iriarte, la buena música, la literatura, el cine clásico y algunas excelentes series de televisión (el próximo año prometo hablarles de, sin duda, la obra maestra absoluta en este terreno: The Wire) y, por supuesto, el Atlético de Madrid, de El Cholo Simeone, que se ha convertido en todo un ejemplo de modestia, solidaridad, esfuerzo y honradez en un país que se ha quedado definitivamente huérfano de referentes éticos y morales.

Felices Pascuas a todos.

Archivado en:

Publicidad
Comentarios (8)

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Publicidad

Últimas noticias

Publicidad

Lo último en blogs

Publicidad