Momento para la Historia. Algún día, dentro de cientos o quizá miles de años, algún poeta (invidente, invidento o invidenta, para más señas) recitará los versos que a buen seguro habrá de inspirar este hombre irrepetible, este líder providencial, este beligerante héroe del pacifismo y la libertad. Este audaz, sagaz e intrépido demiurgo de la diplomacia y del jamón ibérico. El tiempo, oh, Sanchísimo, sabrá colocarte en el pedestal que mereces: “La belleza del Superhombre llegó hasta a mí. ¿A qué he de temer ya, dioses?” (Friedrich Nietzsche).
[Ante las informaciones recientemente aparecidas en medios occidentales, de tanta credibilidad y prestigio como The New York Times, The Guardian (entre el centeno), BBC News, El País, Marca, Antena 3 Televisión, Diario de Abusos, El Hormiguero, Televisión Española, As, Cuatro (Las Palmas 3) e Historia que tú hiciste, en el sentido de que Vladímir Vladímirovich Putin presenta claros e inequívocos síntomas de padecer Parkinson, hipotiroidismo, tumores varios, demencia, afasia, dislalia, estreñimiento discontinuo, impotencia, esquizofrenia, psicopatía en primer grado y síndrome de Huntington Recklinghausen, nos apresuramos a dedicarle esta copla, por si las moscas, y a Pedro Bonet Mir, más conocido por su nombre artístico de Bonet de San Pedro, quien adaptó un canción de Louis Armstrong y la universalizó en el segundo idioma de Cervantes, ya que el primero fue el catalán, como todo el mundo sabe, incluidos los agentes, agentas y agentos del CNI]
RasPutín, ¿cuando mueras qué hará el palanquín?
RasPutín, ¿cuando mueras qué hará el palanquín?
Tú serás un cadáver nada más.
RasPutín, ¿cuando mueras qué hará el palanquín?
Oigan la historia que contó el otro día
en las Cortes quien para nuestra suerte
a este país ha traído ruina, odio y muerte
y quien de todos nosotros se reía.
Él, que de nichos ha llenado el cementerio,
él, que por corazón no tiene sino una losa
y cuya inteligencia es más bien un misterio,
a España ha metido en una séptica fosa.
RasPutín, ¿cuando mueras qué hará el palanquín?
RasPutín, ¿cuando mueras qué hará el palanquín?
Tú serás un cadáver nada más.
RasPutín, ¿cuando mueras qué hará el palanquín?
Su historial es un rosario de esqueletos
y su oratoria fatua solo conmueve a los paletos:
con su impostada voz de ultratumba
a la oposición le baila la rumba
y a sus votontos y votontas subsidiados,
idiotas y por completo desinformados,
arenga desde el más obsceno de los desprecios
acusando a RasPutín de la subida de los precios.
Y así escribe cada día la historia,
sin ningún pudor, sin honor y sin gloria,
que tan solo le compran los adeptos,
los traidores, los necios y los ineptos,
que como él, solemne mentecato,
blanquean sus mentiras sin recato.
Anda y vete de una vez, chato,
que se ha hecho eterno el rato
que ibas a estar en el estrellato;
que nadie con tino te soporta,
ni que la legislatura no sea corta.
RasPutín, ¿cuando mueras qué hará el palanquín?
RasPutín, ¿cuando mueras qué hará el palanquín?
Tú serás un cadáver nada más.
RasPutín, ¿cuando mueras qué hará el palanquín?
Lo último ha sido a Ucrania
ir a darte una vuelta a sacarte fotos
y cambiar refugiados por votos,
que todo tú eres una pura infamia,
una vergüenza, una cruel vesania
que terminará destruyendo a Hispania.
