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El callejón
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Reflexión de la jornada

In memoriam, a Antonio Escohotado y Fernando Sánchez Dragó, que no vivieron lo suficiente para despertar tras esta inacabable y penosa pesadilla

(¡Ay mísero de ti, ay, indeciso!

Que España ya se va directa al piso

y dudas si salir o no del piso

e ir a votar por quien nunca te quiso)

Apurar, cielos, apelando,

ya que me tratáis así

qué delito cometí

contra vosotros votando;

aunque si nací, voy aceptando

qué delito he cometido:

bastante causa ha tenido

vuestra justicia y rigor,

pues el delito mayor

del hombre es haber nacido.

Sólo quisiera saber

para apurar mis desvelos

dejando a una parte, cielos,

el delito de nacer,

qué más os pude ofender

para castigarme más.

¿No votaron los demás?

Pues si los demás lo hicieron,

¿qué privilegios tuvieron

que yo no gocé jamás?

Nace el AVE, y con las galas

que le dan rapidez suma,

apenas es flor de pluma

o proyectil con alas,

cuando las férreas salas

corta con velocidad,

negándose a la piedad

del pueblo que deja en calma;

¿y teniendo yo más alma

(y siendo natural de La Palma)

tengo menos libertad?

Nace el payés, y con la piel

que dibujan manchas bellas,

llena su patria bandera de estrellas

gracias al torpe pincel,

cuando, atrevida y cruel

la humana necedad

le enseña a tener crueldad,

monstruo de su laberinto;

¿y yo, con mejor instinto,

tengo menos libertad?

Nace el juez, que no suspira,

aborto de cieno y lamas,

y apenas, bajel de coimas,

sobre las leyes se mira,

cuando a todas partes gira,

midiendo la inmensidad

de tanta rapacidad

como le da su cerebro frío;

¿y yo, con más albedrío,

tengo menos libertad?

Nace el etarra, culebra

que entre barro se desata,

y apenas, sierpe que mata,

entre las tumbas de piedra

su cruel malicia celebra

y se muestra sin piedad

que le dan la majestad

de Euskadi abierto a su huida;

¿y defendiendo más la vida

tengo menos libertad?

En llegando a esta pasión,

un volcán, un Teide hecho,

quisiera sacar del pecho

pedazos de reflexión.

¿Qué ley, justicia o razón,

negar a los hombres sabe

privilegio tan süave,

excepción tan principal,

que Dios le ha dado al criminal,

al juez, al rufián y al AVE?

Es verdad. Pues reprimamos

esta fiera condición,

esta furia, esta ambición,

por si alguna vez votamos.

Y sí haremos, pues estamos

en país tan singular,

que el vivir sólo sea sumar;

y la experiencia me enseña

que el hombre que vive sueña

lo que vota hasta despertar.

Sueña el Rey que es rey, y vive

con este engaño acatando,

obedeciendo y callando;

y todo aplauso que recibe

prestado en el BOE escribe,

y en cenizas le convierte

la muerte, ¡maldita suerte!

¿Que hay quien intente reinar,

viendo que ha de despertar

en el sueño de la muerte?

Sueña Gates en su riqueza,

que más cuidados le ofrece;

sueña el pobre que padece

su miseria y su pobreza;

sueña el que a medrar empieza,

sueña el que afana y pretende,

sueña el que agravia y ofende,

y en el mundo, en conclusión,

todos sueñan lo que son,

aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí

a votar en pleno julio obligado,

y soñé que en otro Estado

más próspero me vi.

¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

que todo sufragio es pequeño

(ante una masiva abstención):

que todo presagio es sueño

y los sueños, sueños son.

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