“Los supuestos enemigos de España [EH Bildu] han hecho más por los españoles y por España que lo
que han hecho todos los patrioteros de pulsera. Esos supuestos enemigos de España han contribuido a salvar miles de vidas de ciudadanos apoyando el estado de alarma en los momentos más complicados, dignificando la vida de miles de pensionistas españoles, mejorando las condiciones laborales de miles de ciudadanos posibilitando unos presupuestos que han materializado estas cuestiones”
Francisco Martín, delegado del gobierno en Madrid
En esa especie de universo paralelo cuya historia tratan de escribir cada día decenas de miles de patanes, ágrafos, sumisos y obedientes (hasta la náusea sartreana) comisarios políticos del Nuevo Orden Mundial, del que el actual presidente en (de)funciones de España no pasa de ser mero “admirador”, “esclavo”, “amigo” y “sieeervo” (alargando la ‘e’ cual López Vázquez, eso sí, más alto, hirsuto y con mucho más pelo -y ácido hialurónico-), el ex juez prevaricador (y pésimo instructor) Baltasar Garzón (hoy excelso abogado de narcotraficantes, tiranos bananeros y otras subespecies homínidas) habría reemplazado a Robert H. Jackson, fiscal general y juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos, en su puesto de promotor federal fiscal durante el juicio principal de los Procesos de Nüremberg y, a buen seguro, habría sido capaz de proponer una sentencia condenatoria para el general Francisco Franco Bahamonde, en calidad de autor intelectual, cooperador necesario, cómplice y encubridor, de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y crímenes contra el medio ambiente.