Dicen que murió de periodistas la raza
y siempre fue raza muerta,
servil, dócil, yerta,
raza que acabó en la pitanza
del poder para vivir de la leyenda
de unos pocos héroes sin enmienda
que otros se quedaron la fama y la merienda.
No puede morir jamás
quien siempre vivió de los demás
a sueldo de mezquinos mecenas
que les pagan con dinero sus cadenas.
Oír la doliente diatriba
anti media de Urtasunzún y Trolaños
da ganas de reír de los engaños
de ambos pánfilos que hacen la criba
entre afines, dóciles y parias
mientras su jefe se fuma un farias.
Que hasta en las playas de Añaza
saben que vuestra infame mordaza
es un bodrio normativo sin cabeza
ni pies, del derecho ruin maleza,
que resucita la ley franquista de Fraga
ya que vuestra grey con todo traga.
Dígalo Sancho de Begoña Gómez
esposo; dígalo Patxi López
o la mismísima Marisú Montero,
Ábalos o Koldo, su porquero.
Toda esta panda y sus voceros
son solo a la izquierda ceros,
que España no será abatida
por tan inepta partida
y desde la galaica Finisterre
hasta el último parterre
del herreño Valverde
sobrevivirá a tanta merde.