Esto no puede ser más que un bacilón,
quisiera fuera un golpe de buen humor:
absurdo, sin reparar en formas tales
que ponga freno a tu liviandad con los caudales.
Yo mamo.
Tú mamas.
(Eternamente te amo)
Si nos faltaras no íbamos a morirnos,
ya buscaríamos la forma de llenar el frigo.
Mi pereza se siente compensada
y por eso sé que necesito
tu mano,
tu mano.
(Eternamente tu mano)
Cuando te vi sabía que era cierto
este temor de haber sido descubierto.
Tú me desnudas con tus limosnas,
me compras barato siempre que me colmas
de coimas,
de coimas.
(Eternamente de coimas)
Si alguna vez me siento agotado,
será porque el pan me habré ganado
con el sudor que tú jamás has derrochado.
Miro a tu napia y grito cual loro en la ventana:
¡Yolanda!
¡Yolanda!
Eternamente, Yolanda.
¡Yolanda!
Eternamente, Yolanda.
Eternamente, Yolanda.