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El callejón
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Ensaladilla para tiempos de escasez y pesadilla

Con cariño, respeto y profunda admiración, al maestro Pablo Sorozábal

Todo es camino, lleno de tristeza,

para el campesino que su tierra va a dejar.

Patria querida, la frontera empieza;

la que de tu lado nos va pronto a separar.

¡El último vaso de vodka!

¡El último día en Ucrania!

¡Tierra que regó mi sudor!

Padrecito, que nuestro dolor ve;

nuestro guía y nuestro salvador sé.

Danos fuerzas y valor,

con el fuego de la fe,

porque no hay pesar mayor

que dejar la tierra que fue nuestro amor.

Huir es nuestro destino,

llorar y seguir el camino,

lleno es de tristeza,

para el campesino que su tierra va a dejar.

Patria querida, la frontera empieza;

la que de tu lado nos va pronto a separar.

***

¡Calor de nido!… ¡Paz del hogar!

Mujercita que amante nos espera

impaciente si tardamos en llegar.

Esos son mis ensueños de quimera

y en la vida no los pude realizar.

He cruzado en los inviernos la patria entera

cuando el lobo baja hacia el lugar.

Y vi sonreír otra vez la primavera

y el almendro de flores rebosar.

Pero la mujercita que ahí fuera me espera,

ni aún en sueños mi ilusión pudo alcanzar…

Me consuelo en mis sueños al pensar:

ella no volará triste en Iberia

a España si algún día ha de volver;

no asusta la miseria

si se aguarda el placer

de poderla algún día ver.

No me aterra morir

como soldado y la vida perder…

No es sufrir el sufrir

por amor, si se quiere a una mujer.

Y así, soñando paso mi vida,

con una pena en mi alma escondida:

saber que a salvo está mi mujer

y que yo la muerte puedo hallar

por defender a míseros lacayos sin hogar,

sin otra patria que el vil metal;

y siento el alma hundida, peor, fatal,

porque aquella mujer con quien sueño

quede viuda y su corazón tenga otro dueño.

¡Calor de nido…! ¡Paz del hogar!

***

El camionero en su brioso corcel,

va, a la ruta, siempre al trote,

que del mundo es un azote,

zote, zote, zote, zote,

porque nunca da cuartel.

Y si fiero es en la huelga, al vencer,

al volver es más terrible,

porque trae un hambre horrible

y de genio está imposible,

y su encanto es el deber.

¿El deber?…

¡Al luchar!

¿El deber?…

¡A casa volver

y su mesa llenar!

¿El deber?

Y lo justo pagar.

Camioneros de aquí y de allá

que sobre tres mil caballos vais

sin temor y sin desmayo.

Camioneros de aquí y de allá

que en pandemia sois un rayo

de esperanza y en la huelga un huracán.

¿Ahora a dónde vais?

A defender lo que es suyo.

¿A Madrid? ¿A Bilbao? ¿A Irán?

¿Cómo y cuándo volverán?

Volverán, que no les parta un rayo;

volverán mediado el mes de mayo,

volverán con más plumas que un gallo

y más coraje y pundonor que Margallo;

que ellos de aquí y de allá son camioneros

imprescindibles en el mundo entero.

***

¡Es el Rey! ¡Es el Rey!

¡Es el Rey! ¡Es el Rey!

Pasad adelante,

que el pueblo sumiso

y con la moral en el piso

vuestra vuelta espera.

¡Es el Rey! ¡Es el Rey!

¡Pasad, Majestad, que no sois cualquiera!

¡Es el Rey! ¡Es el Rey!

¡No! Yo no soy ya Rey.

Yo soy vulgar caminante,

monarca cesante,

que pasa hacia Portugal

vía Burgos por carretera,

por encoñarme con una ramera.

Ampararme es peligroso,

está mal visto y es oneroso.

A mi cabeza han puesto precio;

me persigue mi peor enemigo,

que soy yo mismo y maldigo

a mi hijo y la vida desprecio

y salvarla sin gloria no mendigo.

