A Raúl Alfonso Paredes, que destapó este pozo de inmundicia hace ya más de tres años y que, precisamente por ello, ha soportado la censura, la persecución y el descrédito por los mismos que ahora se apuntan a someter a escarnio público a aquellos sinvergüenzas a los que han estado encubriendo con el fin de desviar la atención de la única realidad: estamos en el fondo del retrete y muchos prefieren mantener la cabeza en la taza
Yo sé bien que estoy afuera
pero el día que yo me muera
sé que tendrás que llorar (llorar y llorar).
(Llorar y llorar)
Dirás, cabrón, que no me conociste
pero vas a estar muy triste
y así te vas a quedar.
Con dinero y sin dinero
yo hago siempre lo que quiero
y mi palabra de Pumpido es la ley.
No tengo trono ni reina,
ni nadie que me comprenda
pero sigo siendo el rey.
Una voz en el camino
me enseñó que mi destino
era robar y robar (robar y robar).
(Robar y robar)
También me dijo un testaferro
que no hay que llegar primero
pero hay que saber llegar.
Con dinero y sin dinero
yo hago siempre lo que quiero
y mi palabra de Pumpido es la ley.
No tengo trono ni reina,
ni nadie que me reprenda
pero de la mugre sigo siendo el rey.