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El callejón
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Clímax climático

A William Anthony Colón

Este es el cambio climático, de ese que hablan por ahí;

de ese con el que agitan

a los que sueñan con un mundo mejor

aunque su vida sea mucho peor.

A nadie dicen que es mentira porque igual

les da el porvenir de tal y pascual.

Son trolas mendaces para mal vivir,

recetas falaces para un mundo feliz.

Esta es la crisis climática, de esas que abundan por ahí;

con la que unos se forran a costa de ti;

que es la nueva colectiva religión

que nadie discute porque es un rentable terror

promovido por los que te dicen qué comer

y qué es aquello que debes o no tener

para que así tengan todo el control y el poder.

What happen? ¿Qué pasó?

Era un apocalipsis climático, de esos que hay por ahí;

unos pensando solo en dinero,

otros, en que el planeta es así:

vendiendo como reales datos que no son,

augurando una hecatombe  que es pura ilusión,

diciendo a los niños de cinco años

que se acostumbren a ser un rebaño

y a rumiar sucedáneos de sabor extraño

para alimentar a un lobby (con piel de cordero) tacaño.

What happen? ¿Qué pasó?

Era un gobierno climático, de esos que yo no voté;

de ministros sinvergüenzas y un líder de papel;

donde en vez de paz adoran al dólar;

donde todos mienten, mientras el pueblo llora;

con gente de rostro de polyester,

que hablan sin oír y la realidad no quieren ver:

tipos, tipas y tipes para los que la ruindad

(y la ruina) es su razón de ser y su identidad.

Oye, ciudadano; oye, hermano; oye, amigo,

nunca vendas tu destino por un orden falso

que enriquece a unos pocos. Nos falta andar bastante,

no descanses. Vamos todos, todas y todes, para frenar

juntos la ignorancia y miseria de su gestionado,

que es un timo para un vulgo apollabobado.

No te dejes confundir: busca el fondo y su razón.

Recuerda: se arreglan la cara pero nunca el corazón.

No te dejes engañar: pasa de Greta y su filón.

Recuerda: se arreglan la cara pero nunca el corazón.

Recuerda: se arreglan la cara pero nunca el corazón.

Del polvo venimos y allí regresaremos,

como dice la canción.

Se arreglan la cara, se arreglan la cara, vaya, pero nunca el corazón.

Y tú, a coger el ferry, a ir a pie o en furgón,

que ellos no se bajan del avión.

Recuerda que el ácido hialurónico se derrite

si le da de lleno el sol.

Se arreglan la cara, se arreglan la cara, vaya, pero nunca el corazón.

Estudia, lee, infórmate, carajo,

no seas guanajo,

que en el conocimiento está la salvación.

Se arreglan la cara, se arreglan la cara, vaya, pero nunca el corazón.

Pero que mira, mira bien, no te dejes confundir,

busca el fondo y su razón.

Se arreglan la cara, se arreglan la cara, vaya, pero nunca el corazón.

Pa’lante, pa’lante, pa’lante, pa’lante, pa’lante,

sigamos juntos, unidos venceremos a tanto maleante.

Se arreglan la cara, se arreglan la cara, vaya, pero nunca el corazón.

Pero, señoras y señores, en medio del armagedón climático,

hay motivos para la esperanza,

de toda la gente orgullosa,

humilde y para nada famosa,

que, con esfuerzo y templanza,

labora por un futuro

digno, honesto y puro,

y se gana el pan con su sudor,

y para los suyos quiere lo mejor,

sin mentirse, sin venderse,

sin permitir al globalismo comerse

sus sueños, su pasado y su presente:

horda de embaucadores que roban a la gente

honrada, esforzada y decente.

Se arreglan la cara, se arreglan la cara, vaya, pero nunca el corazón.

Se arreglan la cara, se arreglan la cara, vaya, pero nunca el corazón.

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