Para mí no pido albergue;

yo jamás me he de esconder.

Sólo busco un techo amigo

que en mi ausencia me defienda de esa mujer.

Sólo busco un techo amigo

que en mi ausencia me defienda de esa mujer.

¡Defenderlo es un deber!

Cuidad de mi nieta Leonor,

hacedme ese gran favor;

al padre, ni caso,

él solo se ha buscado su ocaso.

Mas a ella servidla con fervor

ya que, casi seguro, tal vez acaso

ya nunca volveré

y un día, si el amor

a su sangre la hiciese despertar,

por Dios, por Franco, juradme que nada

ni nadie la ha de hacer llorar

para que ella pueda al fin reinar.

***

¡No es de valientes!

¡No es de coherentes!

¡No tiene excusa

quien no respete a la patria rusa!

La patria rusa, la patria rusa

no es juguete de placer.

La patria rusa, la patria rusa

es sagrada en el deber.

Es rosal que va a dar flores,

es rosal que va a dar flores

y no se ha de deshojar,

porque puede, al dar amores,

dar la vida a hombres mejores,

que la patria de Soros ha de salvar.

La patria rusa, la patria rusa

es aurora y porvenir.

La patria rusa, la patria rusa

puede a occidente redimir.

Es cobarde quien la ofende,

es cobarde quien la ofende

en su orgullo y su pundonor.

Quien es hombre la defiende,

quien es hombre la defiende,

comprendiendo su honor.

La patria rusa, la patria rusa

es aurora y porvenir.

La patria rusa, la patria rusa

puede a occidente redimir.

***

Noche hermosa, de jazmines perfumadas,

dile al eco que repita mis palabras.

Noche hermosa, que de luna estás nevada,

lleva lejos, piano, piano

esta triste canción

cargada de deseo y emoción.

Dile que vuelva pronto,

dile que su amor lo aguarda.

Dile, dile que la ausencia

es pena, pena que me mata.

Dile que vuelva pronto, ¡pronto!

Porque me muero si tarda.

Noche hermosa, de jazmines perfumada,

dile al eco que repita mis palabras.

Noche hermosa, que de luna estás nevada,

lleva lejos, piano, piano,

mi canción de enamorada…

De su patria cautiva está cautivada,

de su amor en la guerra está enajenada.

Dile que sin él y sin ella no soy nada.

Que mi corazón sin aliento

es un alma sin alimento

y que una nación castigada

es mujer mil veces maltratada.

Noche hermosa, de jazmines perfumadas,

dile al eco que repita mis palabras.

Noche hermosa, que de luna estás nevada,

lleva lejos, piano, piano

esta triste canción

cargada de deseo y emoción.

Lleva lejos, piano, piano,

el secreto de mi alma…

¡De amor!

***

Todo es desierto, lleno de tristeza,

para el saharaui que su tierra va a dejar.

Patria querida, la frontera empieza;

la que de tu lado nos va pronto a separar.

¡La última taza de té!

¡El último día en Tinduf!

¡Tierra infernal que se tragó mi sudor!

Y el referéndum hizo ¡puf!

Y ahora todos apoyan a Trump

que entregó el Sáhara a Mohamed

y así alimentó de poder su sed.

Alá, que nuestro dolor ve;

nuestro guía y nuestro salvador sé.

Danos fuerzas y valor,

con el fuego de la fe,

porque no hay pesar mayor

que dejar la tierra que fue nuestro amor.

Huir es nuestro destino,

llorar y seguir el camino,

lleno es de tristeza,

para el tuareg que su tierra va a dejar.

Patria querida, la frontera empieza;

la que de tu lado nos va pronto a separar.

Y en Argelia, hogar del Polisario,

seremos piezas de otro rosario:

rehenes de otros corsarios;

que la ruina de un pueblo errante

es la riqueza de tanto líder comediante,

cínico, cruel, déspota y mangante.

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