A Fermín Cabal, Fernando Luna y Quique Camoiras (in memoriam)
Estas son historias de rápido consumo,
pamemas y pamemos de usar y tirar,
porque la verdad se pretende ocultar
tras una constante y densa cortina de humo.
Rubiales es (Rubiales es)
víctima de su enorme corazón,
(mas la Jenni)
no quiere jugar con él
y, así,
Rubiales es (Rubiales es)
el futbolista del amor,
(mas la Jenni)
no quiere jugar con él.
Así son ya las historias de cada día:
pasiones, pantomimas y teatro del barato,
ofensas y traiciones para echar en el bar el rato,
podrido alimento que es lo que el vulgo quería.
Rubiales es (Rubiales es)
víctima de su enorme corazón,
(mas la Jenni)
no quiere jugar con él
y, así,
Rubiales es (Rubiales es)
el futbolista del amor,
(mas la Jenni)
no quiere jugar con él.
Que esta historia es tan vieja como el mundo:
cree el ladrón que todos son de su condición,
que para enmendar el error basta la unción
del gran jefe, quien de todos es el más inmundo.
Rubiales es (Rubiales es)
víctima de su enorme corazón,
(mas la Jenni)
no quiere jugar con él
y, así,
Rubiales es (Rubiales es)
el futbolista del amor,
(mas la Jenni)
no quiere jugar con él.
Rubiales es (Rubiales es)
víctima de su enorme corazón,
(mas la Jenni)
no quiere jugar con él
y, así,
Rubiales es (Rubiales es)
el futbolista del amor,
(mas la Jenni)
no quiere jugar con él.