cerrar
cerrar
Registrarse
Publicidad
El callejón
Publicidad

La luz entre las sombras

A Laura González, víctima de la barbarie, in memoriam

El pueblo palmero aguarda con ardiente paciencia durante cinco años para reencontrarse con la mejor versión de sí mismo. Se trata de una cita celosamente preparada, cuidada con amoroso primor hasta en el detalle más insignificante.

La espera, que se prolonga y materializa en largas colas de una multitud entusiasta y novelera, a la que no le importunan los retrasos ni el desbarajuste que amenaza con adueñarse de una ciudad sitiada por forasteros incrédulos y paisanos hambrientos de nostalgia, se convierte en feliz remedio para tanta cotidiana ansiedad, para la desesperación (y desesperanza) a las que quieren arrastrarnos a empujones el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

Cada cinco años, la Virgen de Las Nieves obra el milagro de detener el tiempo y auspiciar que, al menos por unas horas, por unos días, pasado y presente se confundan, se superpongan en un mismo espacio, permitiendo que, a través del hilo invisible y frágil de la fe, los recuerdos y las expectativas se fundan en un único deseo, en el sueño común compartido por todos: los vivos y los ausentes.

Sin embargo, como el despertar angustioso a una realidad de pesadilla atroz, esta vez, en esta ocasión, la simiente maligna y maldita que yace escondida en lo profundo del corazón del hombre, siempre envuelto en tinieblas, ha querido que el encanto se rompa hecho pedazos y que, de la peor forma imaginable, se nos haya devuelto al oscuro origen de la estirpe de Caín, a este pozo sin fondo de la existencia ciega, a este agujero negro, vacío, desde el que tan solo se perciben un puñado de destellos, apenas un parpadeo. Y, de entre ellos, resplandece con especial intensidad el fulgor que representa María, la luz entre tantas sombras.

Archivado en:

Publicidad
Comentarios (5)

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Publicidad

Últimas noticias

Publicidad

Lo último en blogs

Publicidad